La palabra honestidad significa según el diccionario: “ Compostura, moderación, respeto a la conducta moral y social que se considera apropiada”; “Recato, decencia, rectitud de comportamiento”
Uno de los requisitos indispensable para ser un verdadero iworo o awó es ser honesto con usted mismo y con su entorno. Cuando no esté de acuerdo en algo con su padrino o ahijado, llámelo e indíquele en que no está de acuerdo y las razones. Sí usted como mayor va hacer una exigencia o sugerencia, procure que haya coherencia; porque no se puede exigir lo que no se da o sugerir lo que no se practica. Mucho menos corregir sí es usted de los que no se corrigen primero a sí mismo. Por ejemplo: exigirle a la nueva generación de santeros (iyawó o santeros jóvenes de edad santoral) lanzarse a los mayores sí usted no hace lo propio.
Este principio aplicado a las casas religiosas en cuanto a normas, reglas, formas de expresión y vestimenta apropiadas para las ceremonias, debe ser de manera general y no de la boca para afuera. Entonces, procuremos ser honestos en todos los niveles. Sí una personal viene a nosotros a consultarse (registrarse) y no requiere de un ebbó o ceremonia de alta envergadura, por favor, sea honesto; y aunque su medio de ingreso sea sólo de la religión no le marque obras o ceremoniales que no necesita…mucho menos entregarle fundamentos que después la persona no va a saber que hacer con ellos. ¡Eso es ser deshonesto! Sí la persona va al pie de ifá y requiere del apoyo de un iworo (en caso de la osha) o de un palero (en caso del palo monte), o de un espiritista, por favor, llévelo a donde indica Orula y no trate de hacer todo con ebboses a través ifá. Este ejemplo aplica para todas las tierras ya sea espiritismo, palo monte u osha. Tengamos presente que todas las tierras se necesitan para poder alcanzar un equilibrio perfecto.
A medida de que el religioso sea más honesto, mejor le va a ir en su vida personal, profesional, amorosa y sobre todo en lo espiritual. Olofi (Dios), junto con los egguns (muertos ancestrales de sangre y de linaje santoral), los espíritus y los orishas, nos supervisan desde allá arriba, saben que estamos haciendo bien y que no, sí merecemos una recompensa o simplemente atrasan la evolución (porque el castigo lo pone usted mismo con sus acciones, no los muertos, los espíritus, los santos y mucho menos Orula). Debemos tener presente aquel refrán de nuestra hermosa religión que dice: “el que bien hace y mal hace, para sí mismo hace”.
La aplicación de los valores mencionados en éstos escritos nos garantizan la siembra de buenos religiosos, colaboradores de la perpetuidad de nuestra religión afrocubana y las diferentes reglas o tierras en las cuales nos apoyamos; a su vez, unos mejores individuos para nuestros países y entre todos hacer ogunda tonti osa, (en la unión está la fuerza) para así, construir un mundo mejor.
Por último, ser honestos, respetuosos, leales y humildes aumenta no sólo nuestro prestigio y plusvalía en particular sino, también el de la regla de Osha-Ifá, Palo Monte y Espiritismo en general.
Manuel León.
Obbá Alá Ekun.
Manuel León | Obbá Alá Ekun oni Shango
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