La ética normativa es la que pone el énfasis en describir lo que las personas deberían considerar bueno o malo, mientras que la ética descriptiva pone de relieve lo que la mayoría de la gente cree que es correcto o incorrecto
Esto se refiere al aspecto de la ética que tiene que ver exclusivamente con la formación y elaboración de las normas sociales, pero no con su seguimiento o cumplimiento, porque ya sería el aspecto fáctico de la ética.
Es a partir de nuestro Corpus de Ifá y de nuestras tradiciones y costumbres, que se desprenden las normativas éticas, que estamos presentando a la consideración de los Mayores de Cuba, para que sean transmitidas por todos los medios posibles.
CONSECUENCIALISMO
CONCEPTO DE ÉTICA RELIGIOSA
La ética profesional, que en nuestro caso es religiosa, puede definirse como la ciencia normativa que estudia los deberes y los derechos de cada profesión. También se le llama Deontología. Al decir profesional se refiere a que la ética no sólo es para estos, sino que está destinada especialmente a las personas que ejercen una profesión u oficio en particular, cualquiera que este sea.
OBJETO DE LA ÉTICA RELIGIOSA
Crear conciencia de responsabilidad y sentido del deber, en todos y cada uno de los que ejercen como sacerdotes de la Religión Yoruba, como parte del postulado, de que todo valor, está íntimamente relacionado con la idea de un bien, postulado que está a todo lo largo del Corpus de Ifá y que exige a los sacerdotes su propia superación personal, para beneficio de todos aquellos que busquen sus servicios.
CONCEPTO DE MORAL
Es la ciencia que trata del bien en general, de las acciones humanas o de sus caracteres, en orden a su bondad o malicia. No pertenece al campo de los sentidos, por ser producto de la apreciación, del entendimiento o de la conciencia.
CONCEPTO DE PRINCIPIOS
Son reglas o normas de conducta, que orientan las acciones.
CONCEPTO DE VALORES
Son referentes, pautas o abstracciones que orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la realización de la persona. Son guías que dan determinada orientación a la conducta y a la vida de cada individuo y de cada grupo social.
CONCEPTO DE VIRTUDES
Disposición o capacidad adquirida, por el ejercicio y el aprendizaje, de hacer lo que es moralmente bueno y éticamente correcto. Las virtudes son cualidades de la voluntad que suponen bienes para uno mismo o para los demás.
CONCEPTO DE DEBERES
Son los sentimientos de obligación que nos hacen conocer y apreciar determinado ideal de conducta del hombre dentro de la sociedad e individualmente. A primera vista los deberes conllevan la responsabilidad del individuo autor del acto.
CONCEPTO BÁSICO DEL CÓDIGO DE ÉTICA DE LA RELIGIÓN YORUBA
La Ética de la Religión Yoruba, se conceptualiza como la expresión de los principios y valores que deben orientar el accionar de todos y cada uno de sus integrantes, sacerdotes y seguidores, así como del quehacer religioso de sus miembros.
Busca cultivar los valores éticos de todos sus miembros, procurando cumplir la exigencia religiosa de lograr unidad de dogmas o pensamiento, unidad de lenguaje y unidad de acción de acuerdo a sus Reglas, Ramas y Linajes; resaltando la calidad humana de éstos en el ámbito de las relaciones interpersonales.
La Ética de la Religión Yoruba se debe establecer, para garantizar la unidad conceptual y terminológica del tema ético-religioso en los Sacerdotes y seguidores de Religión Yoruba, con apego a sus distintas Reglas, Ramas y Linajes y de esta forma integrarse a la sociedad, sin la reputación de ser una religión de forajidos y que solo sirve para obtener bajos fines personales.
Generalidades de los Valores Éticos de la Religión
Varios Odus del Corpus de Ifá, fundamentan los valores éticos del religioso en los actos de su vida y como se debe comportar. El Odu de Ifá Oggunda Oyekun, enuncia que el Religioso siempre debe cuidar su ética. Dentro de los Odu de Ifá, también podemos ver que se nos indica en el Odu Otrupon Iroso que el Religioso debe tener moral y respeto en la Religión. Asimismo, el Odu de Ifá Ogbe Bara, nos enseña que las buenas formas, siempre triunfarán. Veamos estos valores y algunos Odu que los sustentan.
1. Paciencia: el Odu de Ifá Oggunda Meyi nos dice en uno de sus enunciados que: La paciencia y la calma son los atributos de un sacerdote experimentado .La paciencia es la actitud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún bien, por ello el Odu de Ifá Ogbe Oggunda dice: La paciencia es el padre de todas las virtudes. Un mayor que tiene paciencia, lo tiene todo, ya que en el Odu de Ifá Otura Ojuani Ifá dice que es la paciencia lo que un hombre usa para administrar su casa
De acuerdo con la tradición filosófica, «Es la constancia valerosa que se opone al mal, y a pesar de lo que sufra el hombre, no se deja dominar por él”. Un enunciado del Odu de Ifá Eyiogbe dice: La paciencia y el sacrificio hacen que lo imposible se haga posible.
También es aquello que las personas necesitan en muchos casos para mantenerse estables en un momento determinado, tal como indica el Odu de Ifá Otura Meyi enuncia: La paciencia trae grandes recompensas. Debe tener mucha paciencia para poder llegar al fondo de las cosas que desee hacer.
La paciencia no es pasividad ante el sufrimiento, no reaccionar o un simple aguantarse: es fortaleza para aceptar con serenidad el dolor y las pruebas que la vida pone a nuestra disposición para el continuo progreso interno, por eso el Odu de Ifá Ogbe Oggunda dice: la Paciencia es suficiente para llegar a donde quieras.
La paciencia es la virtud por la que soportamos con ánimo sereno los males y los avatares de la vida, no sea que por perder la serenidad del alma abandonemos bienes que nos han de llevar a conseguir otros mayores. Por ello el Odu de Ifá Oddi Iroso nos dice: La Paciencia corona reyes.
2. Sabiduría: El Odu Otura Ogbe nos enseña que la sabiduría es la belleza más refinada del Religioso. La sabiduría es la habilidad desarrollada a través de la experiencia, la iluminación y la reflexión para discernir la verdad y el ejercicio del buen juicio
En la Sabiduría se destaca el juicio sano basado en conocimiento y entendimiento; la aptitud de valerse del conocimiento con éxito y el entendimiento para resolver problemas, evitar o impedir peligros, alcanzar ciertas metas, o aconsejar a otros.
La sabiduría se define como la capacidad de pensar y de considerar las situaciones y circunstancias distinguiendo lo positivo de lo negativo y como el conocimiento profundo en ciencias, letras o artes, por eso dice el Odu de Ifá Ogbe Oddi: Los labios de la sabiduría solo se abrirán para los oídos que estén preparados para escucharlos.
3. Honestidad: En el Odu Eyiogbe, Ifá nos pide ser honestos y decentes. Es la honradez, el decoro y la decencia que en su conjunto, exige que la persona se comporte o proceda con rectitud, con honor y respeto, con dignidad. En la vida religiosa, honestidad es sinónimo de ser moral y de comportarse con moralidad. En el Odu Ogbe Sa nos dice que la Honestidad y Sinceridad, serán recompensadas. En el Odu Ojuani Ika, Ifá nos enseña que la honestidad llegó a la tierra y se convirtió en agua (para apagar la sed). La maldad llegó a la tierra y se volvió roca (para lastimar).
4. Veracidad: El Odu Ogbe Osa nos muestra que el veraz se muere, pero muere apaciblemente reclinado en una cazuela de agua con joyas y adornada con cuentas de Orunmila y que sólo el veraz y virtuoso recibe apoyo de la Deidad.
La veracidad es la certeza, evidencia y convencimiento que, en su conjunto, exigen que la persona se comporte o proceda con autenticidad, evitando la mentira, engaño, inexactitud u omisión. El ser veraz es sinónimo de ser una persona confiable. El Odu de Ifá Ojuani Iroso nos enseña que con seguridad, la verdad soporta más que la maldad.
5. Laboriosidad y Dedicación al Trabajo: El Odu de Ifá Otura Roso nos indica que el Religioso trabajará siempre, para que no caiga en estancamiento. La laboriosidad es la aplicación y dedicación al trabajo, que exigen que la persona se comporte o proceda con su mayor capacidad y disposición para desempeñar con eficacia y eficiencia, su trabajo personal. En la vida religiosa, la laboriosidad se refleja en el cumplimiento de los servicios y de las obligaciones profesionales y el Odu de Ifá Oyekun Osa nos dice que nada bueno se obtiene sin esfuerzo, pero uno de los preceptos más importante, es lo que nos enseña el Odu de Ifá Obbara Ofun cuando dice que un Religioso siempre tiene algo que hacer.
6. Disciplina: El Odu de Ifá Eyiogbe, nos revela el hecho de que el primer mandato de la religión es el respeto a los mayores. Es el acatamiento, obediencia, abnegación y subordinación que exigen que la persona se comporte o proceda observando y cumpliendo fielmente las normas y tradiciones religiosas.
En la vida religiosa, la disciplina comprende el respeto a los mayores, el respeto a los menores, el aseo, el orden, la uniformidad, la puntualidad, la obediencia al mayor, pero en forma consciente y sin trasgresión al Corpus de Ifá y sus tradiciones, sin olvidarnos de que se requiere disciplina como una virtud para nuestra propia superación por medio del estudio.
Esta es la columna vertebral de la Religión Yoruba. El Odu de Ifá Irete Untelú nos enseña que por muy alto que haya llegado el Religioso, éste siempre deberá rendir respeto y pleitesía a su padrino y a su Oyugbona y a sus mayores en general. El Odu de Ifá Otrupon Kana nos dice que la victoria del Religioso, depende de su obediencia.
7. Integridad: El Odu de Ifá Ika Osa, nos muestra como la integridad lleva al religioso a obtener seguidores, honor y respeto. La integridad es la entrega y probidad, que en su conjunto, exigen que la persona se comporte o proceda en forma coherente entre lo que piensa, siente y hace.
En la vida religiosa la persona íntegra, inspira respeto y confianza. En el Odu Ojuani Alakentú, Ifá nos enseña que el Religioso debe mantener sus principios para que tenga buen fin.
8. Lealtad y Fidelidad: El Odu de Ifá Ogbe Oddi, nos muestra que el Religioso, siempre debe cumplir su palabra. Por tanto, la Lealtad es la sinceridad, solidaridad y confianza que, en su conjunto, exigen que la persona se comporte o proceda con fidelidad, sin faltar a la fe o confianza en él depositada.
En la vida religiosa, ser leal significa no fallar al compromiso de amistad, respeto y reconocimiento hacia las personas o a la Religión. La lealtad es recíproca: del Mayor al Menor y viceversa
9. Transparencia: La transparencia en nuestras actuaciones viene enseñada en el Odu de Ifá Ogbe Tua: que nos indica que el Religioso siempre sabrá diferenciar el fango de la arena, o sea reconocer lo bueno y lo malo y debe hacerlo siempre recordando que el Odu de Ifá Oshe Pauré nos enseña que el Religioso se perjudica, cuando no actúa bien con sus ahijados. La transparencia es la claridad, nitidez, limpidez, que exige que la persona se comporte o proceda realizando actos y/o brindando información en forma fidedigna, completa y oportuna.
En la vida religiosa ser transparente es cumplir con sus funciones en estricta concordancia con las normas establecidas por nuestra Religión y por la sociedad.
10. Responsabilidad: La responsabilidad para hacer las cosas nos la enseña Ifá el Odu Ogbe Osa, que nos dice que todas las cosas deben hacerse completas, con la convicción que nos enseña el Odu de Ifá Iwori Irete: “La irresponsabilidad es amiga de la tragedia”.
Por tanto, la responsabilidad es el cumplimiento de los deberes, hacer algo por convicción, que exige que la persona se comporte o proceda a cabalidad y en forma integral.
En la vida religiosa, la responsabilidad se valora por el esfuerzo, dedicación y abnegación, puestos de manifiesto en cada acto o servicio de la vida religiosa
11. Generosidad y Bondad: el Odu de Ifá Oyekun Meyi nos enseña que la buena fortuna llega por la generosidad, ya que la generosidad genera bendiciones y que estas bendiciones son honor y respeto. La generosidad del ser humano es el hábito de dar y entender a los demás. La generosidad se acepta extensamente en la sociedad, como un hábito deseable y debe ser un valor que debe cultivar todo Religioso. .
La generosidad puede también ser todo aquello que se da, sin esperar nada a cambio, como lo es el tiempo, dinero, o trabajo para otros, sin esperar alguna recompensa. Para un religioso, la generosidad no debe estar limitada a épocas de gran necesidad tales como desastres y situaciones extremas, ya que la generosidad no ha de estar basada solamente en el aspecto económico, sino que por el contrario, esto incluye las intenciones puras del religioso de mirar hacia fuera para bien común de su comunidad en particular y la sociedad en general y dar ejemplo a los demás. El Odu de Ifá Osa Roso también nos enseña en este sentido, que el Religioso ayuda al necesitado desinteresadamente y perdona al enemigo que se arrepiente sinceramente.
La bondad es la natural y permanente disposición que se tiene para hacer el bien, de manera amable, generosa y firme. Esto es enseñado en varios Odu de Ifá, que nos dicen que debemos hacer el bien sin mirar a quien, pero el Odu Iwori Irete nos enseña: “El que hace el bien, lo hace para sí mismo”.
Los que son bondadosos sienten un gran respeto por sus semejantes y se preocupan por su bienestar; pero ser bueno no quiere decir ser blando, sumiso, ingenuo o sin carácter, como a veces se piensa.
Si alguien no está en buena situación y necesita ayuda, el bondadoso no duda en ofrecérsela, y lo hace sin ofender, amorosamente y poniendo un gran interés en ello.
Los buenos se distinguen por su fuerte personalidad, la cual se traduce en inagotables dosis de energía y optimismo, y se refleja en su cálida sonrisa y los sentimientos de confianza, cariño y respeto que infunden a su alrededor.
En la vida Religiosa, la Bondad siempre debe ser practicada, porque además el Odu de Ifá Ojuani Oyekun nos enseña que Olofin prueba la bondad del Religioso.
Con la finalidad de difundir con mayor amplitud los preceptos relacionados a los valores, deberes y virtudes, en forma complementaria a lo señalado en el capítulo anterior; el religioso deberá tomar en cuenta, los conceptos complementarios que a continuación se enuncian, que son los considerados como Valores:
Enunciado 1:
En el ejercicio de su práctica y servicios:
a. El Religioso actuará de acuerdo a los siguientes valores:
1. El Respeto. El Odu de Ifá Ogbe Ofun nos enseña que el respeto, engendra respeto. Expresamos respeto cuando reconocemos y apreciamos a los hombres, sus instituciones y sus leyes, por su valor intrínseco y su trascendencia en aras del bien común. Significa una voluntaria autolimitación de nuestros impulsos y consideraciones, para no contravenir la imagen y sustento de lo que se respeta, lo cual expresa el Odu de Ifá Oshe Tura cuando nos dice que el Religioso respeta a todo el mundo para que no lo abochornen.
En el aspecto de las interacciones humanas, el respeto es de carácter recíproco y debe ameritarse con principios y acciones concretas; de lo contrario, se perderá la autoridad moral y por lo tanto el derecho de ser respetado, tal como lo indica el Odu de Ifá Ogbe Fun que nos dice que Para ser respetado, primero hay que respetar.
Es la consideración y trato especial que se da a las personas y cosas de acuerdo con los derechos que le corresponden, tal como nos lo enseña el Odu de Ifá Otrupon Iroso que nos dice: Respeta al prójimo como a ti mismo.
El respeto abarca a todas las esferas de la vida, empezando por nosotros mismos y nuestros semejantes, hasta el ambiente que nos rodea, los seres vivos y la naturaleza en general; sin olvidar el respeto a las leyes, las normas sociales, la memoria de los antepasados y la patria en que nacimos.
El respeto, abarca tanto al mayor jerárquico como al Menor, como una expresión propia de su formación religiosa. Pero la responsabilidad de recae sobre el Mayor de la casa, ya que el Odu Ogbe Ka nos enseña que un mayor que se propasa en exceso, pierde todo el respeto y el prestigio. Pero el respeto más importante que nos enseña Ifá, nos lo da en el Odu Oggunda Keté que dice que el Religioso se respeta para que lo respeten.
2. El Honor. Cuando en la concepción subjetiva y en el sentido práctico, sintamos seguridad, respeto y orgullo por el valor de nosotros mismos y tengamos la absoluta convicción que jamás lo mancillaremos ni traicionaremos, seremos auténticos hombres de honor. Este valor
Implica el sustento de sólidos principios y fuerza inteligente, por lo cual no debemos temer a nada ni a nadie.
El Hombre de Honor jamás hace ostentación de sí mismo, porque su sola imagen y acciones lo definen con letras mayúsculas. En este sentido, Ifá nos enseña en el OduObbara Ika que el Religioso no se envanece para que Olofin no lo maldiga.
3. La Sencillez. El Hombre serio denota grandeza de espíritu, practica a cabalidad la máxima, “Haz bien y no mires a quien”, vale decir no dar desmedida importancia a lo que es, sabes o haces; sin que esto signifique el no saber valorarse a sí mismo, ni desmerecer su orgullo personal, que es una enseñanza que Ifá nos da en el Odu Ogbe Ikamostrándonos que el Religioso debe ser mesurado para todas sus cosas, porque todos los excesos son malos y recordándonos que el Odu Oggunda Ofun nos enseña que el orgullo y la jactancia, son la perdición del hombre, ya que la serpiente no mide su sombra, como la del arco iris. (No compara su sombra con el Arco Iris).
El hombre sencillo aborrece las frivolidades, la vanagloria, la pompa y el éxito barato. Sabe ubicarse en cualquier lugar y situación, puede comunicarse productivamente sin barreras, ni prejuicios, con individuos de cualquier escala jerárquica o social, tal como lo indica el Odu Ogunda Bara, que nos enseña que a Orunmila le da igual el grande que el chiquito.
4. La Cabalidad. Las preocupaciones y dedicaciones principales de la persona cabal, están encaminadas al esmero por ser generoso, atento y servicial, por tener un alto sentido de honor y un profundo sentido de amistad; mostrar buenos modales y delicadeza, sin menoscabar su firmeza, energía y virilidad.
Sabe escuchar y comprender y puede decir lo que piensa o siente sin jactarse u ofender.
Por más inteligente que un hombre sea, si es tosco en sus modales, descuidado en sus conversaciones, jactancioso con sus amigos, desconsiderado en sus relaciones con los demás; sí miente o engaña, o no puede perder sin quejarse, nunca será cabal y nunca obtendrá la consideración y respeto de sus semejantes.
5. La Seriedad. Consiste en actuar con formalidad y altura en nuestras relaciones y compromisos con otras personas, ya que el Odu de Ifá Iroso Okana dice: “Palabra dada, palabra empeñada”, porque de lo contrario, iríamos en contra el Odu de Ifá Ojuani Oddi que nos dice que no ofrezcamos, lo que no podemos cumplir.
La persona seria, si bien es ponderada en sus expresiones y comportamiento, esto no significa que carezca de buen humor o que actúe con rígidos formalismos; porque sabe en qué medida y en qué contexto actúa con espontaneidad y alegría, bajo el común denominador de no incomodar a las otras personas.
6. La Sobriedad. El Odu de Ifá Irete Ka nos enseña que un Religioso necesita meditar sus cosas. Es por ello que debe esmerarse permanentemente para expresarse y conducirse moderadamente, sin exageraciones, ya que esto es lo que define a la persona sobria.
No basta concebir subjetivamente los valores morales, es preciso demostrarlos con nuestros actos; pero más aún, hacerlo de tal forma que sean apreciados por los demás, sin necesidad de decirlo o hacerlo notar.
El rasgo principal de la persona sobria, es la bien fundamentada seguridad en sí misma, por lo cual es capaz de mostrar majestad sin perder la sencillez, prestancia sin altanería, elegancia sin ostentación. Puede indignarse con energía sin descender de nivel o llegar a la grosería, manifiesta sus sentimientos más intensos sin fingir o exagerar y puede expresarse con sabiduría, sin hacer sentir ignorantes a los demás, ya que el Odu de Ifá Ofun Tempolá nos enseña que el Religioso evitará que su lengua hable, antes de que su mente piense.
7. Templanza. El Odu Okana Meyi nos enseña “La cabeza del hombre tiene dos contrarios, la cólera del corazón y el deseo del amor”. La Templanza es aquel valor que asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la solidaridad. La persona templada orienta hacia el bien sus apetitos sensibles, guarda una sana discreción y no se deja arrastrar para “seguir la pasión de su corazón”, algo que nos enseña el Odu de Ifá Ojuani Kana cuando nos enseña que el Religioso no permite que sus impulsos lo arrastren.
La templanza la cultiva el religioso entonces por varias razones: Dominar la Ira, dominar la Codicia, dominar la lujuria y todas aquellas pasiones que hacen que una persona flaquee y caiga en el lodo.
Sobre este valor, Ifá nos habla en diferentes Odu. Así el Odu de Ifá
Ogbe Yekun: El Religioso domina el mal carácter, para no perder. Ogbe Yono: Con violencia no se resuelve nada, la soberbia al final cuesta la vida. La templanza es la virtud moral que regula la atracción por los placeres, y procura el equilibrio en el uso y disfrute de los bienes creados.
8. La Sinceridad. Manifestamos este valor, cuando ponemos interés en entablar con otras personas una productiva comunicación con espontaneidad, seriedad y disposición, para aceptar y admirar sus aspectos positivos y aprender de ellos, reconociendo, cuando sea debido, nuestros defectos, errores y limitaciones, tal como nos lo enseña Ogbe Saque dice: La honestidad y la sinceridad serán recompensadas, mientras que los mentirosos, hipócritas e imitadores serán debidamente castigados.
En el ámbito de la amistad, la sinceridad consiste en la entrega incondicional de nuestro afecto y el compromiso de no defraudarla para obtener beneficios incompatibles con ella.
9. La Autenticidad. La concepción de este valor, nos confiere el orgullo de mostrarnos ante los demás como realmente somos, sin máscaras y sustenta nuestra íntima convicción para mantener en lo fundamental, no obstante las condiciones cambiantes.
Nuestra peculiaridad, creatividad y sello moral, forjados por nosotros mismos al asimilar críticamente todo lo positivo del medio, para basándose en nuestro propio proyecto, ser mejores cada día.
Ser auténticos consiste también en «ser» más allá del mero «existir” expresar y ejercer con propiedad el auténtico valor de la libertad individual o autodeterminación, superando las rutinas y costumbres innecesarias e irracionales, que limitan el afán de trascendencia del ser humano.
10. El Tacto. Este valor nos orienta hacia un estilo de trato interpersonal, que implica el ponerse en el marco de referencia de la persona con quien nos comunicamos, lográndose una apreciación rápida de lo adecuado, lo conveniente y lo correcto; involucra sensibilidad de sentimientos, previsión de las consecuencias del comportamiento, compenetración con los motivos de otros, sutileza de razonamiento con respecto a detalles y, particularmente, el evitar lo que pueda molestar u ofender. Es por ello que el Odu de Ifá Oddi Irete dice: “El Religioso debe cuidar lo que habla, para que evitarse problemas”.
En el marco de la interacción grupal, el tacto es algo así como el aceite lubricante que minimiza las fricciones propias de la interacción; aquella persona que crea que no es necesario el tacto, es probable que sea la misma que golpea su reloj con un martillo, cuando se descompone.
11. El Tino. Nos confiere la flexibilidad para ubicarnos y adaptarnos, en el ámbito de las relaciones interpersonales, a medios y circunstancias diferentes, sin desentonar o resentir la comunicación. Por eso el Odu de Ifá Okana Iroso nos dice: “A la tierra que fueres, haz lo que vieres”.
Es saber comportarnos sin perder la perspectiva de nuestros principios, adecuándonos a otros «modus vivendi”, convicciones y creencias, con la flexibilidad suficiente para comprender, que aún cuando la conducta de los otros no es del todo compatible con la nuestra y si son buenas las intenciones, debemos ajustar nuestro modo de actuar, para establecer una buena interrelación, no parecer extraños, ni hacer sentir mal a los demás.
12. La Tolerancia. Tolerar implica saber comprender sin ser ingenuos. Ceder en las posiciones originales, ante la razón bien fundada, sin ser blandos. Esto es algo que nos enseña el Odu Ofun Oshe cuando dice que: “El Religioso nunca piensa que ya lo sabe todo, siempre hay algo nuevo que aprender”.
Ser flexibles sin perder la perspectiva de la norma. Ser sensibles sin menoscabar la energía. Perdonar sin negar la Ley.
Ser considerado con el menor sin perder el sentido de autoridad.
13. La Cordialidad. Somos cordiales cuando expresamos vivamente nuestro agrado y calor humano en el trato con las demás personas, de tal forma de hacerlas sentirse importantes y apreciadas.
Si bien se exterioriza sonriendo, halagando y departiendo animadamente, internamente se sustenta en la intima satisfacción de brindar afecto y considerar a nuestros semejantes.
14. El Agradecimiento. El Odu de Ifá Ojuani Meyi nos dice que “El agradecimiento es la memoria del corazón”. El agradecimiento surge cuando una persona se siente en deuda con otra, porque le ha producido algún bien, le ha prestado un servicio o le ha hecho algún regalo.
Las personas agradecidas se alegran por los bienes recibidos, los reconocen y están dispuestas a corresponderlos. No se trata de devolver favor con favor, ni regalo con regalo, sino de sentir y expresar admiración y gratitud por las calidades humanas de quienes nos honran con sus dones.
Cada uno tiene siempre mucho que agradecer, y cuidar lo recibido es una forma de hacer evidente nuestro reconocimiento.
Entre los bienes que más agradece el hombre se encuentran la vida, la salud, la amistad, la lealtad y las enseñanzas de sus ancestros.
La gratitud y el reconocimiento son los mejores regalos que puede recibir una persona en cualquier época y lugar del mundo.
15. La Cortesía. Bajo la perspectiva del valor moral, consiste tanto en el esmero y voluntad por cultivar nuestros modales, hábitos y expresiones; como el brindar en el trato interpersonal, lo mejor y más depurado de nuestras formas exteriores de comportamiento, con el noble propósito de hacer que nuestros semejantes se sientan cómodos y a gusto en nuestra compañía, ya que el Odu de Ifá Ogbe Ofun nos enseña: “La cortesía no cuesta nada, cada humano es digno de respeto”
El ser cortés es una muestra cabal de nuestra educación y cultura; no sólo consiste en ser pródigos en atenciones, delicadezas o exquisiteces, sino el hacerlo con plena convicción, generosidad y buenos deseos, por el auténtico reconocimiento del valor y la dignidad que merece todo ser humano, lo que nos enseña el Odu de Ifá Oyekun Irosoque dice que debemos tener buenos modales.
16. La Puntualidad. La precisión y oportunidad en el cumplimiento de los plazos fijados para los compromisos y metas, es la principal preocupación de la persona puntual; en razón que ha tomado conciencia de lo que significa cumplir sus deberes a tiempo, como aporte fundamental a una finalidad prevista, tomando en cuenta que el Odu de IfáIwori Ogunda nos enseña que un Religioso evita retrasarse.
Esta conciencia se logra concibiendo claramente los valores de la responsabilidad, el Sentido del Deber, el Respeto y la Lealtad, se refuerza con el convencimiento de que el hecho de ser puntual acrecienta el prestigio personal.
Si además de ser puntual se es serio, jamás se prometerá algo más allá de lo que se pueda cumplir en el plazo señalado, porque así lo enseña Ifá en el Odu Ojuani Oddi, nos dice que un Religioso no promete lo que no puede cumplir.
Asimismo, se manifiesta en el cuidado, la diligencia y la exactitud necesaria para cumplir debidamente sus obligaciones.
17. La Presentación Personal. El Odu de Ifá Iroso Umbo dice: “El Religioso debe cuidar su aspecto físico y postura”. El respeto y consideración que debemos a las personas con quienes alternamos y a los lugares donde asistimos, los demostramos en gran medida por el esmero y pulcritud en nuestra apariencia exterior y la propiedad de nuestra tenida. El Odu de Ifá Otura Oddi, nos enseña que debemos ser aseados, ya que a Orunmila no le agrada la suciedad ni los malos olores.
El hacer gala de sobriedad y prestancia en nuestra apariencia exterior, lejos de ser actitudes banales o superficiales, son indicadores de calidad humana, tanto en el aspecto individual como en el social, algo que en la Regla de Ocha Obbatalá nos lo muestra con su ejemplo.
18. La Humildad. Es la conciencia que se tiene acerca de lo que somos, de nuestras fortalezas y debilidades como seres humanos y que nos impide, por lo tanto, creernos superiores a los demás.
Los que son humildes no se sobrestiman, ni desmerecen a los menos favorecidos desde el punto de vista social, económico o de educación, porque el Odu de Ifá Iwori Oddinos dice: “El Religioso nunca menosprecia a nadie”.
19. La Justicia. El Odu de Ifá Ojuani Meyi dice: “Una injusticia hecha a uno solo, es una amenaza para todos”. Por tanto, la Justicia es la obligación de conocer, respetar y hacer valer los derechos de las personas, dentro del marco legal correspondiente, dándole a cada quien lo que corresponde y lo que necesita para desarrollarse plenamente y vivir con dignidad. La justicia también comprende reconocer, aplaudir y fomentar las buenas acciones.
Es el principio, valor y virtud asociado a un elevado sentido de equidad y a la correcta entrega y distribución de las cosas, porque el Odu de Ifá Oddi Ika nos dice: “Aquel que aplaude los actos de un malvado, es de su misma calaña”.
20. La Fortaleza. Es la capacidad que nos permite mantenernos fieles a nuestras convicciones y hacer frente con firmeza y energía a las diferentes situaciones con que nos encontramos en la vida, dado que el
Odu de Ifá Obbara Iwori nos dice: “Para llegar a ser grande, hay que pasar por distintas etapas y adversidades”. Las personas que tienen fortaleza actúan con prudencia y no se dejan tentar por las cosas que saben, no les convienen o no son buenas para ellas o sus semejantes, tal como lo indica el Odu Ojuani Iwori: “Si una persona decide dejar el camino correcto para irse por el peligroso, esa persona solo puede culparse a sí misma”.
La fortaleza da la estructura moral y física para cumplir el trabajo encomendado sin vacilaciones.
21. La Perseverancia. El Odu de Ifá Oggunda Oddi dice: “Nada cansa, si el deseo es firme”. Es el aliento o fuerza interior que permite concluir en forma satisfactoria las acciones emprendidas.
Las personas perseverantes tienen una alta motivación y un profundo sentido del compromiso asumido, lo que les impide abandonar las tareas que comienzan y los animan a trabajar hasta el final.
22. La Solidaridad. Es la adhesión circunstancial y voluntaria de dos o más personas que se unen y colaboran mutuamente en una causa noble o empresa justa con el propósito de conseguir un fin común. Esto nos lo enseña el Odu Ojuani Obara: “Los hermanos se unen para que puedan vencer”.
Es tan grande el poder de la solidaridad que nos hace inmensamente fuertes y hace posible asumir los más grandes desafíos para resistir los embates de la adversidad, tal como lo enseña el Odu de Ifá Oggunda Osa: “La unión, hace la fuerza”
23. La Amistad. Es el valor que nos capacita para compartir con afecto metas y valores comunes con nuestros co-religiosos y personas en general, por lo que el Odu Eyiogbedice: Caracteres similares, forjan una amistad.
24. La Voluntad de Servicio. Se evidencia en la permanente actitud de cumplir las obligaciones religiosas sin reservas, ya que el Odu de Ifá Otrupon Meyi nos enseña: “El servir no es sólo faena de inferiores, Olodumare sirve, cuando nos brinda su luz”.
25. La Disposición al Sacrificio. Se materializa mediante la plena adhesión y no a consideraciones fundadas en la propia conveniencia, sino a los vínculos implícitos que surgen de la relación con la religión.
El sacrificio es una de las piedras angulares de la Religión Yoruba y debe ser ejercido en beneficio no solo de la religión, sino también de la sociedad.
Nuestros Orishas también nos exigen sacrificios y la vida del Religioso está llena de sacrificios, por ello es que el Odu de Ifá Oyekun Meyi dice: “Aquel que sacrifique será absuelto, el sacrificio es la liberación, porque la vida no es más que el proceso de dar para recibir”
26. La Valentía. Es una forma superior de entrega que da el coraje suficiente para cumplir nuestro cometido, cualesquiera que sean los riesgos que se presenten en orden a conseguir un fin honesto, ya que Ifá nos enseña en el Odu Oggunda Ogbe que “Un solo hombre con la ayuda de Ifá, reta a treinta hombres a combatir y los vence”.
El valor religioso es más excelente que el valor simple y común, por cuanto debe mostrarse en las circunstancias más difíciles de la vida, el momento en que se enfrenta a la muerte y el dolor humano y debe demostrarse sin atenuantes, abnegadamente y en beneficio de los demás.
27. Cumplimiento de Normas. El Odu de Ifá Ika Ofun nos dice que “La habilidad de comportarse con honor y obedecer los mandamientos de Ifá, es responsabilidad de todo Religioso”, por lo tanto el servicio religioso es cumplir con las obligaciones que nos impone la religión las que, comúnmente, están expresadas mediante reglas y normas.
Los buenos religiosos entienden que las reglas y normas tienen una razón de ser, la actitud normal debe ser la de cumplirlas cabalmente, salvo el caso de presentarse una razón fortuita muy justificada que lo impida.
28. La Vocación de Servicio: El Odu de Ifá Otrupon Meyi dice: “El servir no es sólo faena de inferiores, Oloddumare sirve cuando nos brinda su luz”. Este valor establece que un buen mayor considera a sus menores y a todas las personas, antes y por encima de su bienestar.
Siempre debemos actuar con el entendimiento y conocimiento que todas las personas poseen una dignidad fundamental como seres humanos y no creernos superiores a nadie.
29. Confianza Religiosa. El Odu de Ifá Iwori Ogbe nos enseña que un Religioso nunca duda de la palabra de Ifá. Perder la confianza en la religión o emitir juicios al respecto, es colocar a uno mismo antes que a la Religión. El Odu de Ifá Oggunda Otura, Orunmila nos enseña porque un Religioso no debe hastiarse de la religión y perder la confianza en ella. Los Mayores pueden ser muy influenciables en este aspecto; pero si un Mayor resiste en forma adecuada la tentación de dudar de la Religión, entonces los menores lo seguirán con la debida confianza, porque el Odu Ika Oshe nos dice: “La palabra de Orunmila, nunca cae al piso”.
30. Servicio de Excelencia. El Odu de Ifá Oggunda Otrupon nos dice: “El clavo bien puesto, cuesta trabajo sacarlo”, lo que se traduce en que las cosas bien hechas, difícilmente se pueden cuestionar. La obligación de todo Religioso, es mejorar la el servicio y prestigio de la religión mediante el esfuerzo, para poder generar servicios de excelencia,
teniendo en cuenta que si ellas se vuelven ineficientes, la religión pagará el precio ante la sociedad.
31. Excelencia Personal. El Odu de Ifá Obbara Oyekun dice: El Religioso se supera para desempeñar su sabiduría. Los religiosos, deben buscar y completar sus conocimientos por medio del estudio y la educación, mantener en buenas condiciones nuestra capacidad física y mental, tal como lo indica el Odu de Ifá Okana Bara: “El Religioso estudia y se prepara para la vida”.
Seguir un continuo perfeccionamiento de nuestros estudios, manteniendo actualizados nuestros conocimientos y habilidades para hacer frente a un mundo dinámico actual, siguiendo la enseñanza del Odu de Ifá Iroso Obbara que dicta: “El Religioso se mantendrá actualizado, para que no pierda su gobierno”.
32. Excelencia del Trabajo en Equipo. Esta excelencia se obtiene cuando todos los integrantes de una casa religiosa, trabajan en forma mancomunada y armoniosa.
Esta manera de realizar las actividades que nos competen, permitirá alcanzar los objetivos comunitarios, mediante la integración de esfuerzos en un clima libre de temores y donde se preserve la dignidad individual.
Los factores más importantes que influyen en la excelencia del trabajo en equipo son los siguientes:
a. Respeto Mutuo. El verdadero respeto involucra ver a otra persona como un individuo con dignidad. Obviamente, esto significa que una persona nunca puede ser juzgada, sólo sobre la base de poseer un atributo dentro de alguna categoría o género étnico, racial o económico.
b. Beneficio de la Duda. Trabajar con mutuo respeto es la actitud que nos indica que la persona es inocente mientras no se pruebe lo contrario.
Antes de apresurar un juicio sobre el comportamiento de una persona, es importante tener un conocimiento detallado de la situación problemática.
33. Excelencia del Potencial Humano. Implica la obligación de captar, formar, entrenar, promover y retener, a las personas que puedan realizar de mejor forma los trabajos para la casa religiosa y la comunidad.
Sin embargo, es responsabilidad compartida por el Mayor de la Casa religiosa y sus menores, motivo por el cual está en la obligación de enseñar, tal como lo indica el Odu de Ifá Iroso Okana que indica que el Religioso debe interpretar los oráculos y enseñar al que no sabe, y el menor está en la obligación de aprender como lo indica el Odu de IfáObbara Oshe que dice que “El aprendiz aprende observando a sus maestros” y la forma de aprender, nos la da el Odu Otura Ojuani que dice que: “El religioso aprende al lado de los viejos”
34. Excelencia en el uso de Recursos Materiales. Implica la obligación de asegurar que todo el material que se utilice sea realmente el necesario y el correcto para el logro del trabajo religioso que se vaya a efectuar. Esto significa que los recursos económicos aportados por las personas que se consultan, no podrán ser usados para adquirir bienes que no sean para sus obras y ritos religiosos, tal como lo enseña el Odu de Ifá Iroso Otura que dicta que “El Religioso no gasta en otras cosas, el dinero de las consagraciones.
35. Excelencia en Servicios Internos. Representa la forma como realizamos los trabajos que corresponden a las diferentes áreas de la religión, desde el nivel Sacerdotal hasta los niveles consagratorios, rituales y ceremoniales, desde los más sencillos hasta los más complejos. Involucra un total compromiso para maximizar los esfuerzos de los religiosos para lograr éxito en lo que religiosamente se esté por hacer.
36. Excelencia en Servicios Externos. Está referido a la forma en que nos relacionamos con el entorno de nuestra casa religiosa y tomamos las acciones correspondientes. Por ejemplo, no molestar a vecinos con ritos nocturnos o bulliciosos, se deben respetar y cumplir cabalmente las normas de convivencia y las leyes. .
b. Los conceptos a que se ha hecho referencia, son desarrollados por el religioso dentro y fuera de su casa religiosa y su comunidad.
c. El Religioso deberá considerar las Cualidades, que a continuación se indican, las aplicará a su vida religiosa como parte complementaria de su aprendizaje y lo debe enseñar y observar en sus discípulos.
- Aptitud o Competencia Religiosa. La vocación es la parte que pone Olodumare, es la naturaleza en la obra de que se hará responsable al hombre. Pero la inclinación y aún la afición fuertemente sentida no basta por sí sola, para formar un Religioso y de llenar su cometido con la perfección que de él se exige, como lo indica el Odu de Ifá Iroso Ojuani: “El aprendiz de Ifá, estudia con dedicación y sufrimiento”.
La aptitud religiosa, no es otra cosa que la capacidad o disposición para el buen desempeño o ejercicio de la Religión. Conviene distinguir bien entre la competencia o aptitud, es decir, 1) la que se reconoce con el otorgamiento de un título y 2) la real, la que capacita de verdad para los fines de la Religión. Una consagración o título, no es muestra de ser competente, el estudio, la experiencia y la dedicación, es lo que hace a una persona competente, en cualquier campo en el que se desempeñe, ya que el Odu de Ifá Iroso Otura nos enseña que: “No se puede empecinar en las cosas para las que no se tenga vocación, pues fracasará”.
- Entrega. El Odu de Ifá Iwori Meyi dice: “El Ikin de la palma me protegerá. Serviré a Orunmila de todo corazón”. La entrega, como cualidad religiosa, consiste en darse íntegramente a la Religión y por ende a la Sociedad, sin reticencias ni recortes. El Religioso debe ponerse al servicio de sus Orishas y sus ideales.
En vez de limitarse a seguir la senda de su trabajo rutinario y cotidiano, siempre debe estar dispuesto a aprender cosas nuevas.
Siempre debe tener el tiempo escaso. Le debe parecer poco lo que hace. Su paso normal debe ser el correr. “Servicio” es la palabra que sintetiza al Religioso y su significado reclama entrega personal.
Servir a la Religión, sirviendo a la Sociedad es el objetivo del Religioso. Los otros objetivos importantes, constituyen el desarrollo de aquel propósito fundamental, es por ello que el Odu de Ifá Obbara Ofun nos dice que Un Religioso siempre tiene algo que hacer.
- La Obediencia. La obediencia es una cualidad que nos inclina a someter nuestra voluntad a la de las Deidades y los Superiores.
El respeto a la autoridad existe en la Religión Yoruba, sustentada en el Odu de Ifá Ofun Iwori donde nacen las Jerarquías en los puestos de trabajo, tanto de Ifá y Orisha, como en la vida en general, donde siempre tiene que haber un jefe, porque nuestra religión es “Tutelar”, es decir, una sociedad jerárquicamente organizada y es obvio que no puede existir sociedad sin autoridades y pueblo.
La autoridad no es un privilegio personal, sino un servicio a la Religión, para promover el bien común de la misma, sirviéndola, dirigiéndola, animándola y sacrificándose por ella cuando sea necesario, tal como lo indica el Odu Ika Ofun cuando nos dice: “Se debe respetar y tratar bien a los ancianos y a los mayores en la religión, respetar la religión y la jerarquía de cada cual”.
- Prudencia. La prudencia es la virtud que consiste en discernir lo bueno de lo malo, tal como lo enseña el Odu Ogbe Otura que nos indica que el Religioso siempre sabrá diferenciar el fango de la arena
Sócrates ve en la prudencia un “saber como obrar” expresado directamente en la acción moral. Algo que vemos reflejado en el Odu de Ifá Otura Ofun donde Ifá urge a todos sus devotos a pensar, hablar y actuar con más piedad, verdad y honestidad.
Para los filósofos griegos, en general, la concepción justa de la Ética fue inseparable del concepto de prudencia.
- Sentido de Identidad Religiosa. Identidad Religiosa es el amor a la Religión. Los deberes para con la Religión son similares a los que tenemos para con nuestros padres, trasladados al plano de la comunidad: Respeto, Amor y Servicio, tal como nos los enseñaron
nuestros Ancestros, que con su dedicación y amor, mantuvieron viva la Religión en América.
El respeto se traducirá en actos y honores tributados a quienes han encarnado a la Religión en el pasado o la encarna en el presente y a sus símbolos sagrados.
El amor a la Religión deberá ser benevolente, afectivo y efectivo, como todo verdadero amor; será también un amor de predilección porque, en el orden del amor, los hombres y mujeres de nuestra sociedad están más próximos a nosotros.
Debemos amar la Religión y hablar siempre bien de ella, hacer que los demás también la amen y se expresen bien de ella.
- Sentido de Pertenencia Religiosa. Aquí entendemos por Pertenencia Religiosa a un estado de ánimo, por el cual la persona, en nuestro caso, el Religioso, siente preferencia por todo lo que es propio de su Rama o Linaje Religioso al que pertenece y particularmente la comunidad de suelo, de raza y de cultura.
Es un estado de ánimo racional e ilustrado, ajeno al chauvinismo y fanatismo. El Sentido de Pertenencia Religiosa, tiene mucho que ver con la Religión, porque es lo que ha mantenido vivas a las diferentes Reglas, Ramas y Linajes religiosos, lo cual se transforma en el mejor homenaje que le podemos dar a los Ancestros.
El Sentido de Pertenencia Religiosa, se incluye, por supuesto, con el amor a la Religión y a la Rama o Linaje al que se pertenece, en las Deidades, tradiciones y costumbres, que resulta por lo tanto y según nuestra concepción, el amor y devoción a todo lo que es y se vincula, por pertenencia, por representación, o por esencia a la Religión.
Asociaciones y Fundaciones Religiosas Unidas por la Religión
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