Los santos no siempre se guardaron en soperas, sabes quien inicio esta tradición
Esta costumbre fue introducida en la religión por Delia Malecón Omi Toke apodada «La rama del Coral» ya que también fue la que comenzó a utilizar los corales en los collares de Santo
La costumbre comenzó, evidentemente, en la época de la colonia. Los esclavos se ocupaban de las tareas del campo y, los que gozaban de mejor “suerte”, trabajaban en las casas. Una de las tareas más comunes era en la cocina. Este era un sitio en que los amos difícilmente se adentrarían más que para probar o dar órdenes sobre algo específico. Nadie se imagina una regia española limpiando trastos u organizando la despensa ¿verdad?
Por eso empezaron a usarse las soperas para guardar sus atributos religiosos. Los orishas o los santos como ya empezaban a llamarlos para no despertar sospechas, empezaron a ser ocultos en lo alto de las despensas.
Cumplían así un doble objetivo: estaban resguardados y además ocupaban un lugar elevado, venerado. Alejados de ojos indiscretos se comenzó a hacer costumbre el resguardarlos en estas “soperas” que con el tiempo fueron evolucionando, identificándose por colores, atributos y demás.
Cabe destacar que no todos los Orishas o santos pueden ser guardados en estos recipientes. Otros van en metal, como es el caso de Oggun, y otros en madera como Shango. Los recipientes de madera los esclavos lo tenían a mano pues, de este material, estaban hechos las vasijas donde guardaban su comida.