El Pilón de Shangó: Lo que no sabes de él

Orisha de la justicia, la danza, la fuerza viril, los truenos, los rayos y el fuego, dueño de los tambores Batá, Wemileres, Ilú Batá o Bembés, del baile y la música

Este es uno de los atributos que más se puede ver en los tronos de Changó, pero uno de los menos conocidos por sus hijos y devotos. Hoy los vemos de todas las formas y tamaños y unos pudieran hasta considerarse, verdaderas obras de arte de la talla de madera. Sin embargo, muchos de ellos, no son utilizados ni para lo que son, ni como son.

Lo primero que debemos aclarar, es que el pilón de Changó, no solo es un trono o pedestal en el que se le coloca, para tenerlo “Bonito”. Tampoco es un atributo que deba “comprarse” después. El Pilón, es el lugar donde se coloca a Changó, pero más importante aún, es el lugar donde realmente se debe consagrar a un hijo de Changó: Sentado sobre el pilón. Esta era la práctica antigua tanto en Cuba como en África. Todos los Orishas se consagraban en su propio pilón, pero vemos que muchos iniciados, lo compran después y el pilón donde los consagraron, simplemente se queda. Esto no es correcto.

En ese marco, muchos “Tradicionalistas” y “Olorishas Viejos”, aseguran que todo esto es mentira y que no se hace necesario y con ello, hacen que falte una pieza muy importante de las consagraciones de una persona, especialmente en los hijos de Changó. En uno de los registros históricos más antiguos de historia Yoruba, podemos ver que Samuel Johnson en su libro The History of the Yorubas from the Earliest Times to the Beginning of the British Protectorate, nos dice lo siguiente:

El siguiente es el proceso a través del cual debe hacerse la iniciación de cualquier persona, en los misterios de la adoración a Sango: – Los sacerdotes exigen un carnero, un ave acuática llamada Osin, una tortuga, un caracol, un armadillo, una gran rata llamada Okete. un sapo, un renacuajo, las cuentas Otutu y Opon, la cola roja de un loro, una gallina de Guinea, manteca de karité, sal, aceite de palma, carne de un elefante, carne de venado, los tete (verde), hojas de los árboles de hoja perenne llamadas Etiponola, Odudun, y árbol de iperegun; un pequeño cuchillo llamado «abe-esu» (la navaja de Esu), un paño blanco, una esterilla llamada fafa (esteras hechas de la médula de las ramas de la palma de bambú) junto con siete cabezas de caracoles (14,000 conchas de cowry) como cuota.

Las hojas se magullan en un recipiente con agua y, con la infusión, el candidato debe purificarse. LUEGO SE SIENTA EN UN MORTERO y se afeita. Las aves y la tortuga se sacrifican y sus corazones se sacan, y estos con trozos de la carne de todos los animales mencionados anteriormente, se mezclan junto con las hojas de los árboles de hoja perenne, y se hace una bola. El candidato ahora se somete a incisiones en su cabeza afeitada y la bola de artículos golpeados se frota en las heridas. El neófito ahora se convierte en un devoto reconocido de Sango.

Muchos van a reconocer las diferentes fases de la consagración de Ocha por tradición afrocubana, con algunas pequeñas diferencias, como son algunos animales que obviamente, no se encontraban en América, pero el proceso es básicamente el mismo. Lo importante, es que se vea, que esto se hace sentado en el pilón que además, debe ser preparado de antemano. Es más, este pilón es tanto el soporte adecuado para la sopera con los atributos del Orisha, y al cual se le hace sacrificio y se baña en manteca de corojo y también es el asiento adecuado para un sacerdote de Shangó.

Sin embargo, hay algo que debe quedar muy claro. Una cosa es el Pilón o pedestal de Changó y otra es el MORTERO. Los morteros, los podemos ver principalmente, entre los Igbomina y Ekiti al noreste de tierras Yoruba. Todos ellos sin excepción, están asociados a la adoración de Changó y estos Morteros de madera se deben colocar en los altares del Orisha y deben ir sobre pedestales, para que de esta forma se coloquen las jícaras, dentro de las cuales se guardan las piedras de rayo. En algunas tierras yoruba, le ponen dos morteros. Este mortero es donde Changó guarda sus secretos y medicinas y no debajo del pedestal o pilón como tal.

En este punto, debemos hacer otro paréntesis y apuntar a otro error. Muchos son los que colocan las piedras de rayo a Shangó en número de seis, en correspondencia con el número esotérico del Orisha. Esto es tan solo correcto, en el número de piedras, pero no en el proceso en que deben ser colocadas. Las piedras de rayo, que se le colocan a Changó, deben CONSAGRARSE de forma especial. En otras palabras, estas llevan su propia ceremonia de consagración, la cual se llama Ashiri Iyasi Mimon Oduara.

Esta ceremonia debe hacerse ANTES de meterlas debajo del mortero de Changó. Para ello, primero se colocan en una jícara con leche de Cabra, la cual se endulza con azúcar y esta jícara se cubre con un paño blanco. Pasado el tiempo reglamentario, se sacan las piedras de la jícara y se preparan en omiero de hierbas específicas, Una vez hecho el proceso, el BABALAWO y no un Olorisha, procede a hacer las ceremonias de consagración de las mismas. Esto lo hace un Babalawo, ya que en la ceremonia como tal, se deben escribir y rezar Odus de Ifá, pero además lleva Iyefá que debe ser rezado. Esto lo dejamos hasta aquí, ya que no se trata de revelar secretos consagratorios, sino de que se pueda ver, porque y como se hacen las cosas correctamente.

Volviendo a nuestro tema del mortero, muchos ponen un pesado pilón, pero en realidad, no es un pilón como lo conocemos en América. Esto es un error conceptual, ya que los latinos conocemos como pilón, un pesado mortero de madera, a la altura de la cintura, donde se pila por lo general el arroz. En realidad, el que usamos en nuestra religión, es un Mortero que va sobre un pedestal o sea, dos piezas separadas. Una cosa es el mortero y otra el pedestal o “pilón”.

El mortero, es con lo que se dice que Changó trabajaba sus hechicerías y medicinas. En él, se dice que machacaba sus “Mezclas” y hasta en el que se muele su Iyefá. No es error, Changó no solo tiene uno, tiene dos tipos de Iyefá, que confecciona el Babalawo. Recordemos que Changó, según nuestra tradición e historias tradicionales, fue el primero en tener los secretos de Ifá. Es más, si leemos con atención los viejos tratados del Orisha, estos especifican lo siguiente:

“Al MORTERO DEL PILÓN de Changó, se le da de comer y se le entierra para consagrarlo”.

Como se puede ver, son DOS PIEZAS separadas: Mortero y Pilón. Antiguamente en Cuba, el pedestal del mortero de Changó, se hacía con el tronco de Palma Real y sobre esto, se colocaba el mortero de madera. No es un pilón como lo conocemos realmente en América. De hecho, la etnóloga Lydia Cabrera, nos habla de esta preferencia para hacer los pedestales de Changó, con troncos de palma real:

«La palma coge el rayo y se lo guarda dentro». «Tiene potestad para amarrar al rayo». Según la clasificación de G. S., «es árbol familia de candela legítima de Changó Obakoso». «PEDESTAL DE OBAKOSO», que el devoto llega a confundir a menudo con el mismo Orisha: «la palma real es Obakoso mismo».

Ahora, no hace falta ser botánico, para darse cuenta que un tronco de palma puede servir de pedestal, pero no de mortero, ya que este tronco es fibroso y no es sólido que permita machacar. Tampoco es en vano que muchas ofrendas y obras se dejen en la palma. Tampoco es desconocido que la palma real es considerada la vivienda, el trono y el mirador de Changó.

Debe quedar claro que nuestros viejos tratados, separan las dos piezas, pero hoy solo hacen UNA, malentendiendo el concepto al llamársele pilón. Esto lo podemos ver más claro, porque el Pilón como tal, lleva una carga y una consagración y el mortero como tal se debe enterrar, para hacerle OTRA ceremonia y su carga. Por tanto, tenerlo en usa sola pieza, no es lo correcto, pero además, es poco práctico, ya que si se va a usar el mortero como debe ser, habría que quitar a Changó y luego levantar un pesado pilón para sacar los secretos de debajo de él. De hecho, en tierras Yoruba también se puede ver, que una cosa es el pedestal y otra diferente es el mortero.

Ahora bien, tanto en Cuba como en tierras yoruba, el mortero debe estar al revés o sea, con su boca hacia abajo, ya que esto lo sentencia nuestro Ifá afrocubano, en el Odu Oggunda Osa que dice:

“Olorisha Eggun tete Baten Lawareye Fun”.
Olorisha del campo muerto, para quien nosotros viramos el mortero.

Debajo de este mortero, es que se colocan las piedras de Rayo que se le han consagrado a Changó. Debe quedar muy claro que una cosa es el pedestal, al que llamamos pilón y otra es el mortero como tal. Es debajo de este mortero, que viven las piedras de rayo y no dentro de la sopera, como a veces podemos ver en los tratados. De hecho, los secretos de Changó de Ma Monserrate González Obatero, vivían debajo de estos morteros y no en la sopera de la renombrada Iyalocha.

Ahora, para que no se diga que esto de invertir el mortero, o sea, que viva boca abajo, es un invento cubano, podremos ver el Ese Ifá del Odu Otura Iroso, que indica, porque también se le pone el revés, en aquellas tierras y el porqué, además se ganó el nombre de Changó.

El Olorin de Epe (Jefe de Epe) fue a la casa de Awó, el día en que la villa estaba siendo azotada por un ekún. El Leopardo estaba matando a los niños y ninguno de los cazadores había tenido éxito en la captura del animal. Se hizo la adivinación y los Orisha dijeron que el Olori debía ser generoso con un extraño.

Más tarde ese mismo día, el Okunrin were Ijebu (El Loco de Ijebu) se acercó a la villa de Epe. Él era llamado el Loco de Ijebu, porque había sido criado en los bosques y no estaba familiarizado con los protocolos de la sociedad. Su locura nacía de su inocencia (Iwá-mínó).

Fue el Olori quien le ofreció a Okunrin were Ijebu sopa de Ñame cuando este se sentó a descansar a la entrada de la villa. Después de terminar su comida, Okunrin were Ijebu agradeció al Olori por la comida y se disponía a seguir su viaje. Cuando se levantó, notó que las personas de la villa estaban de duelo. Okunrin were Ijebu nunca había visto tanta tristeza y dolor. “¿Por qué nadie está bailando o cantando?” preguntó.

El Olori vio con desesperanza a Okunrin were Ijebu y no pensó ni por un minuto que ese sería quien salvaría a la villa. “Hemos sido plagados por un Leopardo que está atacando a nuestros niños”, contestó el Olori, dirigiendo la vista al camino con la esperanza de que apareciera otro extraño.

“Porque usted ha sido tan generoso conmigo, yo salvaré a las personas de Epe de esta terrible amenaza” dijo Okunrin were Ijebu aplaudiendo tal como si el asunto ya hubiese sido arreglado. “¿Eres un Cazador?” preguntó el Olorí. Sin saber lo que era un cazador, Okunrin were Ijebu respondió que si. “Pero no tienes armas” dijo el Olorí poco convencido.

Debido a que había sido criado en la pobreza, Okunrin were Ijebu estaba acostumbrado a hacer las cosas por necesidad, así que tomó un mortero para moler Ñame y dijo: “Ahora estoy listo para cazar ese Leopardo que ha causado tanta infelicidad”.

El Olorí meneo su cabeza y rezó a los Orisha, pidiendo que le enviaran al cazador adecuado a la villa de Epe. Cuando Okunrin were Ijebu se internaba en la selva, oyó a la gente de Epe gritar que se acercaba el Leopardo.

Rápidamente Okunrin were Ijebu se trepó a un árbol a esperar a que el Leopardo pasara y este pasó justo por debajo de Okunrin were Ijebu, quien se lanzó desde el árbol sobre la bestia y vio sus feroces dientes. Antes de caer al piso, él soltó el mortero que cayó en la cabeza del Leopardo. La bestia murió de este primer golpe.

Inmediatamente la gente de Epe comenzó a bailar y a cantar. Ellos alabaron a Okunrin were Ijebu. Fue en esa ocasión que la gente de Epe decidió darle un nombre apropiado a Okunrin were Ijebu. Desde ese día, él se llamó Sangó (Espíritu del Rayo).

Espero que este pequeño ensayo, te haya aclarado el concepto de que el pilón de Shangó, realmente se compone de dos partes que son: Pedestal y Mortero y porque nunca, debes dejar detrás, el pilón en el que te consagraron.

Tu amigo de siempre,

EDIBERE 🐭🖤❤

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