Este santo es el patrón de los prisioneros, los condenados a muerte, los directores de funerarias y los ladrones arrepentidos
San Dimas, siempre es asociado a los prisioneros, los condenados a muerte, los directores de funerarias y los ladrones arrepentidos, es San Dimas. San Dimas es conocido en la tradición cristiana como el «buen ladrón» que fue crucificado junto a Jesucristo. Según los Evangelios, San Dimas reconoció la divinidad de Jesús mientras ambos estaban en la cruz y le pidió que se acordara de él en su reino, a lo que Jesús respondió prometiéndole el paraíso.
Este acto de fe y arrepentimiento en sus últimos momentos de vida convirtió a San Dimas en un símbolo de la misericordia y el perdón, y por ello es considerado el patrón de los que buscan redención y una segunda oportunidad, incluyendo prisioneros y criminales arrepentidos. En cuanto a los directores de funerarias, aunque no hay una conexión directa tan evidente como con los ladrones arrepentidos, su asociación podría deberse a la cercanía con la muerte y el proceso de duelo, momentos en los cuales las cuestiones de perdón y redención a menudo se vuelven especialmente significativas.
San Dimas fue uno de los dos ladrones que fueron crucificados junto a Jesús, según los evangelios. Aunque los evangelios canónicos no mencionan su nombre, algunos evangelios apócrifos lo llaman Dimas o Tito. Según el evangelio de Lucas, San Dimas se arrepintió de sus crímenes y le pidió a Jesús que se acordara de él cuando llegara a su reino. Jesús le prometió que ese mismo día estaría con él en el paraíso. Por eso, se le considera el primer santo canonizado por Jesús mismo. Su festividad se celebra el 25 de marzo en la Iglesia católica y el Viernes Santo en la Iglesia ortodoxa.
Oh, Glorioso San Dimas,
el buen ladrón
que Nuestro Señor Jesucristo,
perdonó, y llevó al Cielo.
Te suplico que intercedas por mi
ante Dios Nuestro Señor,
para que ablande el corazón
de la persona que me ha robado,
y que me devuelva mis bienes,
aunque sea de manera secreta,
sin que nadie se de cuenta.
¡Oh, Glorioso San Dimas!
Tu que fuiste el ladrón bueno y justo,
te suplico que hagas aparecer:
(Decir el objeto robado,
animal, dinero, pertenencia
o prenda extraviada…)
lo mas pronto posible,
pues me es necesario con urgencia.
¡Oh, Dimas Penitente!
Tu que fuiste el ladrón mas feliz,
ya que estuviste en la cruz junto a El,
ahora que reinas en el cielo con Cristo,
acuerdate de mi y de todos los fieles cautivos.
¡Oh, Misericordioso Jesús!
Te suplico que me concedas
este milagro maravilloso
por mediación de tú siervo San Dimas.
Asi sea y asi se cumpla.
Amén.