Ifa asegura que la humanidad tiene establecido como práctica cotidiana, un mal comportamiento
Si Ifá habla sobre el buen comportamiento, es porque reconoce que la humanidad tiene establecido como práctica cotidiana, un mal comportamiento, pues no existirían leyes que prevengan contra el robo, si no existieran los ladrones. Iwa pele, (buen comportamiento) habla en muchos ese Ifá y en todos tiene un desenlace diferente. En una de la parábolas donde habla Iwa,
Dice:
Iwá era esposa de Orúnmilá. Iwa tenía la costumbre de defecar en medio de la sala, hubiera o no visitas. Si Orúnmila tenía visitas en su casa e Iwa tenía deseos de defecar, ella abría un hueco en la sala y allí mismo defecaba delante de todos. Aquella conducta de Iwa, a Orúnmila no le parecía apropiada para la esposa de alguien con tantos y tantos conocidos como él. Por ello, él siempre le llamaba la atención a Iwa sobre su mal proceder. Un día Orúnmila recibió una visita e Iwa, como era su costumbre, volvió a defecar en la sala delante de todos, por lo que Orúnmila se molestó mucho y le pidió a Iwa que se marchara de su casa, pues él entendía que ella no era digna de él. Iwa se marchó de la casa de Orúnmila y fue a vivir en la casa de Alara.
A los días Orúnmila comenzó a extrañar a Iwa y decidió salir a buscarla. Él se había enterado que Alara le había dado albergue a Iwa y hacia allí se dirigió. Orúnmila desde la puerta de la casa de Alara, comenzó a gritar llamando a Iwa, pero Iwa no salía, porque ya Iwa se había marchado de la casa de Alara, cuando supo que Orúnmila iba a buscarla allí. Alara salió y le preguntó a su amigo Orúnmila ¿Qué deseaba? A lo que Orúnmila contestó que él andaba buscando a su esposa Iwa y que él sabía que él (Alara), le había dado albergue en su casa. Orúnmila le reprochó a su amigo Alara, que le hubiera aceptado a Iwa en su casa, siendo que era su esposa. Alara le dijo que cuando uno tiene una esposa y la corre, ella deja de ser su esposa, porque cuando uno tiene dinero y lo bota, ese dinero ya no es de uno.
Orúnmila le comenzó a contar las consecuencias que lo llevaron a botar a Iwa de su casa, explicándole a Alara, como ella se defecaba en el medio de la sala, delante de todas las visitas que él tuviera. Alara entonces le dijo a Orúnmila y ¿Solo por eso la corriste?, Orúnmila le dijo ¿Crees que es poco? Alara entonces le dijo a Orúnmila ¿Ella no te lava tu ropa? ¿Ella no te cocina? ¿Ella no te atiende bien? Orúnmila le dijo que si, que efectivamente él no tenía ninguna otra queja de Iwa, pero le molestaba que ella defecara delante de todos en medio de la sala. Alara le dijo a Orúnmila: “Todos tenemos algunos defectos, pero si tenemos más virtudes que defectos, debemos valorarlos”. Alara le confesó a Orúnmila, que su esposa tenía la costumbre de no lavarse la boca, sin embargo él no podía correrla
por esa mala conducta, cuando reconocía tantas y tantas buenas actitudes en ella.Orúnmilá entendió el mensaje y con más ímpetu continuó su búsqueda. Ahora se dirigió a la casa de Ijero, allí justamente le sucedió lo mismo y también Ijero le contestó de forma similar a Alara. Iwa se había marchado a vivir a la casa de Owaragun Aga y también hacia allí se dirigió Orúnmila, pasando por el mismo proceso que pasó con Alara y con Ijero y recibiendo los mismos consejos y encontrando que la esposa de Owaragun como la de Ijero y la de Alara, también tenían defectos y aun cuando a ellos no les gustaban esos defectos, eran capaces de comprender que un defecto en una persona, no puede hacer que se olviden o no se valoren, todas sus virtudes. Así, Orúnmila encontró a Iwa y la llevó para su casa, con la intención de vivir con ella para siempre, perdonando su mala costumbre.
Desde este ángulo, Ifá nos trata de hacer entender que una mala costumbre, no puede ser razón para no aquilatar todas las virtudes que tienen las personas que nos rodean. No se puede ser tan ingrato de borrar todas las buenas acciones de los demás, por la justificación de un error o una conducta inapropiada. Ifá con esto de Iwa Pele, nos quiere hacer ver que nosotros los seguidores de la religión yoruba (y humanos en general), deberíamos tomar en cuenta todas las buenas acciones de los demás, antes de juzgarlos por un error o por una mala acción