Oggun es el Orisha de los herreros, de las guerras, de la tecnología, de los cirujanos, del ejército, los policías y posee además un carácter irascible y violento hacia sus enemigos
En el dia de hoy les presento un hermoso pataki de Oggun un orisha importante para todos los religiosos santo guerrero que recibimos al iniciarnos, orisha que viene a nuestras vidas a trabajar las 24 horas del día, orisha poderoso que sostiene el mundo con toda su carga y su peso, hoy este hermoso pataki dedicado a todos los hijos de Oggun, en honor a mi abuela en osha Miriam Izaguirre Ogun Lainu, Iyalosha escritora.
PATAKIN.
El Patakín de Oggún cuenta que todo lo mejor que había en el mundo, Iyemmú lo guardaba para Oggún; todo era poco para su hijo predilecto, que vestía mejor que nadie y ella lo atendía más que a su propio marido Obaibó. Eran tantas y tan continuas las atenciones que Obaibó entró en sospechas. Aquel era un cariño muy raro. Un cariño que parecía malo, no de madre, sino de mujer enamorada.
Un día Obaibó salió a dar una vuelta por el campo. Su gallo blanco cuando él no estaba en casa le avisaba, si era necesario que volviese, y si no le contaba todo lo que pasaba en su ausencia.
Un atardecer Obaibó le dijo a Iyemú: Mañana prepara mi jolongo que tengo que ir muy lejos. Esa noche Iyemmú fue muy atenta con Obaibó.
Ella de inmediato le arregló el jolongo y de madrugada salió a despedirlo. Obaibó no se alejó mucho de la casa y se escondió detrás de un matojo cercano.
Después llego Oggún y le preguntó a Iyemmú -¿Y Obaibó?- Iyemmú le contestó: No volverá en todo el día – Aprovechamos – dijo Oggún.
Obaibó esperó un rato. El gallo blanco cantó: Ogguudadié, Ogguudadié. Al escuchar el llamado Obaibó salió de los matojos, llegó a la puerta de la casa y tocó. Después de un rato al fin Oggún le contestó de mal humor.
-¿Quién es? Lárguese y déjenos dormir-.
Ante la insistencia de los toques Oggún se levantó y quitó la tranca de la puerta y abrió, quedó pasmado al ver delante de él la cara del padre.
Apenas sin poder hablar le repetía:
-«perdón taita señor»-
y suplicaba Oggún:
-Castígame de día y de noche-
Obaibó le contestó:
-Tú mismo te condenas, mientras el mundo sea mundo, no podrás descansar ni de día ni de noche.
En prenda se llama Sarabanda.
Cuando Oggún se pone furioso y se esconde en el monte con su machete deseoso de derramar sangre, es la Diosa de la miel y la canela y la Diosa del rio, las que con un plato de miel en sus manos le cantan y le bailan, hasta caer vencido y rendido a los pies de ellas. Es enemigo acérrimo del Rey Oyó. El toro rojo de la loma, como también se le dice a Shangó, siempre está deseoso de cobrarse las cosas que le ha hecho Oggún.
Oggún es uno de los Orishas que junto a Eleggua, y Ochosi, conforman la legión de los guerreros. De este orisha son los colores negro y verde que simbolizan la muerte, la tristeza, la guerra, por el monte donde él vive y gobierna. Por algunos avatares de Oggún se viste con el color morado, por Ochosi y por Obatalá su padre. El rojo también porque representa la vitalidad, el fuego de la fragua, y por ser hermano de Shangó.
El nombre Oggún Alagguedé significa pólvora, maleficio, guerra, guerrero, viento, brujería y sudor. Así vemos como Oggún castiga al que lo desobedece con la muerte solitaria.
Son historias fantásticas, las cuales, asechadas por la desgracia, la tragedia muchas veces nuestro orishas vivieron lo que nosotros vivimos, Oggun un orisha exiliado por su propia voluntad, está comprometido a trabajar por nosotros día y noche, un orisha de buen corazón, rudo, con fuerza animal e irracional, pero con un corazón noble conquistado por el dulzor de la miel de oshun iyalodde demuestra que con cariño, paciencia y amor se puede ablandar el corazón más duro y solitario.
Ashe para todos los hijos de Oggun
Ashe para todos