Ochosi: Orisha del desierto

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Ochosi: Orisha del desierto

Talentoso cazador y pescador, Ochosi reside también en los vastos bosques

Las  leyendas cuentan que Ochosi se abrió camino sin ser detectado a través de densos árboles mientras cazaba a su presa. Es un tirador experto que nunca falla con su arco y flecha. Ochosi se para con Ogun, Elegua y Osun para formar los Guerreros Orishas. Él es un protector de todos los animales salvajes, y es especialmente aficionado a las aves de rapiña, incluidos los halcones y halcones. Él es también el patrón de aquellos que trabajan con perros.
Hijo de Yemaya, es el patrón de quienes tienen problemas con la ley. Ochosi vigila a cualquiera que experimente problemas legales y gobierna a oficiales de policía, abogados y el sistema judicial. Se dice que cree en la justicia ciega, defiende con valentía a los inocentes y se enfrenta a la desigualdad.
La imagen de Ochosi
Ochosi es representado llevando su arco y flecha. Él usa un casco complicado, generalmente adornado con cuernos y una pluma. Sus colores son azul, amarillo y rojo. A menudo se lo mostrará muy cerca del Orisha Ogun. Los dos Orisha trabajan juntos para abrirse camino a través del bosque y buscar comida.
Se cree que este cazador tiene poderosas visiones y poderes chamánicos. Él trabaja con Elegua y Oggun para aumentar las habilidades espirituales. Elegua abre la mente, Ogun borra cualquier distracción y Ochosi trabaja con el foco de su flecha para ayudarte a recibir los mensajes (BENDICION) que te llegan.

Patakie🏹
OSHOSI ES CASTIGADO

Tres veces un cazador llamado Oshosi capturó codornices para complacer a Olofin y tres veces alguien dejó en libertad a las palomas haciéndolo quedar en ridículo.
Cuando por fin pudo entregar una codorniz en manos del Supremo Hacedor, este le dijo: “Pide un deseo y te será concedido.” El joven armó el arco con una de sus formidables flechas y exclamó con furia: “Quiero que esta flecha atraviese el corazón de quien me robó las palomas.”
En medio de un bosquecillo de bambú se escondía Yemú, abochornada por los ultrajes a que la había sometido su hijo Ogún. De su llanto habían nacido los ríos. Era ella con su inmensa bondad, la que había dejado en libertad las codornices que apresara su hijo, a quien había criado a escondidas del padre. La flecha atravesó la inmensidad del cielo y fue directamente a su corazón.
Olofin al verla caer abatida, la reconoció de inmediato y exclamó:
-¡Has matado a mi mujer!
Confundido por el suceso y sabiéndose autor de un terrible crimen, el joven Ochosi pensó: “He matado a mi propia madre”, y se desprendió a correr en busca de un escondite.
Mientras tanto del corazón de la madre brotó un torrente tan fuerte que los ríos crecieron hasta formar los mares.
Ochosi corrió días y días hasta que exhausto cayó rendido a la orilla del mar. Cuando despertó oyó la voz de Yemayá que le decía: “Necesitas tiempo para que se arreglen las cosas. Mientras tanto ve con tu hermana Oshún que vive en el río y ella te esconderá.”
Por aquel entonces Oshún vivía con Inle quien instruyó a Ochosi en los secretos de la pesca y la medicina. Así pasaron algunos años, hasta que un día Yemayá fue en busca de Ochosi para llevarlo ante su padre. Ochosi se postró y pidió perdón. Olofin sentenció:
– Como castigo a tu soberbia trabajarás para siempre con tu hermano Ogún. ¿Tienes algo que decir?
– Sólo quiero que en agradecimiento a Yemayá y Oshún se me deje usar un collar de cuentas azules y amarillas.
– Concedido, pero llevará tres cauris para que nunca olvides las codornices por las cuales mataste a tu madre.

Ashe, bendiciones y Poder de poder hacer!!!

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