Olodumare, Irunmole y Orisha: Una Historia de Evolución

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Olodumare, Irunmole y Orisha: Una Historia de Evolución

Es importante tener claro que hay muchas versiones de la Creación o Génesis dentro de la mentalidad yoruba

Para comenzar a comprender un poco el concepto, lo primero que debes tener claro, es que hay muchas versiones de la “Creación” o “Génesis” dentro de la mentalidad yoruba y que van en dependencia de la propia tierra yoruba de la que esta venga. Claro que te preguntarás ¿Y qué pito toca todo esto de la creación con Olodumare, los Irunmoles, Igbamoles y Orishas? En todo caso, la clave en todo esto es precisamente una pequeña palabra: “Igba”. Esta pequeña palabra, solo nos afecta con los Irunmoles e Igbamoles, pero con los Orishas, no toca pito alguno… “en teoría”.
Ahora pon atención. En algún momento, alguien que se siente a pensar, verá que tenemos períodos muy bien definidos, dentro de la evolución “Teológica” yoruba y de cosmovisión de nuestra religión. Estos períodos, en lo PERSONAL (te digo PERSONAL) y a riesgo de ser considerado un “Sacrílego”, los divido de la siguiente forma:
• Época Pre Olodumare: donde la creación no fue realizada por este
• Época de Olodumare: donde parte de la creación, menos la tierra y el hombre fueron creados por él.
• Época Pre Oduduwa: Donde la primordialidad de la creación del hombre era de Obbatalá en diferentes aspectos y Oduduwa, era una deidad femenina y de tierra
• Época Post Oduduwa: donde la creación de la tierra y del hombre, es terminada por Oduduwa como masculino y padre de los yorubas.
Época Pre Olodumare/Época Pre Oduduwa: Las primeras versiones religiosas en tierras yorubas sobre la cosmovisión yoruba, la registra A. B. Ellis en su libro The Yoruba Speaking People of the West Coast y como veremos es muy explícita:
“El cielo y la tierra son dos grandes jícaras que, al ser cerradas, no se puede abrir».
Obbatalá y Odudua, o el cielo y la tierra, se asemejan, de acuerdo con los sacerdotes, a dos grandes güiras, que, cuando se cierran, nunca pueden ser abiertas […].
Ellis continúa diciendo, que, de acuerdo al mito, Odudua es ciega.
“En el comienzo del mundo ella y su marido estaban encerrados en la oscuridad (1), en una gran güira cerrada, Obbatalá está en la parte superior y en la parte baja está Odudua.
. . . Odudua se quejó con su esposo por el confinamiento.
… En un frenesí Obbatalá le arrancó los ojos…
(1) El verbo Du es SER. Dudu significa negro. Odudua es la diosa en la oscuridad y ciega (todo lo negro), lo opuesto a Obbatalá quien ama lo que es blanco, claro y luminoso.
Ella lo maldijo y dijo, «No comerás nada más que babosas».
De hecho, Ellis nos dice que el dios del cielo, era Obbatalá y lo infería como Olorun, o sea, dueño del cielo, como lo atestigua la propia historia de la jícara, donde este residía en la parte superior de la misma y que era calificada como el cielo. Por su parte, esto se refuerza, con lo dicho por Richard. E. Dennett en su libro Nigerian Studies: The Religious and Political System of the Yoruba, que describe a los caracoles (babosas) de Yemuhu como los 16 Orishas primordiales:
“Hay que recordar que los caracoles de Yemuhu, se convirtieron en los dieciséis jefes de Eleda o, en otras palabras, los dieciséis Orishas que formaron parte en la creación del mundo. La güira o jícara en la que estaba confinada Odudua se llama Igba. La palabra para los antepasados es «Obi Ara Igbani, el pasado primordial en el tiempo».
Es en este momento, donde se inserta, además, la época Pre Oduduwa u Odudua, donde lo vemos como una diosa y no como el padre de los yorubas y, de hecho, Ellis nos asegura que era llamada “Iya Agbe”, quien era la diosa principal de los yorubas y cuyo nombre significaba “Madre que recibe». En Cuba se registra esta historia de la jícara y aunque es un poco diferente en forma (Quizás para mantener la “Masculinidad” de Oduduwa), sigue manteniendo la misma esencia y podemos verla en el libro El Monte de Lydia Cabrera:
“«Oddúa u Obatalá, el creador del género humano, y Yémmu (Yemuhu), su mujer, habitaron dentro de una güira con dieciséis babosas. Un día se disgustaron, y Obatalá le sacó los ojos». «Estando dentro de Igbá, a la mujer de Obatalá se le ocurrió levantar la tapa, y se quedó ciega»
La güira se divide en dos partes: «la de arriba era el cielo; la de abajo, la tierra». Estas partes se llaman jícaras, y «son la verdadera casa de los Ocha, aunque hoy viven en soperas. Lo sagrado se guardaba en güiro cerrado o en jícara. Orula guarda sus oddus en un güiro; Ozaín, su secreto; los santos, sus caracoles»”.
Pero veamos este origen de los Orishas en general, según nos lo sigue describiendo A. B. Ellis de la cual editaré sus comentarios por falta de espacio y volvamos a encontrarnos con el hecho de que no existían “Irunmoles”, como un concepto de primordialidad de los Orishas, ni tampoco existía la creación de estos Orishas, por parte de Olodumare y, de hecho, veremos algo más sorprendente aún:
Antes de su amorío con el cazador, Odudua dio a luz a su esposo, Obatala, un niño y una niña, llamados respectivamente Aganju y Yemaja.
Yemaja se casó con su hermano Aganju y dio a luz un hijo llamado Orungan.
Orungan se enamoró de su madre, y como ella se negó a escuchar su pasión culpable, un día se aprovechó de la ausencia de su padre y la violó. Inmediatamente después del acto, Yemaja se puso en pie de un salto y huyó del lugar retorciéndose las manos y lamentándose; y fue perseguida por Orungan, quien se esforzó por consolarla diciendo que nadie debería saber lo que había ocurrido, y declaró que no podría vivir sin ella. Le ofreció la atractiva perspectiva de vivir con dos maridos, uno reconocido y el otro en secreto; pero ella rechazó todas sus propuestas con repugnancia y siguió huyendo. Orungan, sin embargo, la alcanzó rápidamente y estaba extendiendo su mano para agarrarla cuando ella cayó de espaldas al suelo. Entonces su cuerpo inmediatamente comenzó a hincharse de una manera terrible, dos corrientes de agua brotaron de sus pechos y su abdomen se abrió de golpe.
Los arroyos de los pechos de Yemaja se unieron y formaron una laguna, y de su cuerpo abierto salió lo siguiente: 1) Dada (dios de las verduras), (2) Shango (dios del rayo), (3) Ogun (dios del hierro y guerra), (4) Olokun (dios del mar), (5) Olosa (diosa de la laguna), (6) Oyá (diosa del río Níger), (7) Oshun (diosa del río Oshun), ( 8) Oba (diosa del río Oba), (9) Orisha Oko (dios de la agricultura), (10) Oshosi (dios de los cazadores), (11) Oke (dios de las montañas), (12) Aje Shaluga (dios de riqueza), (13) Shankpanna (dios de la viruela), (14) Orun (el sol) y (15) Oshu (la luna).
Esta historia tampoco escapa a la cultura Afrocubana y podemos verla registrada en muchas partes, aunque en ella se cambia al personaje y se coloca a Oggún y no a Orungan u Orangun, como el perpetrador. Lo más sorprendente de esta historia, son los hechos que nos revela, al decirnos que los Orishas no fueron creados por Olodumare, pero adicionalmente, no vemos ni a Echu, ni tampoco a Orunmila. Esto parece reforzarse aún más, cuando el propio padre de la Historia Yoruba, Samuel Jonhson nos dice en su libro, The History of the Yorubas From the Earliest Times to the Beginning of the British Protectorate, páginas 26 y 27 lo siguiente:
El Kori. Originalmente, el Kori era el único objeto de adoración. Consiste en las duras cáscaras de la nuez de palma ensartadas en cuentas y hecha para colgar desde el cuello hasta las rodillas. En los tiempos modernos, ya no se considera un objeto de culto por parte de los adultos, pero los niños pequeños lo llevan a los mercados pidiendo limosna. El objeto de adoración, es luego usado por uno de ellos, que va delante, sus compañeros lo siguen, gritando las alabanzas del antiguo dios Kori. De esta manera desfilan por las plazas del mercado, y los vendedores ante los que se detienen a cantar, les hacen regalos de dinero (cauríes) o lo que sea que estén vendiendo, generalmente artículos de comida. Así, los niños pequeños perpetúan la memoria y la adoración de esta deidad, de ahí la canción:
“Ba ma si ewe, Kori a ku o”.
(Excepto para los niños, Kori ha muerto).
En épocas posteriores se comenzó a venerar y deificar a los héroes, de estos Sango, Oya, Orisa Oko, pueden mencionarse como los jefes. El origen de su culto se señalará a continuación.

Aun así, nuestra tradición recoge, que Obbatalá y Yemayá, siguieron teniendo hijos y que entre ellos estaban Changó, Elegguá y Orunmila, “el más pequeño”, quien fuera enterrado hasta la cintura por su padre Obbatalá, luego del abuso de Oggún con su madre y donde Obbatalá juró matar a todos sus hijos varones.
Sin embargo, esto también nos deja entender, que el término Igbamole, no son más que los Orishas primordiales que surgieron de una Orisha surgida de esta güira o “Igba” Primigenia. Vinieron de ese primer mundo creado en la cosmovisión yoruba y puedes imaginar que Igba Mole, no significa más que DEIDADES DEL GÜIRO. Claro que es por esto, que el término “Igbamole” ha ido desapareciendo poco a poco del panorama, ya que se hace poco conveniente al modernismo religioso. De hecho, no se ve a Olodumare por ninguna parte y además, vemos la primordialidad de Obbatalá, lo que nos indica que esto se da antes de la deificación de Oduduwa.
Vemos o mejor dicho, no vemos algo que resulta más abrumador. No vemos por ninguna parte, que Johnson, dentro de las creencias yorubas, nos hable de ningún “Irunmole” en todo su libro. Es más, solo menciona a Olodumare UNA sola vez. De hecho, establece lo que siempre se ha dicho: La deificación de personajes históricos, como Orishas y no como un Irunmole primordial que haya bajado a la tierra. De hecho, Richard Dennett en su libro, At the Back of the Black Man’s Mind, ya nos habla de Orunmila y Olodumare, pero ni siquiera menciona tampoco, nada acerca de Irunmoles. Tampoco Ellis, algo que resulta, bastante llamativo. Ni con Bascom, se puede a leer algo sobre los Irunmoles y es con E. Bolaji Idowu que encontramos UNA mención y este los llamaba “Irunmale” o “Irunmole”
En cuanto a la época Pre-Oduduwa, muchas historias orales nos muestran que el mismo Oduduwa y algunos de sus hijos, eran creyentes de Obbatalá como la deidad creadora y ser supremo. Así, por ejemplo, vemos que en una deificación de lo que para nosotros los Afrocubanos es un camino de Obbatalá, Oduduwa, ya como padre de los yorubas, juega un papel activo. Según la narrativa del Príncipe Oyeleke Bello, podemos percatarnos de esto:
«Akinjole siguió los pasos de su hermano (de la misma madre) Akinoruja, que fundó la ciudad Ikire-ile en el estado de Osun». Luego de haber consultado con el oráculo de Ifá, Akinjole Ogiyan fue dirigido a viajar en dirección hacia el lugar donde Ejigbo se encuentra hoy y le dijo que no debía dejar de viajar hasta que llegara a un lugar donde los «Eye Agbigbo» (Avestruces) fueran abundantes.
Ifá también le dio instrucciones a Akinjole Ogiyan de ir acompañado de ORISA NLA, porque era el DIOS DE SU PADRE, para que este fuera su custodio, lo cuidara, orientara y protegiera a lo largo de su viaje. Es por ello que, al día de hoy, y gracias al Príncipe Oguiniyán, que a Obbatalá se le conoce en Ejigbo como Orisa Ogiyan u Osagiyan.
No hay que ser demasiado observador, para darnos cuenta que Osagiyan significa el Dios de Ogiyán, que claramente se trataba de Orishanlá y que el personaje de la historia, en Cuba, es a quien llamamos Obbatalá Oshagriñán. Lo más llamativo de la historia, es que a pesar de que se supone que estamos hablando de un hijo del propio Oduduwa, Ifá le da instrucciones de embarcarse en su aventura, con el “Dios de su padre” y que ese Dios de su padre Oduduwa, no era otro que ORISA NLA, o sea, Obbatalá.
Esto nos deja claro que ANTES de Oduduwa, la primordialidad como deidad era de Obbatalá, a tal punto, que el propio Oduduwa, ya como padre de los yorubas, igualmente lo adoraba. Es entonces en este momento, donde vemos que dos épocas hacen confluencia como lo son la Época Pre Olodumare y la Época Pre Oduduwa.
Época de Olodumare/Oduduwa. No sabremos con certeza, cuándo es que entra en sí la época de adoración de Olodumare como el Dios supremo en el marco de creencias de los yorubas. La falta de historia, en una cultura ágrafa, nos obliga a remitirnos a historias orales, de las cuales no tenemos certeza tampoco, cuando se generaron. Lo cierto en este caso, se desprende de una deidad genérica conocida como Olorun o Dueño del Cielo, concepto que Ellis dejaba claro que se trataba de Obbatalá.
En todo caso, Olorun era, la deificación del cielo, más que del sol para los yorubas. No dudamos que luego haya podido ir evolucionando, como en casi todas las culturas, pero lo cierto es que Ellis asociaba a esta deidad con Obbatalá en sus estudios, tal como podemos verlo en la historia donde tanto el sol como la luna fueron Orishas que emanaron del cuerpo de Yemayá, lo que deja claro, que el sol era un dios secundario tanto a Obbatalá/Odudua, como a Aganju/Yemayá. Sin embargo, el Sol también es llamado Orun y el significado de Olorun puede quedar como “Dueño del Sol”, o sea, un ser superior al sol y dueño de este, lo cual explica ciertas asociaciones de Aggayú con el sol.
Obviamente Odudua, la Tierra, YA existía y como te he dicho, no había tal creación de la tierra tampoco. Es con la muerte y deificación de Oduduwa, ahora convertido a masculino (que se atribuye a que él se dio a conocer como Izoduwa) y como padre de los yorubas, que este comienza a “buscar” un estatus como una deidad totalmente diferente en la cosmovisión yoruba, pero, además, hacía necesario borrar de la memoria yoruba, la preexistencia de Obbatalá como un dios superior y creador y por tal motivo ponerlo como un igual, pero secundario a Oduduwa. Oduduwa, debía quedar como un “Orisha Héroe”, cumpliendo el deseo de un ser superior, no solo en la creación del hombre, sino en la formación de la tierra.
Para estos logros, la nueva cosmovisión coloca a Obbatalá como el encargado de llevar a cabo esta misión, pero se emborracha y se queda dormido, pero con todo el bochorno de su acto y hasta como el culpable de las deformidades humanas. Es aquí donde muy probablemente, hace su entrada triunfal, la nueva cosmovisión y, por tanto, nueva teología yoruba, sobre la creación del mundo y la deificación de Oduduwa como un hijo del Dios Supremo Olodumare.
Esta idea, de un dios supremo y único rodeado de ángeles y primordiales en tierras yoruba, es un criterio que seguramente fue adoptado a la llegada del islam a estas tierras y donde se fueron fundiendo creencias. De hecho, muchas historias tradicionales yoruba, nos hablan de esa transculturación y que, por razones de espacio, no podría poner aquí. Basta con ver el hecho de que todas las ciudades que se fundaron a la llegada de Oduduwa, son básicamente recientes en la historia, por lo que no deja de ser lógico, que las creencias son igualmente recientes en su marco histórico. De hecho, Johnson nos dice en su libro History of the Yorubas que los Oyó no aceptaron el culto a Ifá, hasta que el Rey de Oyó Alaafin Onigbogi llegó al poder, lo que nos ubica en los años 1500’s. (Johnson, páginas 33-34).
Época Post Oduduwa. A Cuba, llegaron esas tres versiones de “Génesis”, que hemos tratado y que tenemos registradas en nuestros Corpus de Ifá e historias tradicionales. De esta historia de la cadena, hay literalmente, cientos de versiones en la tierra yoruba. Sin embargo, a la aparición de los textos de Osamaro Ibie, Ifism: The Complete Work of Orunmila, que aparece una nueva versión de la creación, con igualmente nuevos conceptos. Para finales de los años 90’s, estas son introducidas al público latino, por el Dr. Adrián de Souza en diferentes libros, pero este Ese Ifá en específico, lo encontramos en su trabajo Los Orishas en África.
“Fue cuando se lanzó Ifá para la amplia capa de oscuridad, aquella que había hecho presa al núcleo de luz, aquella que se convirtió en nuestro sello”.
La oscuridad total, eso fue Orima o Aima, lo primitivo el reino de Echu. Una capa encima de la oscuridad, era el cónclave que contenía los cimientos de una existencia subsiguiente.
Dentro del cónclave existía el núcleo de luz que brotará pronunciando No Yoo y de esa forma, Él iluminó la totalidad de Orima. Toda la oscuridad del reino de Echu fue iluminada, él levantó la cabeza para indagar.
“¿Quién es este?” preguntó. Olodumare respondió: “Yo soy Olodumare, y vi que la oscuridad que nos rodea, no proporciona la base para la plenitud de la existencia. Por esta razón yo creé la luz, para que la vida pueda florecer y embellecer”.
Echu le respondió: “Yo poseía la inmensa mayoría del espacio, este era todo oscuridad, excepto la pequeña parte que usted ocupaba, acepto que la oscuridad no lleva a ningún desarrollo orgánico de la vida, sin embargo, prometo moverme libremente bajo la brillantez de la luz”. Olodumare accedió.
Inmediatamente Olodumare continuó su labor creadora. Plantas, animales y divinidades se multiplicaban y fue el momento en que Echu aprovechó para decir: “Cualquier tipo de vegetación que florezca bajo el brillo de luz, se convertirá en mi terreno de labor y cualquier ser que se cree en la inmensidad del espacio se convertirá en mi sirviente y asistente”.
Dejando de lado que por el lenguaje utilizado, se nota a leguas la introducción moderna (o era el yoruba más culto de su época y había estudiado en Roma), También vemos en parte la cristianización de esta historia por su lenguaje, pero además una coexistencia del bien y el mal, que salta a la vista, que no es el mismo concepto utilizado como una norma en Ifá tradicional. Seamos claros, los conceptos de núcleos, son modernos, lo mismo que aquello de “desarrollo orgánico de la vida”, no es algo que veamos en un Ese Ifá. Contradice totalmente la exégesis de los textos yorubas. También vemos, como ya la tierra no era solo “Agua”, sino que el propio Olodumare le fue poniendo plantas y animales y las cosas “Florecen”, todo lo que echa completamente por tierra, al mismísimo Oduduwa ¿Realmente crees que en algún momento un yoruba de la época pudiera hablar de “desarrollos orgánicos” o de núcleos (palabra del LATÍN)? No hay que ser experto en exégesis, para darte cuenta que esto, no es otra cosa que lenguaje y conceptos MODERNOS, que nada tenían que ver con los yorubas. De verdad que esas cosas que se tomaba Osamaro Ibie para dormir, eran una bomba.
Todo un nuevo INVENTO de “creación”, para poder equipararse a los musulmanes y cristianos, comenzó con un movimiento en los años 1940’s, llamado Ijo Orunmila o la Iglesia de Orunmila, que llevan la génesis completamente a Olodumare como único creador, entre cientos de introducciones Cristianas Pentecostales en Ifá. De hecho, con esto esperan la separación del bien y el mal, santificando a Olodumare como responsable del bien y de todo lo bueno y a Echu confesando su “demonización”, para que sea el culpable de todo lo malo. En otras palabras, las polarizaciones cristianas y musulmanas de Dios y Satán.
Ahora que ya debes tener más claro que esa historia de Ejiogbe “Tradicional”, no es más que una FLASIFICACIÓN con un fin específico: Inventarse una Génesis más aceptable al mundo cristiano y musulmán en Nigeria y de cómo fue evolucionando nuestra religión, comienzas a darte cuenta de que la diferencia entre Igbamoles e Irunmoles, es solo una cuestión de conceptos que van acordes a las diferentes Génesis yorubas y de cómo fue cambiando la cosmovisión.
Igualmente, te puedes dar cuenta de que los Irunmoles provienen de la creación directa de Oloddumare y los Igba-moles, provienen de haber sido concebidos en la Güira (Igba) Primordial ¿Diferencia? Todos los Orishas surgidos de la Igba primigenia, son IGBA-moles y originalmente eran dieciséis y todos aquellos surgidos de la época de Olodumare, son Irunmoles y son cuatrocientos, no seiscientos como te quieren hacer ver algunos autores y ya verás porqué en el otro capítulo. Esto no son más que procesos EVOLUTIVOS, dentro de la propia religión Yoruba ¿No querías teología? Bueno, ¡Ahora aguanta!
Tu amigo de siempre,
Águila de Ifá

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