Entendiendo la concepción Yoruba de Ori

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Entendiendo la concepción Yoruba de Ori

El concepto de Orí es íntimamente conectado al concepto de destino personal y de las condiciones instrumentales del hombre para el logro de este destino

También es considerado como el  “Eledaa”, el creador y dinámico, y las fuerzas cósmicas que  determinan la singularidad de cada individuo. Esto significa,  en esencia, que lo que un hombre se convierte en la vida, se  le atribuye a su Ori. En lenguaje común, está vagamente  descrito como “Destino”.

Los que alcanzan la grandeza en la vida, es debido al trabajo de sus Ori. Se hace hincapié en la importancia de Ori y la  posición apical que ocupa en el panteón de las divinidades. Ori es una extensión de Olódùmarè. Lo que sea que alguien  desee lograr en la vida debe ser rezado durante la propiciación a Ori.

Los Yoruba tienen un ícono que representa a Ori y que sirve  como el recipiente en donde se propicia a Ori. El cual es llamado “Ibori”, mismo que contiene una figura en forma de cono cubierto de cawries (caracoles buzios- Owo Eyo) y se coloca en un recipiente de cuero decorado con cawries. El “Ibori” (generalmente tiene una tapa) es sagrado y se mantiene en un recinto limpio y en un lugar de altura es a  este “Ibori” al que se le dirigen las oraciones y se le ofrecen los materiales para la propiciación.

En unas de sus estrofas sagradas, Òrúnmìlà nos dijo que todo  el éxito que logren las personas es el resultado de la  configuración cósmica de su Ori, que determina el éxito y  los fracasos de cada individuo. Ifá nos hace entender en Ogunda Meji, que Ori determina nuestra fortuna o infortunios, y nuestros éxitos o fracasos en cualquier empresa, mientras todos los demás Òrìsà solo ayudan a Ori a realizar el trabajo.

Ifá actúa como la punta de flecha y es la guía para ayudar al hombre a hilar su correcto camino, que eventualmente lo llevará a cumplir con su destino, tal y como fue incorporado en su Ori.

En Òtúrá Òyèkú, aquellos que hacen que las cosas sucedan (buenas o malas) son muy escasos, aquellos que asisten para que estas cosas sucedan son muchos, mientras que aquellos que solo ven como suceden las cosas son arrolladoramente abundantes. Por lo tanto, es inevitable que existan fricciones entre los seres humanos dado que tenemos diferentes  actitudes y personalidades.

Ori es la deidad personal de cada quien. Es aquello que  define a un hombre en lo que es. Solo es Ori quien se queda con un individuo cuando todas las demás personas,  incluyendo las divinidades han partido. También se puede decir que Ori es el carácter de una  persona (Ori Inu). En esta interpretación, la vida de un hombre puede arruinarse o mejorarse dependiendo de cómo  se maneja a Ori Inu.

Con buen carácter, una mujer se asegura ser feliz, y tener  una vida matrimonial estable y radiante. En otro fragmento  de Ogbè Ogunda, Ifá explica cómo un mal carácter puede  influir en la suerte, la fortuna y el destino negativamente. Eledaa quiere decir creador. Dado que “Ori” es una  extensión de Olódùmarè, también es el creador de uno, porque determina nuestra vida, nuestra existencia y nuestro
futuro.

Un hombre con mal carácter puede tener dificultad para  mezclarse libremente con otros miembros de la sociedad. En  Ìká- Òtúrá, la mala boca del dueño causo que su Ori  (destino) estuviese desahuciado. La vida de una persona o sus oportunidades en ella se pueden estropear como  resultado de su mala boca a pesar del hecho que él o ella tengan un buen destino. Aquellos que habían prometido asistirlo en la realización de su destino pueden haber cambiado de opinión en el último momento, debido a las  malas y provocativas manifestaciones. Una cosa es escoger un buen destino y otra completamente diferente es la de verdaderamente llevarlo a cabo.

Ifá dice que, quien sea que desee que se cumpla lo que su  corazón dicte, deberá exhibir un nivel considerable de  paciencia. La paciencia de acuerdo con Ifá, lo abarca todo. Paciencia significa perseverancia, resistencia y sensatez. La perseverancia es el poder de mostrar atención y una  atención especial al trabajo o la situación que resulte difícil o agotadora.

La resistencia es el poder de soportar el dolor o las molestias, sin quejarse, mientras que la sensatez es la capacidad de esperar con calma durante mucho tiempo. Es la capacidad de controlarse uno mismo cuando se está en enojo, especialmente ante la lentitud o la locura. Es también la capacidad para que se abstengan de saltar a conclusiones sin oír a todas las partes involucradas. Según Ogbè –Ogunda, podemos ver que hay un gran beneficio en la paciencia, la sensatez y la capacidad de controlar nuestro temperamento ante la cara de la oposición, la opresión, la provocación y la intimidación.

Y concluyó que una personalidad temperamental no puede gobernar. Por otro lado, una persona destinada a ser infeliz en la vida, podrá, mediante el buen carácter, tener la suerte de ser asociado con gente que podría estar lista para ayudarle. Esa ayuda no lo podrá hacer rico, pero sin duda lo harán tener comodidad. Ese Ifá es la razón por la que se nos aconseja
exhibir buen carácter todo el tiempo. Si uno tiene dinero, pero tiene mal carácter, ese dinero pertenece a otra persona,
así como cónyuge, sus hijos, etc… no son de la legítima posesión con mal carácter.

Debemos de tener en cuenta nuestro carácter en todo  momento, dado que nos puede asistir en cambiar nuestros infortunios en fortuna.

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