¿Qué efectos deberían tener los principios éticos de Ifa en la vida diaria de un Awo?

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¿Qué efectos tienen estos principios en la vida diaria de un Awo? La respuesta está en el compromiso del Awo con Ifá y con los Òrìsà. Buscando esta respuesta, sin embargo, uno debe examinar lo que el Awo quiere ¿está él/ella buscando respuestas para algunos de sus problemas de la vida diária? ¿Está él/ella buscando una “solución rápida”? ¿Busca él/ella la sabiduría de Ifá para alimentar su ego; o él/ella está buscando la sabiduría para ‘levantar un poder existente’? ¿Busca la sabiduría de Ifá/Òrìsà para crecimiento personal, sabiduría y servicio para otros?

Ifá tiene respuestas para todas las preguntas. Para este propósito, examinemos una prueba que Ifá le puso al Babaláwo Òsùmàrè Ègò en Odù de Ifá Òtúrá Ìretè.

De acuerdo a Ifá, Òsùmàrè Ègò era el Babaláwo de Olófin. Olófin era, y aún es, un título de la realeza. Por costumbre, el Babaláwo Òsùmàrè Ègò era requerido por Olófin cada cinco días, no solo por el bienestar de Olófin, sino también por la paz y tranquilidad de la comunidad entera. Como un Babaláwo dedicado, la vida de Òsùmàrè Ègò dependía de las tareas de Ifá, como tal, puede ser deducido que vivía, de algún modo, con el dinero recibido de Olófin por las regulares consultas a Ifá.

Al mismo tiempo, una de las hijas de Olófin estaba casada con Òsùmàrè Ègò. La princesa sabía que la conservación de su familia inmediata
dependía de la entrada que su marido, Òsùmàrè Ègò, recibía de las adivinaciones cada cinco días de Olófin, su padre. De algún modo, ella
decidió decirle a su padre, Olófin, que la supervivencia de su familia, dependía del pago que él, Olófin, daba usualmente a Òsùmàrè Ègò por las
adivinaciones cada cinco días. Ella le sugirió que Olófin debería declinar la adivinación de Ifá la próxima vez que su marido fuese al palacio para la adivinación de rutina. Olófin aceptó la sugerencia.

Fielmente, en el siguiente ìdáfá (día de adivinación de Ifá), Òsùmàrè Ègò fue al palacio como era usual. Cuando llegó, Olófin le dijo que había decidido no consultar a Ifá esa semana. A pesar que Òsùmàrè Ègò dependía del procedimiento de las adivinaciones regulares, no cuestionó al Rey ni trató de persuadirlo de dáfá (adivinar). Òsùmàrè Ègò no se mostró enojado o desesperado, aunque estaba altamente decepcionado. Con implícita confianza en Ifá, Òsùmàrè Ègò volvió a casa.

Òsùmàrè Ègò apenas llegó a su hogar cuando un mensajero del palacio de Olókun, lo visitó. El mensajero le dijo a Òsùmàrè Ègò que había una emergencia en el palacio, y que Olókun lo quería inmediatamente. Òsùmàrè Ègò, fue dentro de su templo, oró y consultó a Ifá. Ifá le dijo ‘iré’, y que debería responder a la citación. Òsùmàrè Ègò partió hacia el palacio de Olókun.

En el palacio, la hija de Olókun estaba seriamente enferma, estaba enferma al punto de la muerte. Olókun consultó a Ifá, por el destino de la hija. A través de Òsùmàrè Ègò Ìfá le aseguró a Olókun que su hija viviría. Òsùmàrè Ègò hizo el ebo prescripto por Ifá, como así también el trabajo necesario de Ifá. Trató a la princesa con la medicina apropiada –interna y externamente- incluyendo un baño de hierbas que ella tomó.

La princesa estaba curada. Olókun estaba feliz porque la vida de su hija estaba salvada. Estaba tan feliz que bendijo generosamente a Òsùmàrè Ègò. Él le dio a Òsùmàrè Ègò caros regalos, que incluían un caballo; que era como un auto para ese tiempo. Olókun le dio a Òsùmàrè Ègò dinero y una porción de tierra.

Por razones inexplicables, uno de las hijas de Olófin se enfermó de repente, y era requerida una rápida intervención espiritual. Entonces, Olófin mandó a buscar a Òsùmàrè Ègò. Òsùmàrè Ègò se veía más bendecido cuando apareció ante el Rey. Òsùmàrè Ègò atendió la emergencia y a través de Ifá restauró la salud de la princesa. Olófin estaba sorprendido por el cambio de estatus de Òsùmàrè Ègò. Entonces le pidió que le contara su rápida transformación ya que solo habían pasado pocos días desde que había ido al palacio para la adivinación de rutina, que él, Olófin, había declinado.

Òsùmàrè Ègò le contó acerca de la consulta de Olókun para Ifá y la generosidad que le siguió. Esta información sorprendió a Olófin y se sintió culpable por no haber demostrado el aprecio suficiente por el largo servicio a él y su comunidad. Con nuevo respeto por los servicios de Òsùmàrè Ègò, Olófin bendijo a Òsùmàrè Ègò con riqueza material. Òsùmàrè Ègò estaba tan agradecido con Ifá por la pronta riqueza que comenzó a cantar:

Òtúrá Ìretè

Bónífá ndáfáSi un cliente de Ifá consulta a Ifá regularmente
Babaláwo tó mo Ifá á fi Ifá jeun
Un Babaláwo inteligente prosperará
Bó’nífá ò dáfá
Si un cliente de Ifá decide no consultar regularmente
Babaláwo tó mo Ifá á fi Ifá jeun
Un Babaláwo inteligente prosperará
Àpàpà ndáfá
Negación de consultar Ifá?
Awo hòho hàhà

Hey, ¡depende del cliente!
D’ífá fún Òsùmàrè Ègò
Registrado por Òsùmàrè Ègò
Tíí se Babaláwo Olókun Sèníadé
Quien era el adivinador de Olófin
Èrò Òpo, èrò Òfà
Devotos en general
E wá bá w aní wòwó ire
Regocíjense con nosotros
Wòwó ire là á báni lésè òpè.
Porque es alegre ser hijos de Ifá.

Con dedicación a su práctica, y daño inintencionado al Babaláwo, la seguridad de Òsùmàrè Ègò se tornó benéfica. Prueba el dicho de Ifá “bí Ifá yó gb’eni, ekún ní ngbeni…” cuando Ifá va a ser bendecido, la bendición puede verse intervenida con dolor, es decir, viene con la cima de la decepción que las lágrimas asomen a los ojos.

Con la vida bombardeada, con múltiples opciones, el compromiso con un llamado o un curso es siempre ventajoso. Aunque antes de asumir un compromiso, es aconsejable buscar la sabiduría de Ifá, ya que lógicamente, el compromiso con un mal curso, hace más mal que bien. Con el compromiso a un mal curso, la vida de uno se veía truncada. Cuando, con el compromiso con un buen curso, el destino de uno sería enormemente mejorado.

Un buen ejemplo de esta analogía es la historia de un tejedor de cestas. De acuerdo con Ifá, este hombre estaba enamorado de su oficio. Era bueno, también, pero el ingreso por su trabajo era mínimo. El hombre estaba contento, pero el ridículo ante los transeúntes era enervante. Lo insultaban por trabajar en un oficio de pequeño prospecto. Cada vez que el peso de los insultos se volvía insoportable para el hombre, él consultaría a Ifá. Ifá siempre le aseguraba que no se desesperara, que su prosperidad vendría de su amado oficio. Fielmente, y con la consternación de sus adversarios, el hombre prosperó de la mano de su oficio.

ASURE ÌWÒRÌ WÒFUN
SEGUIMOS TRIUNFANDO
TENEMOS TRADICIÓN, TENEMOS RESPETO.

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