La Mano de Orula es una consagración de Ifá que se realiza en la Religión Yoruba, con el objeto de recibir a Orula, y proveer al iniciado el conocimiento de su destino, cual es su misión y su realidad en la vida, conoce en este artículo todo lo referente a esta ceremonia.
Significado:
Dentro de la religión Yoruba existe una ceremonia de iniciación que permite recibir a Orula, una de las deidades más importantes dentro de esta religión, consiste en la consagración de Ifá (cuerpo Yoruba de conocimiento ritual y filosófico, que provee el sistema adivinatorio), en donde participan como mínimo dos babalawos, quienes son los responsables de todo el ceremonial principal, asimismo en estos actos rituales se incluyen a los denominados guerreros (Eshu, Oggun, Oshosi y Osun), la ceremonia tiene una duración de tres días .
Para qué sirve?
El sentido verdadero para recibir la mano de Orula consiste en obtener varios beneficios espirituales y físicos, uno de los más importantes es el Odu de Ifá, que espiritualmente te entrega el mensaje de vida, descifra los misterios de las personalidades indicando lo que se debe hacer para encontrar el camino indicado, a continuación detallamos los beneficios más relevantes:
- Saber cuál es el Orisha regente o en ángel de la guarda.
- Recibir el nombre específico, que es algo similar a una huella dactilar antes los Orishas (ya descrito al comienzo)
- Revelar el destino personal y familiar, con el objeto de orientarte y guiarte en el transcurso de la vida.
- Apegarse a los lineamientos de Ifá, con el objeto de descubrir realmente la vida, quién eres, y qué haces en este mundo.
Beneficios:
Desde el momento que se recibe a la mano de Orula, se comienzan a recibir beneficios espirituales y materiales, además comienzan a presentarse oportunidades para nuestro desarrollo personal, esto es una decisión establecida antes de nacer, del mismo modo aprendemos a corregir nuestros comportamientos erróneos que se realizan desde comienzos de nuestra vida.
Por otro lado se nos plantean los procedimientos prácticos en nuestra conducta futura, se debe olvidar o enterrar las desgracias, los malos procederes, las preocupaciones crónicas, con el objeto de avanzar hacia posibilidades de crecimiento, de manera que los fracasos, la mala suerte, enfermedades y padecimientos mentales puedan desaparecer de nuestra mente y cuerpo.