Orishaoko es un Orisha que en la naturaleza representa la tierra y en la vida el trabajo agrícola y los cultivos
Está relacionado directamente con la agricultura y el campo. Protector de la labranza y los arados. Da fortaleza a la vida porque proporciona los medios de sostén de la misma dando los alimentos necesarios para vivir. Está fuertemente relacionado a Oggún y a Olokun
Proviene de territorio Saki, al oeste de Òyó. Es considerado el árbitro de las disputas, especialmente entre las mujeres, aunque a menudo es el juez de las disputas entre los Orishas. Es un trabajador afanoso y guardador de secretos, se dice que sus testículos cuelgan hasta el suelo, por su férrea castidad. Es el que provee de alimentos al mundo, por ser la tierra misma.
Asegura la prosperidad de las cosechas, sus mensajeras son las abejas y representa la prosperidad y la fecundidad, por eso las mujeres estériles recurren a él. Forma una importante trilogía con Oke y Oggué, responsables de las cosechas, las lluvias, el fuego interno capaz de partir la tierra y los animales.
Tiene dos personalidades, de día representa al hombre puro y perfecto, de noche se disfraza de Ikú (la muerte). Recibe los cadáveres que le entrega Yewá y los que le envía Oyá a través de Babalu ayé. Vive también en los tejados. Su nombre proviene del Yorùbá Òrìsá Okò (Orisha del Labrado). No se recibe como Orisha tutelar en tal caso se hace Yemaya con Oro para Orisha Oko.
En el sincretismo se compara con San Isidro Labrador (15 de Mayo). Su color es el rojo y blanco. Su número es el 7 y sus múltiplos. Se saluda ¡ Maferefún Orisha Oko!
Familia de Orishaoko:
Hijo de Obbatala y Yembó. Fue esposo de Olokun de quien revelo su condición de hermafrodita y aunque esta lo dejo siempre viven juntos (el mar y la tierra), también tuvo amoríos con Yemaya, que lo sedujo para quitarle el secreto del ñame y entregárselo a su hijo Shangó.
Diloggún en Orishaoko:
Habla en el diloggún por Eyeunle (8), Eyioko (2) , Oddí (7) [7-8].
Herramientas de Orishaoko:
Su receptáculo es una vasija de barro pintada de rojo y blanco y que contiene tierra arada, en algunos casos la tierra misma es su lugar. Sus atributos son dos cocos secos, cargados y pintados de rojo y blanco (Osun y Efún), tierra de arado, una tinaja pequeña con su secreto, una mano de caracoles, 7 caracoles de tirabuzón o de tierra, una teja pintada de blanco con 7 rayas rojas, una otá recogida en el campo y su herramienta, que consta de un labrador, con su sombrilla y dos bueyes tirando el arado. Sus Elekes se confeccionan de cuentas blancas con una pequeña línea roja, también por la escasez de este tipo de cuenta se realizan intercalando 7 cuentas rosas o lilas y 7 cuentas azul turquesa pálido (celeste).
Ofrendas a Orishaoko:
Se le ofrendan todos los frutos cosechados, todo tipo de carnes secas, ñames, frijoles, etc. Se le inmolan chivos, palomas y gallo. Sus Ewe son la bibijagua o campana, bejuco colorado, bejuco perdiz, bejuco guarana, bejuco lechero, boniato, jiba, ñame, peregún, chirimoya y peonía.
Características de los Omo Orisha Oko:
Son persones discretas, trabajadoras y responsables. Pendientes de las personas que de alguna forma dependen de ellos. Además tienen una mentalidad clara. Su justicia está regida por el deseo del bien común. No son amigos de fiestas ni mujeriegos, además tienen un respeto extraordinario por el ser humano.
Patakies de Orishaoko:
Después que Olokun lo invadió todo con sus aguas, a los habitantes del planeta no les quedó otro remedio que refugiarse en la montaña más alta.
Muchos fueron los intentos de llamar la atención de Olofin para que solucionara aquella situación tan difícil. Los hombres idearon hacer una gran torre que llegara al cielo, pero los albañiles de tanto trabajar aislados terminaron hablando un lenguaje que los demás no podían entender, otro tanto les pasó a los carpinteros y así a cada grupo de trabajadores.
De esta suerte surgieron distintos idiomas y se hizo tan difícil continuar que poco a poco fueron abandonando la construcción del edificio.
Un agricultor que se llamaba Oko tuvo una idea mejor. Con sus aperos de labranza hizo siete surcos inmensos en la montaña y sembró cada uno con plantas de un color diferente.
Una mañana que Olofin miró hacia la Tierra divisó el dibujo que Oko había realizado. Tanto le gustó que de inmediato ordenó que se hiciera un puente con siete colores iguales a los que estaban en la montaña para que el autor de aquella maravilla pudiera subir a su palacio.
Cuando Oko le contó lo sucedido, Olofin indignado le ordenó a Yemayá que encadenara a Olokun en el fondo del mar.
Oko volvió a la Tierra que ahora tenía más espacio para cultivar, porque las aguas del mar se habían retirado. En la medida que los hombres conocieron de su hazaña comenzaron a llamarlo Orisha oko.
Olofin decidió que Oshumare, el arco iris, bajara de vez en cuando a la Tierra como recuerdo de aquel suceso.