Es muy común que se incluya en los costos del ritual del aña (tambor al santo) el monto a cancelar como derecho al «Caballo de Santo» que recibirá a la deidad homenajeada, pero es realmente esto una práctica sana, veamos los por menores de esta situación
Empecemos por el principio, un tambor en honor a un Orisha es una «ceremonia» y como tal, requiere de ciertos elementos que deben estar presentes para poder realizar la ceremonia correctamente. Los principales requisitos indispensables son:
- Contratar un Aña (Tambor Consagrado conformado por 3 tamboreros jurados en aña, preferiblemente awo ni Orunmila )
- Armar un trono en honor al Orisha a quien se le dedica al tambor
- Congregar al pueblo religioso allegado a la casa del religioso que ofrece el tambor
- Preparar una mesa para ofrecerle una comida a los integrantes del aña
- Notificar a los que no estén presentados en tambor para que asistan y cumplan con el ritual
En ocasiones la persona que ofrenda el tambor realiza un sacrificio de sangre o le «da de comer» al Orisha agasajado antes de la realización del tambor. Ahora bien, dice la liturgía de la Osha que el sonido del aña tiene la facultad de invocar al Santo según los cantos y toques que se realicen y la deidad en respuesta a ese llamado tomara posesión de alguno de los presentes para compartir con las personas que asisten al tambor.
Es por esto que nace la costumbre de tener entre los asistentes a un santero que con anterioridad haya sido tocado por el Orisha, osea que sea Caballo de Santo, al que se le dedica el tambor, preferiblemente alguien que ya tenga Ashe para que el santo hable. Si no sabes lo que significa tener ashe, puedes leer esta publicación -> (Los orishas reciben la potestad para hablar)
Ahora bien, no siempre está disponible un religioso con esas características especiales y es donde nace la mala costumbre (en mi opinión) de «CONTRATAR» a un montador para que el santo baje y hable con los presentes. ¿Por qué la llamo una mala costumbre? Porque al haber dinero de por medio, nace la «OBLIGACIÓN» de que el santo baje, y yo soy de la opinión que por mucho que nosotros hagamos, siempre sera potestad de los santos bajar o no.
Entonces, ¿que pasa con el Caballo de Santo, que ya se contrato, si sencillamente el Orisha no quiere hacer acto de presencia? es allí donde algunos religiosos sin escrúpulos, para no perder su dinero del derecho, comienzan a fingir que bajo el Orisha, lo cual es una falta GRAVISIMA y lo que es peor, si los asistentes no poseen conocimientos para diferenciar una situación de MONTA real a una fingida, pueden ser mal aconsejados por parte de un montador charlatán.
Es por eso que yo me opongo grandemente a contratar a un montador, lo que yo planteo acá, es que uno invite varios religiosos al tambor, que compartan de la celebración y si es potestad del Orisha hacerse presente, que lo haga de manera espontanea en cualquiera de los religiosos presentes. De esta manera, nadie estará obligado por la necesidad económica a fingir que un santo bajo a la tierra.
Y usted amigo lector que opina, me gustaría recibir sus comentarios.