Esta leyenda mítica corresponde a la creencia Yorùbá de que el mismo poder que hace posible el mal (las brujas), puede producir el remedio contra este mal: Ifá
No nos ha sido posible obtener una respuesta exacta por parte de ningún Babalawo nigeriano, ni cubano, sobre la cuestión del nacimiento de Ifá. Simplemente, nadie lo sabe. La mayoría de ellos darán como respuesta una historia mitológica sobre el origen de Ifá, o dirán que Ifá existe desde la creación de la tierra. Para ello siempre mencionarán a Õrúnmìlà, como el que trajo Ifá a los seres humanos, del Cielo a la Tierra. Pero Õrúnmìlà, en apariencia, es un personaje mítico, no histórico, y por eso no es posible conocer su tiempo de vida. Como consecuencia, las especulaciones sobre la edad de Ifá son de diversa índole. El hecho de que en alguno de los Odù se haga mención de un arma de fuego, no puede inferirse que Ifá evolucionó después de llegada de los Europeos a la costa de África Occidental, a finales del siglo XV. Simplemente fueron incorporados a un oráculo que ya existía desde mucho tiempo atrás. La connotación del término Ifá se restringe, normalmente, al sistema de adivinación de Ifá y a su cuerpo literario, tal come se entiende hoy en día en Nigeria Igbo, Nupe, Gwari y Jukun de Nigeria así como entre los Yorùbá de Togo, Dahomey, Cuba, Puerto Rico y Brasil. A la deidad Yorùbá de la sabiduría es común denominarla por ambos dos nombres, el de Ifá y el de Õrúnmìlà. Varios escritores sostienen que el nombre Õrúnmìlà se refiere a la deidad mientras que Ifá hace referencia, en sí mismo, al sistema de adivinación. Líjàdù interpreta a Ifá como “La palabra adivinatoria que expele la boca de Õrúnmìlà” Epega, por su parte, ofrece la misma versión cuando dice: “Son las instrucciones recibidas de Õrúnmìlà Ifá […] son tantas y tan variadas que ninguno puede conocerlas todas” Clarke,a su vez, sostiene un idea similar. Owga, Ominigbon (para los Edo de Benin), Ewu, Efa (para los Ekoi), Afa, Aha, Efa (para los Ibo), Eba (para los Idoma), Agbigba (para los Igbira), Eva (para los Edo de Isoko), Noko (para los Jukun), Ebba, Eba (para los Nupe), Agbendi (para los Tiv), Agbigba (para los Yagba), Ifá (para los Yorùbá), en su más sencilla acepción, Ifá es un sistema filosófico literario y adivinatorio de la cultura Yorùbá que contiene las manifestaciones histórico sociales de este pueblo.Desde el punto de vista tradicionalista Ifá (en Ìbò, Áfá, y en Èdó, Ìhà) es un sistema adivinatorio y, al mismo tiempo, un conjunto de creencias que conforman la filosofía de todo un sistema teológico. La palabra Ifá hace referencia tanto al corpus de conocimiento ritual y filosófico del pueblo Yorùbá, como a su sistema adivinatorio. Ifá es también uno de los nombres de elogio del Orisa de la sabiduría y de la adivinación Òrúnmìlá. No hemos podido confirmar en esta investigación, sin embargo, que los dos nombres, Ifá y Õrúnmìlà, se refieran a la misma deidad. Mientras que el nombre de Õrúnmìlà refiere exclusivamente a la deidad, Ifá, sin embargo, refiere a los dos, a la deidad y al sistema adivinatorio. La mayoría de los sacerdotes de Ifá sostienen este punto de vista. Bascon corrobora el asunto y dice: “La palabra Ifá se usa para significar ambos, el sistema de adivinación y la deidad que lo controla; y esta deidad también es conocida como Õrúnmìlà” . Un examen minucioso del corpus literario de Ifá nos muestra que se usan los dos nombres, Ifá y Õrúnmìlà, para referirse a la deidad, mientras que el nombre Ifá se emplea más para el sistema de adivinación . Es costumbre en los pueblos Yorùbá que la mayoría de los nombres personales tengan varios significados, por lo que, posiblemente, el nombre de Ifá no sea diferente, y ha conducido a algunos escritores a especular con ello. Algunos afirman que la palabra Ifá proviene de la raíz ‘-fa’ qué significa ‘raspar’ o ‘abrazar, contener’. Fágbèmí Àjànàkú, sacerdote mayor del culto de Ifá en Lagos, anota: Nítorí pé kò si ohun tì òrò Olórun kò fá tán, ni wón se pè é ni Ifa (porque la palabra de Dios no es la causa, Ifá se llama). También se ha intentado rastrear la etimología del nombre ‘Õrúnmìlà’ . Una interpretación popular de este nombre es Òrun-l’ó-mo-eni-tí-o-Ià (sólo el Cielo sabe quiénes serán salvados).
Esta interpretación no se apoya en ningún análisis serio y resulta extraño que algunos la hayan aceptado. Dafá es uno de los más viejos, sino el más antiguo sistema de adivinación, actualmente en uso en África y a través de la diáspora. La palabra Dáfa deriva de la expresión da Ifá, que significa “dividir la sabiduría del oráculo”. Es la palabra Yorùbá usada para referirse al proceso de consulta del Oráculo. Ifá es una colección oral de versos poéticos y simbólicos usados para preservar la sabiduría, el conocimiento, la ciencia, la disciplina espiritual, y las técnicas de sansación tradicional desarrollada a través de cientos de años por la cultura Yorùbá. El cuerpo del material usado en la adivinación de Ifá no es estático. Con el tiempo se revelan nuevas soluciones a nuevos problemas, de modo que la información es sumada al texto básico. Dicho de otra manera, Ifá es un sistema de organizar y guardar información esencial para la salud física, mental y espiritual del individuo y la comunidad. Jorge Torres, Ochefún, nos da una definición de Ifá conceptuada de forma más universalista, cuando dice que más que la adoración a un culto religioso es “una religiosa adoración a un culto”, el culto a la naturaleza, sus fuerzas, energías y poderes en constante evolución. De la misma forma que la materia interactuando físicamente con la materia produce energía, también existen reacciones resultantes de los estímulos no físicos de la materia. Ambas reacciones, la física (perceptible) y la no física (imperceptible)tienen un resultado en común, que es la generación de energía. En esa vinculación entre los perceptible (la materia) y lo imperceptible (no materia) está la energía. Lo perceptible pertenece a nuestra dimensión existencial y lo imperceptible pertenece a otra dimensión, donde nuestros sentidos físicos no tienen capacidad de recibir señales que active su funcionamiento. Pero conocemos esa otra dimensión porque tenemos elementos componentes de nuestro organismo que pertenecen a ella. Por ejemplo: el sueño, el pensamiento, la consciencia, etc., y esos elementos son activados por las energías que se encuentran en “otra” dimensión. El conocimiento es un resultado de la actividad de esos elementos nuestros que pertenecen a esa dimensión. Uno de esos conocimientos es Ifá. Así definiremos a Ifá, como un conocimiento que se encuentra en la dimensión donde se unen las energías perceptibles de la materia y las energías no perceptibles, las de la “no material”. Si estudiamos el conocimiento que encierra Ifá encontraremos, no sólo que se encuentra en ese punto existencial, sino que está allá desde la creación Para Fa’lokun Fatunmbi “no hay una traducción literal de la palabra Ifa; hace referencia a una tradición religiosa, un entendimiento de la ética, un proceso de transformación espiritual y un conjunto de escrituras240“. Olumide Lucas nos ofrece varios mitos que explican el origen del culto y que dan detalles sobre la ciudad donde tuvo su origen. El primero de estos mitos fue dado por Oyesile Keribo, en un panfleto publicado por el Gobierno Egba en Abeokuta en 1906: Ifa era nativo de Itase, cerca del País de Ife, y de procedencia pobre. En su juventud tenía gran aversión al trabajo manual, y por lo tanto, tenía que mendigar para vivir. Para mejorar su condición, solicitó a un hombre sabio para que le aconsejara, y este sabio de enseñó el arte de la adivinación, historias tradicionales con temas relacionados con él y medicina, como un medio fácil de obtener el sustento. Después de esto, él se hizo muy popular. Los dieciséis originales Odus corresponden a las dieciséis historias originales enseñadas a Ifá, etc. Sus padres, por ser pobres, no eran conocidos en el país. Por lo tanto, fue considerado posteriormente sin parentesco y fue deificado después de la muerte. El mito, dado por el Coronel Ellis y resumido por Farrow, dice así: En los primeros días del mundo, cuando la raza humana era escasa en número, los divinidades eran limitados en sacrificios, y así pasaban hambre con frecuencia y tenían que buscarse el sustento para ellos mismos. Ifá se puso a pescar, pero no tuvo éxito y, pasando hambre, consultó a Esu (llamado también Elegba) que le dijo que si podía conseguir 16 nueces de palma de dos palmeras de Orungan, el jefe, él enseñaría a Ifá como pronosticar el futuro y beneficiar a la humanidad, y así recibir abundancia de sacrificios o cambios; pero él estipuló que la primera elección de todos los sacrificios debería ser para él. Ifá accedió y fue a Orungan para pedirle las nueces, diciéndole el propósito por las que las pedía. Orungan, encantado con la perspectiva, llevó a su esposa con él y se apresuró a coger las nueces… La mujer de Orungan… se las llevó a Ifá. Elegba (Esu) entonces dio clases a Ifá, que a cambio enseñó a Orungan, y le hizo así el primer Babalawo. Feyisara Sopein, nativo de Abeokuta, bajo el seudónimo de Adesola, publica en el noticiario The Nigerian Chronicle (17-September-1909), lo siguiente: Ifá nació en Ife, la cuna del pueblo Yorùbá. Fue un médico hábil que tuvo una gran práctica y fue un adivinador eminentemente hábil. Después que llegara a ser famoso, fundó una ciudad llamada Ipetu y se convirtió en rey del lugar… Yorùbás de todas partes venían en tropel a él… Además de esto, se nos ha dicho que eligió solamente a dieciséis hombres… Se dice que los nombres de estos aprendices eran idénticos a los nombres de los dieciséis signos de adivinación llamados Odus, y el orden de preferencia entre ellos, fue probablemente basado sobre la prioridad del nombramiento. Se cree que todavía se conservan en el actual orden de los Odus. Otro mito, que muestra la relación entre Ifá y Esu, nos lo da Dennett Como dice la historia, Odudua no tiene más Orifa que Ifá, y cuando consultaba a alguien, consultaba a Ifá. Un día Ifá vino a hacer un sacrificio a Odudua, y él estuvo muy satisfecho con la ofrenda… en esta ocasión, Odudua dio Esu a Ifá. De esta manera Esu fue el esclavo de Odudua, y se convirtió en el mensajero de Ifá. Y cuando alguien quiere hacer sacrificios a Ifá ellos dicen que es mejor propiciar a su mensajero, ya que él es una persona muy perversa. Lacerda, por su parte, en un pataquí que narra la historia en la que Orúnmilà, apasionadamente enamorado de Osún, le prometió que no tendría secretos para ella, nos dice sobre Ifá: Después de la boda, durante una reunión nocturna de Bàbáláwo (padre de los secretos), Osun entró en la estancia e hizo valer la promesa que Orúnmilà le había hecho al tomarla como Apetebi (Compañera de Ritual). Pero incluso con el puesto, no pudo ponerse en contacto con los divinidades (Orisa) porque sólo Orúnmilà era el que comunicada a los mortales los designios de OlóÒrun a través de intuiciones, corazonadas, sueños, fortuna, beneficios y enfermedades, de modo que las personas procurasen el saber del Babalawo, para que buscase la palabra final de Orúnmilà, que asumió la forma de Padre de los medio de adivinación a través del Sistema de Ifá, con el Opón o elÒpèlè, que inspirados por Orúnmilà, guiados por Ifá, y ayudados y vigilados por Esu, basados en el destino del consultante, por medio de la prescripción de ofrendas, evitaban que empeorase un mal destino, y garantizar la consumación del mismo, llevando (por medio de Esu) las ofrendas a OlóÒrun para aliviar el sufrimiento. La palabra Ifá se deriva de: I: acción; y Fa: atraer, contener; es decir, la acción de atraer o contener hacía sí toda la naturaleza de Dios, conocido en el idioma Yorùbá como Olódùmarè: O: quién; Li: posee, es dueño; Odu: figura, indicación para la adivinación; Ma: continuidad; Are: primero en rango. Es decir, el primero en rango, quien posee la figura que indica la adivinación de Ifá y de todo lo que representa la explicación del mundo . William Bascom, escribió sobre Ifá lo siguiente: Ifa es un sistema de adivinación basado en dieciséis figuras básicas y 240 figuras derivadas (Odu), obtenidas por la manipulación de dieciséis nueces de palma (Ikin) o por el lanzamiento de la cadena (Òpèlè) de ocho medias conchas de semillas . Desde el punto de vista tradicional Ifá es el mensaje de Dios comunicado a toda la humanidad. Este mensaje nos fue dado por el profeta Òrúnmilá que, desde la antigua ciudad de Ife, difundió la palabra de Dios a todo el mundo. En palabras de Atanda, Ifá ni oro enu Olódùmarè, Ifá es la palabra que proviene de la boca del Omnipotente. El Jefe Fagbemi Ajanaku, Araba (Sacerdote Principal de Ifa) de Lagos confirma esta aserción: Ki ni wa nje Ifá papa? Ifá ni akojopo oro Olorun to fi ran Òrúnmilá si awon eda aye . “¿Qué es Ifá en sí mismo? Ifá es la totalidad del mensaje de Dios dictado al género humano y enviado a través de Órúnmilá”. El cubano Armando Ferrer Castro señala: Ifa es un sistema geomántico, cuya forma operativa fundamental consiste en la interpretación de los dibujos que se trazan sobre un polvo esparcido en un tablero de aproximadamente medio metro de diámetro. La configuración de los dibujos se obtiene mediante la manipulación de 16 semillas de palma (Elacis guineenses) de forma tal que se van dibujando sobre el polvo verticalmente, figuras compuestas cada una por cuatro elementos. Para ello se utiliza una escritura binaria, cada elemento equivalente a uno es representado por una raya vertical, y si equivale a cero se representa por dos rayas verticales paralelas. De esta forma, se obtienen 16 figuras básicas que si las consideramos en parejas ascienden a 256. Según Castro es un hecho confirmado que Ifá fue introducido por mercaderes Yorùbás de Dahomey (República de Benin) a principios del siglo XVIII durante el reinado de Agaja, que lo reconoció oficialmente dentro del cuerpo religioso de ese país. Natalia Bolívar Aróstegui no aporta nada nuevo al decir que “Bajo el nombre de Ifá están comprendidos todos los secretos y sabiduría del complejo adivinatorio utilizado por los pobladores de la parte occidental de África, el Pueblo Yorùbá de Nigeria, cuyo centro es la sagrada ciudad de Ifé, cuna de la civilización”. Ayò Salami es más escueto en su definición: “Ifa simplemente, es la religión o la divinidad traída al mundo por Õrúnmìlà. Él es el guardián de la Deidad, la moralidad, económica, la lengua, el origen, y las órdenes metafísicos de la nación Yorùbá y de sus creyentes en todo el mundo”. Si embargo, la definición de Ifá, para muchos, no está del todo exenta de problemas. Abimbola puntualiza: En la mitología Yorùbá, Ifá, se cree, es una de las divinidades principales que descendieron de Orun (Cielo) a la ciudad de Ife por medio de una cadena de hierro. En otra versión de la historia de la ocupación de Ife por las divinidades cuenta que vinieron a la tierra bajo el liderazgo de Ogun que, su alfanje, abrió un camino por el que pudieron llegar a Ife… Cada una de las divinidades que llegaron a Ife portaba un instrumento específico de Olódùmarè, Dios Omnipotente Yorùbá. A Ifá le fue dado el polvo con la tarea de moldear la joven tierra con profunda sabiduría y comprensión. A Ogun, la divinidad del hierro, le fue encargado usar su extraordinario poder físico, su valentía y su heroicidad para abordar todos los problemas del heroísmo y la guerra… [Órúnmilá] Fue el Primer Ministro, entre las divinidades, por su sabiduría y vasto conocimiento. Se cree que estaba presente cuando el Universo fue creado por Olódùmarè. Este conocimiento ha trascendido el tiempo (pasado, presente o futuro) y el espacio. Es también de la creencia Yorùbá que Ifá fue testigo del destino específico seleccionado para cada hombre. Por eso, es necesario rendirle cuentas siempre que se desee encontrar el verdadero camino del destino de cada uno. Este mito es relatado por Osamaro Ibie en su libro Ifism y también por Fagbemi Ajanaku en Iwe Asa Ibile Yorùbá editado por O. Olajupu. La leyenda narra la vida y obra de Òrúnmilá siendo éste un ser humano. Se cree que vivió en la ciudad de Ife y predicó su mensaje por toda la tierra Yorùbá y más allá de sus fronteras. Escribe Abimbola: En este período de permanencia de Ifá en Ife vivió en un lugar conocido como Oke Igeti. Uno de sus nombres de alabanza es Okunrin Kukuru Oke Igeti (el hombre pequeño de la colina de Igeti). Después de una larga permanencia en Ife, Ifá se movió para Ado. Se cree que Ifá pasó la mayor parte de su vida en la tierra de Ado. Los sacerdotes de Ifá (Babalawo) reclaman aún hoy en día la sucesión directa de Òrúnmilá. Aquí vemos como Abimbola apoya esta leyenda: Ifa tuvo ocho hijos y un gran número de discípulos a los que él enseñó los secretos de la adivinación. Todos ellos crecieron para ser personas importantes y más tarde se dispersaron por diversos lugares de la tierra Yorùbá. Ifá finalmente regresó enfadado al cielo debido a un insulto dado por uno de sus hijos. Poco después, la tierra fue inmersa en una gran confusión. El hambre y la pestilencia se esparcieron por toda ella… Al poco tiempo la gente de la tierra decidió buscar remedio a esta adversa situación enviando a los ocho hijos de Òrúnmilá al cielo para que le rogasen a su padre que regresara a la tierra. Los hijos estuvieron de acuerdo. Cuando llegaron al cielo encontraron a Ifá al pié de una palmera muy inclinada que se ramificaba en todas direcciones con dieciséis ramas. Le rogaron a Ifá que regresase a la tierra pero rehusó. Ifá, sin embargo, les dio dieciséis semillas de palma y les dijo: Todas las cosas buenas que ustedes quieran tener en la tierra las consultarán con ellas. Cuando los hijos de Ifá regresaron a la tierra comenzaron a usar las dieciséis nueces de palma en la adivinación. Las dieciséis nueces se convirtieron en el símbolo de autoridad de Ifá que sus hijos continuaron usando en la adivinación en su nombre. Las dieciséis nueces, conocidas como Ikin, han sido empleadas como una parte importante de la adivinación de Ifá desde aquel entonces hasta hoy. La ausencia de Ifá (Òrúnmilá) de la tierra ya no tuvo relevancia desde que sus hijos y sus discípulos se comunicaron con él a través de los Ikin y de los otros instrumentos de adivinación. Esto constituye el eje sobre el que gira la tradición del origen de Ifá, y puede ser cotejado, sin muchas variaciones, en las obras de Lijadu254, Epega255, Ogunbowale256 y Osamaro Ibie257 . Entre los sacerdotes practicantes de Ifá, hay algunos que creen que fue Èÿù el que inventó el oráculo de Ifá: En tiempos antiguos, el concepto del Òrìsà era de gran necesidad porque los seres humanos realizaban sacrificios. Les convocaron a una reunión para discutir con ellos la posibilidad de acabar con el sufrimiento, aumentando la cantidad de sacrificios. Èÿù prometió una solución, con la condición de que ellos le asegurarían una parte de cada sacrificio futuro. Y lo prometieron. De modo que Èÿù inventó un oráculo, enseñó su uso al Òrìsà Ifá, e Ifá otorgó este conocimiento –en la persona de Õrúnmìlà– a los seres humanos. Siguiendo las órdenes de Ifá ellos ofrecieron muchos sacrificios a las deidades, y su sufrimiento acabó. Desde entonces, Èÿù recibe una parte del sacrificio que le son ofrecidos por orden de Ifá.