Inle Oguere era una obini muy hermosa que tenía muchos hijos, pero la que más se distinguía era una joven muy bella llamada Afokoyeri y esta hija no aceptaba requerimientos de nadie
Resulto que había un ser locamente enamorado de ella quien era muy feo y horrible llamado Ashikuelu el cual vivía entre las tinieblas de las profundidades de las entrañas de la tierra y solo veía por la fosforescencia y la luz de los minerales que se desprendían de aquella eterna oscuridad y solo se asomaba de vez en cuando a este mundo por la boca de una cueva y esto sucedía cuando sus hijos le llevaban una eure que le ofrendaban y esos eran los cantos que oscurecían el cielo.
Ashikuelu se valió de sus artes de encantamiento para lograr ser dueño del amor de aquella niña. Afokoyeri se encontraba un día paseando por el campo y vio a una eleguede muy hermosa la cual era su comida preferida ya que su madre y ella solo se comían la semilla y fue a cogerla y vio que la guía de la misma la llevaba a la entrada de una cueva y cuando se acerco surgió de las profundidades Ashikuelu ensombreciendo el cielo y sin darle tiempo a nada le tomo la mano y la llevo con el a las profundidades de la tierra.
Inle Oguere al enterarse de esto desesperada comenzó a buscar entre los hechiceros de su tierra uno que fuera capaz de resolver su problema y oyó hablar de Orunmila y fue a verlo y este le vio este ifa y le dijo que su hija había nacido para vivir entre las tinieblas ya que los humanos no comprendían la grandeza de su vida, que ella tenia que hacer ebbo y darle de comer a Ashikuelu en una grieta, llamarlo y cuando el saliera que hiciera un pacto con el.
Así lo hizo Inle Oguere y cuando Ashikuelu salio le dijo después de rendirle moforibale iya: tu tendrás el derecho de que tu hija viva seis meses contigo y seis meses conmigo, tu eres la corteza de la tierra de todos; eres luz donde todo florece; yo soy la sombra de la entraña de la tierra, donde las cosas germinan. Olofin que estaba oyendo todo aquello dijo: tu Inle Oguere seras iya inle ‘La Madre Tierra’, la que siempre le darás a los hombres sus frutos con que sustentar su vida; todos los hombres siempre te tendrán que dar comida y el que quiera verte tendrá primero que reconocerte a ti y a tu omo, tanto en los campos arados como en las furnias naturales y te vera en cada fruto, cada mineral, en todo lo que de las entrañas de la tierra y la corteza terrestre.
Tu siempre seras la madre amorosa la que alimentaras a tus hijos y al final sera la morada que acogerá el cuerpo de cada uno; tu comerás y trabajaras con Ashikuelu y Afokoyeri los cuales son tus hijos bien amados, ademas de Yewa, Ozain, Azojuano, Oduduwa, Orun y aun conmigo mismo guardaras la memoria de cada uno de los que fueron en la tierra donde cada vez que se le de comida a algún eggun tendrá que ser a través tuyo porque para eso eres iya inle la cual debe ser nombrada por cada uno de tus hijos. to iban eshu.
Asi fue como Inle Oguere consiguió su titulo de ‘Madre Tierra’, renunciando a lo placeres de la tierra para vivir acompañando a sus omo Ashikuelu y Afokoyeri en las tinieblas de la tierra. este premio se lo otorgo olofin por su sacrificio y renunciacion.
Este camino señala el porque el principio vital en verano radica en la corteza terrestre y en invierno radica en las entradas de la tierra. señala el gran sacrificio de la maternidad en la mujer, donde ella siempre le da su bendición al hijo aun después de muerta. Señala el conflicto de la inconformidad de las madres con el matrimonio de los hijos, donde siempre se oponen en el fondo de sus almas al matrimonio de sus hijos, pensando que nadie puede quererlos y comprenderlos como ella y porque siempre ven en los demás mas virtudes y aptitudes que las que poseen sus yernos y nueras. También señala que las madres aun detestando a sus yernos o nueras se adaptan a la presencia de los mismos por no dañar la felicidad de sus hijos.
Este relato lo encontramos en el signo Osashe, cuyo tratado completo puedes descargar a continuación: