Una de las cosas que mas me enfurece en este mundo es la banda de estafadores que abusan de la fe de las personas para sacarles dinero, en mi opinión, esos «seres», por darles algún calificativo, merecen ser expuestos por lo que son, unos ladrones con lengua de plata, son tahúres que logran envolver a las personas para aprovecharse de ellas. Una de las bases fundamentales de nuestra iniciativa con este portal fue hacerle frente a este tipo de practicas deshonestas y que eventualmente perjudican y empañan el buen nombre de la religión.
Recientemente ha llegado una ola de estafados con el cuento de un supuesto Eleggua Espiritual el cual, según esta cuerda de ladrones, es un Eleggua consagrado en un coco!!!. Lo primero que debo decir que esto no existe, esa supuesta consagración no esta soportada por ningún patakie ni por ningun oddun de Osha o Ifa.
Lo más aberrante es que estos estafadores les dicen a los incautos que Eleggua se consagra en un coco porque Iku lovi Osha (La muerte pario al santo). Para poder ilustrar el nivel de locura de estos ladrones de oficio, veamos el pataki de donde sacan esta frase:
Había una tribu africana donde su rey se llamaba Ocuburo y su mujer Añagüí, los cuales tuvieron un primer hijo al que llamaron Elegguá. Hecho adolescente, Elegguá salió a pasear, y al llegar a un lugar en que había cuatro caminos; o sea, una encrucijada, se detuvo. Varios minutos después dio unos pasos y se detuvo otra vez, repitiendo esta operación tres veces y siguió hasta llegar al lugar que le había llamado la atención. Era una luz que brotaba de algo parecido a dos ojos relumbrantes que estaban sobre el suelo; fue todo un asombro para su séquito, pues sólo vieron como el Príncipe se agachaba y recogía un simple coco seco.
Lo llevó para el palacio y le contó a sus padres lo que había sucedido, pero no le creyeron, a lo cual Elegguá tiró el coco, que fue rodando hasta quedar oculto detrás de una puerta, y allí quedó. Mas, un día en que estaba reunida toda la Casa Real, vieron con asombro las luces del coco y se horrorizaron de aquello. Tres días después el Príncipe murió y durante el tiempo que duró el velatorio el coco estuvo alumbrando y fue temido, y respetado, por todos.
Pasó algún tiempo de la muerte del Príncipe, y se presentaba cada día una peor situación de desespero y agobio, a lo cual los mayores se reunieron y sacaron en consecuencia que era producto al estado de abandono de aquel coco dejado por Elegguá, por lo que decidieron rendirle pleitesía, pero al acercarse vieron que el fruto estaba vacío y comido por los insectos. Deliberaron acerca de aquel objeto que debía perdurar a través de los siglos sin descomponerse, y como el coco no servía para venerarlo de esa forma perdurable, lo sustituyeron por una piedra, lo que fue aceptado.
Este es el nacimiento y origen de Elegguá, por ello se dice: “Ikú loví osha”, lo que significa “el muerto parió al santo”, ya que si no hay muerto no hay santo, porque si el Príncipe no muere, no se sigue adorando al coco; que aunque resultó ser inservible porque con el paso del tiempo se pudre, se le sustituyó por la piedra, causas del por qué las utilizan en todos sus secretos.
A primera vista los incautos e inocentes podrían pensar que si existe un eleggua consagrado en un coco, porque es lo que reza la primera parte de la historia, pero lo que no le remarcan a la gentes… es el último párrafo de la historia:
resultó ser inservible porque con el paso del tiempo se pudre, se le sustituyó por la piedra, causas del por qué las utilizan en todos sus secretos.
Por lo tanto, lo que nace en este pataki es el eleggua de ota (piedra) que entregan los santeros debidamente consagrados, el cual es una piedra que cumple con unas condiciones especiales y que pasa por un ceremonial secreto para concentrar allí la espiritualidad de Eleggua.
Otra cosa muy diferente es el Eshu Eleggua entregado por los babalawos, el cual es un amasijo de cemento que lleva una carga secreta que colocan al momento de su fabricación y el cual también pasa por un ceremonial para consagrar allí la energía de Eshu Eleggua. Si no te quedo claro quien es quien y deseas aprender a diferenciar a eleggua de eshu eleggua, puedes leer este enlace.
Por último señores Eleggua no se compra en una perfumería, ni se compra por Internet, para recibir a Eleggua en cualquiera de sus dos únicas presentaciones, es necesario pasar por una ceremonia presencial (no se puede hacer a distancia) donde recibirás de manos de un santero o de un babalawo al rey de los caminos…