Algunos datos históricos que nos ayuden a desmitificar conceptos
En primer lugar hay que dejar claro que los caracoles o cauris que se utilizan para la adivinación dentro de nuestra religión son una familia de moluscos marinos cuyo nombre científico es “Monetaria Moneta”, y ese nombre está dado porque precisamente su primera utilización en el mundo fue la de moneda de cambio comercial.
Estos moluscos provienen principalmente del océano índico, específicamente de Las Islas Maldivas al sur de La India, de hecho, es en Indonesia, Filipinas, Nueva Zelandia, China, La India y África donde se establece con mayor fuerza su utilización comercial.
Por lo menos un milenio antes del nacimiento de Cristo y mucho antes de que en Grecia se acuñaran las primeras monedas, ya en la China se utilizaba el cauri como antecesor de las monedas metálicas.
“En China, jugaron un papel fundamental en la economía: desde la época de la Dinastía Zhou del Oeste (1027-771 a.C.), el cauri fue un medio de intercambio, una unidad de cuenta y una medida de valor.
Antes de cumplir funciones dinerarias, los cauris se distinguieron en el seno de la cultura china por ser objetos muy apreciados, y la posesión de grandes cantidades de los mismos, demostraba un elevado y prestigioso estatus social, por lo que no debe sorprendernos el hecho de que, además de ser presentados como excelsos obsequios, los mismos eran depositados a modo de ajuar funerario en grandes cantidades en las tumbas.”(1)
En África, se estima que los primeros cauris fueron introducidos aproximadamente en el siglo V d.C, por traficantes de oro y marfil que comerciaban a través del cuerno africano entre Yemen, Etiopía, Eritrea, Nubia y Egipto.
Esta ruta comercial, después se convirtió en la vía favorita para un incipiente tráfico de esclavos africanos hacia la península arábiga; sería a través de esta vía que llegaron algunos de los esclavos que trabajaron en las tierras de la arabia preislámica, los mismos esclavos negros que aparecen referenciados en los cuentos de “Las Mil y Una Noches”.
Después, en el siglo X d.C., con la utilización del camello como herramienta de carga surgió el “comercio árabe de esclavos”. De esta manera se abrieron nuevas rutas esclavistas y se masificó aún más la utilización del cauri en el mercado africano. Pero ya desde el siglo XV, fueron los europeos quienes alcanzaron mayor notoriedad en este asunto:
“La ruta que seguía el comercio del cauri por los europeos desde el Índico circunnavegaba África.
A pesar de que los cargamentos pasaban por las costas de África, no se detenían en ellas para despojarse de la carga. Los barcos seguían hasta Ámsterdam o Londres y, desde allí, las conchas emprendían de nuevo un viaje a África después de ser subastadas.
Esto se debía a que el cauri se utilizaba como lastre en la parte inferior de los barcos. Pero, además de lastre, se empleaba como mercancía. Una vez que el cauri llegaba a Ámsterdam o Londres, se producía un tráfico intraeuropeo de las conchas (a través de Francia, Portugal, Holanda, Inglaterra o Dinamarca).
El interés que los comerciantes tenían en el cauri se debía a que la demanda de cauri en los lejanos reinos de África occidental convertía a estas conchas en el principal medio de cambio para adquirir esclavos. La masiva utilización de esclavos en las plantaciones americanas convertía a estos seres humanos en una mercancía muy deseada.
Holandeses e ingleses fueron los verdaderos artífices del comercio del cauri convirtiéndolo en el dinero de la esclavitud. Supieron conjugar la demanda africana de cauri con la europea de esclavos, asociando los dos comercios. De esta manera, cuando el comercio de esclavos creció tanto en el s. XVIII, también creció el del cauri”. (2)
Pero desde un primer momento tanto en el estado de Kerala de la India así como en Mali, Ghana, Mauritania, Senegal, Costa de Marfil, Niger, Togo, República de Benin, Nigeria, Camerun, Burkina Faso, Guinea, Sierra Leona, y Gabón, los cauris han sido utilizados también como oráculo adivinatorio.
Aún en nuestros días tanto en África como en la india existen diversos métodos adivinatorios basados en la utilización de cauris; estos métodos incluyen lectura por caída geomántica (aperitis) o por conteo de cauris (numerológica)y en algunos casos el vidente fusiona ambos métodos durante la adivinación.
Es importante recalcar que en La India se utilizan 108 caracoles para adivinar mientras que en tierras africanas se utilizan 4, 8, 16 o 36 caracoles durante la consulta.
Pero además, cada región posee su propio corpus literario y sus propias influencias culturales o sincréticas, es así como a través de los cauris hablarán los Astros, los Orishas, los Eguns o inclusive los Genios Musulmanes.
Habiendo suministrado estos datos que pueden ser contrastados fácilmente y sabiendo que la geomancia árabe que dio origen al Ifa Nigeriano llegó a las tierras yorubas mucho después de la invasión árabe al Magreg africano, es obvio concluir que antes de que llegara la geomancia árabe a Yorubaland ya los cauris eran utilizados y poseían su propio corpus literario.
Ha sido demostrado históricamente por académicos europeos, americanos y africanos que la geomancia árabe llegó mucho después que el dilogun a África, entonces, el corpus de Ifa sería creado fusionando dicha geomancia árabe con el corpus literario que prevalecía para el momento en el reino yoruba (El Cauri).
Observemos que, tanto es así, que todos los nombres de personas, Orishas, historias o sitios en los versos de Ifá tienen nombres yorubas y no árabes, por lo tanto, la influencia literaria delos arábigos quedó prácticamente relegada por el acervo cultural de los Yorubas.