Osha/Ifá: La Razón de Nuestra Gran Pelea Tumultuaria

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El Babalawo es considerado el Mayor de la Casa (Ilé) y se rige por los procedimientos y liturgias que están avaladas por los Signos (Odus) de Ifá, los cuales son las guías de lo que debemos hacer en religión. En otras palabras, toda la estructura religiosa de esta regla, está fundamentada en el Corpus de Ifá y son sus lineamientos los que se siguen. En nuestra religión no existen templos, no por lo menos como conoces las Iglesias. El Signo (Odu) de Ifá Ogbe Iroso, prohíbe la institucionalización de Ifá en templos y sociedades y no admite nada parecido a un culto, altar o medio de congregación, para que a través de la adoración, se cree un medio de recaudación económica que le permita subsistir, ya que invariablemente Echu formará la discordia. Tampoco tienes que pagar diezmos, ni nada parecido, solo las obras o trabajos y ceremonias que se te hagan.

Por esto es que verás que existen “Casas” de Santo (Ilé Ocha), ya que cada Babalawo en este caso El Mayor, mantiene una Casa que puede tener otros Babalawos menores que él. Su posición como mayor de la “Casa” (Ilé), es en edad de consagración y no de edad cronológica y por lo general tiene la Deidad llamada Olofin, que es con la cual ha consagrado a sus ahijados Babalawos. También puede tener Olorishas que trabajen en la misma, incluyendo a su esposa. El o la Olorisha Mayor de la Casa (Ilé), es el/la que se encarga de todo lo relacionado con Ocha (Santo), lavado de collares de Santo, Diloggun (Caracoles de Ocha), atender los Orishas, enseñar a los ahijados las cuestiones relacionadas con Ocha y las ceremonias que sean competencia de ellos.

Las metodologías litúrgicas de estas “Casas” pueden variar en orden y van de acuerdo a las tradiciones y costumbres de las “Ramas”. Por ejemplo, hay “Casas” donde el iniciado recibe primero por parte del Babalawo, Guerreros, Mano de Orula (Awofakan en el Hombre, Ikofá en la Mujer) y se le determina Ángel de la Guarda (Orisha Alagbatori), para dejar de último la entrega de Collares (Elekes) de Ocha por parte del Olorisha Mayor de la Casa (Ilé). En otras verás que se pueden recibir primero los collares y luego Guerreros, Mano de Orula (Awofakan en el Hombre, Ikofá en la Mujer) y se le determina Ángel de la Guarda (Orisha Alagbatori). De hecho, en muchas Casas (Ilé) también es permisible determinar el Ángel de la Guarda (Orisha Alagbatori) de la persona y no importa mucho el orden en que se reciban los primeros atributos. Son tradiciones, no hay nada escrito en ellas, lo que si es importante es que al Neófito (Aleyo) se le hayan hecho todas las ceremonias mencionadas, antes de ser consagrado en Santo (Ocha).

Como te he dicho, no te preocupes mucho por la terminología que estás leyendo, me encargaré de ponértela a todo lo largo del libro, cosa que cuando termines de leer, te sabrás de memoria todas ellas. Es más, en su momento, hasta te cansarás de leerla tanto, pero no negarás que las aprendiste. En otras palabras, voy a martillarte estos nombres hasta que sueñes con ellos, pero eso no es todo, al final te pondré un Glosario, para que tengas que verlas de nuevo. Voy a convertirme en tu peor pesadilla… y si crees que te vas a salvar de las tareas… te equivocaste… te pondré a investigar tantas cosas, que sudarás santería por cada uno de tus poros. Voy a hacer de ti un Neófito (Aleyo), muy parecido a Bruce Willis, cuando hizo sus películas “Duro de Estafar”… digo… Duro de Matar. Te daré entrenamiento Navy SEAL, Marine RECON, Army Rangers, Delta Force, CIA, FBI, SWAT, Spetnaz y KGB, tu padrino o madrina tendrán realmente que estudiar…

Bueno… eso fue un poco exagerado y necesitaba divagar. Como eres neófito (Aleyo), aun no me conoces, pero debes saber que ese es mi entretenimiento, me gusta mucho divagar y hacerte leer por gusto. Pero mejor seguimos. Las “Ramas”, determinan el abolengo religioso de la persona, o sea, quienes son sus ancestros religiosos, todos los cuales se mencionan en su Rezo Heredado de invocación y que se llama Moyugba (Ijugba), con el cual se pide la bendición de Dios, Orishas, Eggun, Padre, madre, padrino, madrina, etc. Hay “Ramas” de Ocha y “Ramas” de Ifá, pero nos limitaremos a ver tan solo parte de las ramas de Ocha.

Ahora bien, la pelea de la que te hablaré a lo largo de este libro, se debe a que dentro de nuestras tradiciones, se sabe que históricamente la expansión y conservación del culto por la parte Lucumí, se debió básicamente a tres mujeres, que con su conocimiento y dedicación, hicieron gran parte de lo que conocemos hoy en día como nuestra religión, pero en términos Lucumí. De estas tres Mujeres, dos eran aliadas y una era considerada enemiga y se fue “Exiliada” a lo que es la provincia de Matanzas en Cuba. Estas tres grandes Iyalochas protagonizaron lo que se conoció como: La División de La Habana, uno de los Cismas Religiosos más grandes que se conocen en nuestra tradición.

Estas Iyalochas fueron Doña Timotea Albear, Ajayí Lewú, pero mejor conocida como Latuán, quien se cree que era natural de Oyó, Ma Monserrate ‘‘Apóto’’ González (Obá Tero) y Ña Rosalía Abreu (Efunshé Warikondó), de las cuales se dice que eran de la región de Egbado de las tierras africanas. Estas tres mujeres fueron altamente estimadas y respetadas por su posición dentro de la jerarquía religiosa y por el conocimiento que poseyeron. Según el investigador Miguel W. Ramos, de las tres, solamente Latuán tiene descendientes de sangre vivos e identificables.

Este cisma religioso es un poco largo de contar, pero te voy a remitir al excelente estudio de este evento llamado: La División de la Habana: Conflicto Territorial y Hegemonía Cultural en los seguidores de la Religión Lukumi de Oyó 1850s–1920s de Miguel W. Ramos. Sin embargo, el resumen del asunto es que La Habana era un pueblo muy pequeño para Latuán y Oba Tero y esta guerra por criterios religiosos entre las dos Iyalochas, originó una división que terminó con el “exilio” de Oba Tero a Matanzas. En la Habana se quedaron Latuán y Efunshé. Claro que para los tiempos de Latuán, Efunshé y Obatero, existían otras prestigiosas Iyalochas, como Doña Teresita Ariosa Eni Ochún y Doña Guillermina Castell y prestigiosos Olorishas como lo fueron Don José Roche y Don Fernando Cantero. Para que estés claro, Ña Rosalía Abreú Efunshé, fue la que introdujo en la isla, la consagración de otros Orishas, junto con el Ángel tutelar de la persona (Elegguá, Obbatalá, Yemayá, Ochún y Changó), ya que antes de su llegada, se hacía Santo de otra forma que llamábamos Pata y Cabeza, que luego te explicaré.

De esta forma, en Cuba se comienzan a expandir las Ramas genealógicas, las cuales no se refieren directamente a las instituciones “oficiales” de organización y que en la antigüedad eran llamadas “Cabildos”. Las Ramas se refieren de forma directa o indirecta, a los fundadores de la misma, a menudo usando nombres africanos, signos sagrados, sobrenombres, topónimos locales, nombres étnicos o por alusiones a eventos idiosincráticos. Muchos nombres te parecerán graciosos, pero así se llaman y no es mucho lo que se pueda hacer para cambiarlos. Lo cierto es que cuando rezamos, mencionamos a todos los ancestros de nuestra rama e independientemente del nombre de su rama, cada religioso se siente orgulloso de ella. Ahora agárrate bien, porque vas a entrar al gran enredo de las Ramas y que son la causa de nuestro maravilloso mundo de peleas que no acabará nunca, ya que no importan las evidencias históricas, solo importan los Status Quo. Te advierto otra cosa: Este capítulo es Largo y Aburrido, pero no te lo puedes saltar.

Una rama que parece haber desaparecido o se fundió en otras casas era la que la investigadora Doña Lydia Cabrera en su libro El Monte, nos enseña que era conocida como Las Tortilleras y todos los 24 de Octubre, se reunían a darle tributo a Inle y Abbatá. Al parecer en aquella época, por lo mal visto que era el homosexualismo, esta se mantenía más como una sociedad secreta y al parecer desapareció, así que solo te doy la información para tu conocimiento general,

Bien, por lo general se citan diecisiete nombres de Ramas Principales: Ma Monserrat, Ferminita, Los Ibeyi, Efunshé, Ainá, Ña Margarita Armenteros, San José Ochenta, Igoró, Apoto, Culo Verde, José Pata de Palo, Aurora Lamar, Pimienta, Trapito, Obadimeyi, Palmira y Aratakuá. Otras Ramas son Monserrate Asiñabi y Tía Julia Samá Abonse, también conocida como San Lorenzo de Samá. Adewá y Atikeke.

Cuando se hacen los análisis de traslapes entre ramas y solo basándose en los nombres de los fundadores, vemos que el investigador Michael Mason los pudo trazar de la siguiente forma: Efunshe (Ña Rosalía Abreu), Ainá (Doña Margarita Armenteros), Igoró (Doña Caridad Argudín), Apotó (Doña Belén González), Ma Monserrate González (Oba Tero), Francisca Entensa (Palmira), Obadimeyi (Octavio Samá), José “Pata de Palo” Urquiola (Culos Verdes), Los Jimaguas del Palenque (Gumersindo y Perfecto), Monserrate, Asiñabi y Tia Julia Samá Abonsé. Estos y sus ahijados, fueron los responsables de fundar y hacer avanzar los principales linajes de Ocha en Cuba, que a la sazón se ha convertido en una intrincada red de traslapes, fusiones, imposibles y en casos extremos, excusas para darse prestigio y hasta para estafar ¿Crees que exagero?

Pues por ejemplo, en Estados Unidos un Olorisha que es “Fundador” de (mírate este nombre) “El Movimiento de Yorubas Negro Americanos” (a lo mejor pensó que se trataba de los Panteras Negras), dice que es cuarta generación de ancestros Oyó y según cuenta su linaje, dice que Obadimeyi consagró a Ferminita Gómez, Ferminita Gómez consagró a Christopher Oliana y Christopher Oliana lo consagró a él. Realmente no sabemos en que lo consagraron, pero no fue en una tradición afrocubana. Para que tengas una idea del tamaño de semejante exabrupto y porque tu rama es importante, Ferminita Gómez fue consagrada en EGBADO y no en Oyó y encima la consagró OBA TERO, quien también era EGBADÓ. Por su parte, a Obadimeyi lo consagraron las peores enemigas de Oba Tero: Latuán que sí era Oyó y Efunshé, que era EGBADÓ. Doña Ferminita Gómez, JAMÁS tuvo nada que ver con Obadimeyi, ya que eran dos polos totalmente opuestos, ni mucho menos era Oyó. De hecho, Octavio Samá Obadimeyi, solo hizo Ori Atés hombres y de esta forma despojó del cargo a lo que tradicionalmente hacían las mujeres, tal como lo muestra la historia.

Con semejante barbaridad, obviamente tenemos un abanico de opciones: 1) Christopher Oliana no tenía idea de su linaje y ese fue el que se inventó; 2) Al “Fundador” le dieron ese extraño linaje y así lo tiene aprendido; 3) El “Fundador” no tenía idea de su linaje y se lo inventó en el aire para hacerse el bárbaro; 4) Saben su linaje, pero se inventaron ese para darse prestigio, 5) Estafaron a Christopher Oliana; 6) Christopher Oliana se hace el “Consagrado” sin serlo y 7) Al “Fundador” no lo consagró nadie, pero los muertos no hablan. Es por ello que ves, porque es importante que en tu rezo de Invocación (Moyugba), debas mencionar el nombre de tus ancestros, ya que con esto se puede tener una idea bastante clara de si eres o no, un auténtico Santero.

Bueno… mejor seguimos. Hoy en día, muchas de estas ramas son redundantes o se traslapan en un momento dado, ya sea viendo la genealogía o la práctica. Unas simplemente colapsan dentro de otras. Claro que esto causa algunas de las tan legendarias peleas entre los religiosos, pero trataremos de mantenernos al margen y apegados a lo que estrictamente dicen las historias orales de nuestros viejos y diversos trabajos de campo.

Todas las ramas existentes en Cuba, partieron de lo que eran sociedades de ayuda que fundaban los negros libertos, los cuales se llamaban Cabildos. Dentro de los que competen a nuestra regla, los más prestigiosos se ramificaron al cierre de estos cabildos en 1888. El más renombrado de su época fue el Cabildo Changó Tedun.

La mayoría de los Cabildos fueron fundados por mujeres que mandaban o compartían su mandato con sus esposos Babalawos. Muchos etnólogos, incluida la prestigiosa estudiosa Doña Natalia Bolívar Aróstegui, consideran que el Cabildo San José 80, era la continuación del famoso Cabildo Changó Tedun fundado para los 1820’s. De cualquier manera, este cabildo fue probablemente el más influyente en La Habana y posiblemente de Cuba.

El Cabildo Africano Lucumí Sociedad Santa Bárbara fue otro de los derivados del Changó Tedun. Conectados a importantes Cabildos como Cabildo Yemayá de Regla de Adeshina/Pepa Echu Bi y La Sociedad de Protección Mutua Santa Rita de Casia y San Lázaro de Don Silvestre Erice, conocido como Cabildo de Papa Silvestre. Las Panderetas Lucumí, fueron inventadas en este cabildo por Don Fernando Guerra, mano derecha y sucesor de Don Silvestre Erice (Fernando Ortiz).

Este cabildo también está vinculado a las principales casas de Ifá: Don Tata Gaitán, Don Esteban Quiñones, Don Bonifacio Valdés, Don Pedro Pérez y Don Bernabé Menocal. Este fue un cabildo muy influyente y esto se debía a la presencia de doña Timotea Albear LATUAN, de quien siempre se ha sospechado que estuvo casada con Bernabé Menocal. De este mismo se desprendieron varias Ramas y Cabildos de gran importancia, tales como las Casas de Doña Belén González (Apoto), Doña Caridad Argudín, Doña Margarita Armenteros (Ainá) y todo apunta a que también los Jimaguas del Palenque, Don Gumercindo y Don Perfecto.

El Cabildo Africano Lucumí San José 80, fue fundado por Doña Margarita Armenteros, hija de Oyá (Aina) y el nombre del cabildo se debía a su dirección física en la Habana. Algunos dicen que este es el tronco de donde Los Yimis, La Pimienta, Los Culos Verdes y los Trapitos, originan. Doña Margarita, así como su ahijada Doña Tiburcia Sotolongo (Ochún Miguá) y aun las ahijadas de Doña Tiburcia, Doña Hortencia “Chenchita” Ferrer (Ochún Guere) y Margot Fundora Sotolongo (Ochún Letí) son veneradas en todo el Barrio Príncipe de La Habana. De estos cabildos se desprendieron las más importantes Ramas religiosas de La Habana.

Rama Los Jimaguas del Palenque

Perfecto y Gumersindo, quienes según la investigadora Doña Lydia Cabrera eran ricos y gobernaban un “Barrio Africano” creado en 1880 en Marianao, llamado El Palenque, que literalmente significaba comunidad de negros cimarrones y donde sus residentes eran todos ahijados de los famosos Jimaguas. De este tronco se desprende la Rama Malaké La Chica y en esta José “Pata de Palo” Urquiola (Echu Bi), (Creador de la rama llamada Culos Verdes), también fungía como Ori Ate. Los Jimaguas del Palenque pudo desprenderse del Cabildo Changó Tedun, cuando las leyes los prohibieron en 1888 y pudieron abrirse nuevamente en la era republicana en 1900. A esta rama se le atribuye el haber mantenido el culto de sus dos principales deidades: Baloggué Oggún y Orisha Oko.

Rama Aigoró

Doña Caridad Argudín – Omó Oshosi – fundó la subrama Aigoro o Igoró, y le «coronó santo» a Doña Belén González – Ochún Alaigbó -. En los documentos del Cabildo Africano Lucumí podemos ver que Doña Caridad Argudín (Aigoró) era la cabeza del Cabildo y Doña Belén González (Apoto), era la segunda al mando. Doña Belén le hizo «santo» a Doña Luisa La China – Ochún Miwá – quien luego se convirtió en la madrina de Don José “Pata de Palo” Urquiola Eshú Bi. Don José, posteriormente, inició a Doña Aurora Lamar – Obbá Tolá – a la que le decían «La China de Maximiliano», porque tenía tatuado su nombre en el muslo.

Rama Los Apotó

No se sabe con certeza si Doña Belén González (Apoto) era hija de Ochún o de Yemayá, pero la gran mayoría piensa que era hija de Ochún, ya que muchos aducen que se llamaba Ochún Laibó u Ochún Alaigbó y se sabe que pertenecía al Cabildo Africano Lucumí. A su vez, Doña Belén González consagró a Luisa la China – Ochún Miwá – quien luego consagró Don José “Pata de Palo” Urquiola, cuya subrama fue conocida como Los Culos Verdes. Don José “Pata de Palo” Urquiola, consagró a Doña Aurora Lamar, una de las Iyalochas más prolíferas y dejó varias ramas que llegaron a extenderse hasta Santiago de Cuba.

Los Culos Verdes

Los Culos Verdes, según William Mudro, viene a sustituir lo que antes se conocía como la rama de Don José “Pata de Palo” Urquiola (Echu Bi), quien nació en Matanzas, Cuba y emigró a La Habana a finales del siglo XVIII. A Don José “Pata de Palo” Urquiola (Echu Bi), se le consideraba un guajiro, o simplemente un jibarito, alguien de tierra adentro y por ello, se asociaba al campo y su verdor, y a los guajiros se les llamaba Culo Verde, lo cual generó el nombre de la Rama. Esta es mi rama dicho sea de paso. Como ya se dijo, Don José “Pata de Palo” Urquiola (Echu Bi), consagró a Doña Aurora Lamar Obbá Tolá consagrada en Changó con Oró Aggayú (1), quien funda la subrama La Pimienta y la Rama Malaké La Grande fundada por Don Fernando Cantero.

Rama Malaké La Grande

Fundada por Don Fernando Cantero – Changó Larí -, era ahijado de José Urquiola Eshu Bí y de esta rama también surge María Towá cuyos ahijados eran de temperamento «algo picante»). Las subramas de Malaké La Grande y Malaké La Chica, se desarrollaron en el barrio de Jesús María, en La Habana Vieja.

Rama de Apolinar “Polo” González Ochún Weyé

Don Polo, era ahijado de Don José “Pata de Palo” Urquiola y tal como Don José, también era originario de Matanzas y por consiguiente, también se le llamaba Culo Verde, por lo cual se le considera como el seguidor de dicha rama.

Rama La Pimienta

Fue fundada por Doña Aurora Lamar (Obbá Tolá), o por lo menos así se ve y esta Rama se desprende de Don José “Pata de Palo” Urquiola, Culos Verdes. El nombre La Pimienta, se debía a que Doña Aurora Lamar, natal de Sabanillas, provincia de Matanzas, vivía en una casona en el Barrio Ataré. Ataré significa Pimienta Guinea en Yoruba y de allí que se le quedara el nombre de La Pimienta. De esta rama surgieron Los Trapitos y Las Pirañas, y se especula que fue a raíz del divorcio de Doña Aurora Lamar del Babalawo Don José Ramón Gutiérrez. La Rama La Pimienta entonces queda a cargo de Doña Mercedes Melo González y Los Trapitos a cargo de Doña Aurora Lamar y a su muerte en manos de Doña Rosa Quesada Folcade (Omí Tonaddé).

Los Trapitos

Fundada por Doña Aurora Lamar, quien fuera la que introdujo las primeras consagraciones de Santo, junto con su esposo el Babalawo Don José Ramón Gutiérrez, entre los años 1920 y 1930, en la ciudad de Santiago de Cuba, ya que Doña Aurora, natal de Sabanillas, provincia de Matanzas, era una Iyalocha Itinerante.

La historia nos cuenta tres versiones de como Doña Aurora “Fundó” la rama Los Trapitos, la cual además se encargó de extender. Unos dicen que se desprendió de una innovación ritual. La historia cuenta que durante una de las Ceremonias de Ocha, una sopera se rompió y tuvieron que improvisar usando un trapo para contener los fundamentos del Orisha durante el proceso de coronación. Por lo tanto, en una de las casas provenientes de la Iyalosha Lamar, fundadora de La Pimienta, se comenzó a usar un Trapo (Paño) para contener los fundamentos del Orisha y esto se convirtió en la norma y de allí el nombre Los Trapitos o Pañuelitos. Otra historia nos cuenta que se le puso así, porque Doña Aurora para viajar al interior, metía los fundamentos de los Orishas en bolsas de trapo y de esta forma viajaba con ellos y de allí el nombre “Los Trapitos”. Otra versión dice que seguía las enseñanzas de los mayores, como Ogdoró Sumí, Tawuaddé y otros más, que en sus inicios así lo hacían. Esta tradición se ha ido olvidando en algunos de sus descendientes con el transcurso de los años.

Entre una de las particularidades de esta subrama, está el poder hacer lo que para otras es un Tabú imperdonable: Los hijos de Changó pueden consagrar hijos de Ochún y viceversa, pero enfatizan que eso depende de lo que la persona tenga en su ceremonia de coronación y si se lo prohíben o no. Otra de las cosas que fueron objeto de burlas por considerarse una profanación, era que Doña Aurora Lamar, hacía las Ceremonias de Santo a crédito a sus ahijados y les cobraba a plazos. Esto es considerado una profanación, ya que los dogmas religiosos establecen que el dinero completo de una consagración debe ser entregado, para hacer ciertas obras con él. Esto le ganó el sobrenombre de “La China de los Ten Cents” o en español, La China de los Diez Centavos. Doña Aurora, solo entregaba los fundamentos a estos ahijados, una vez que la deuda era saldada.

Otra particularidad de esta rama, es que a raíz del divorcio de Doña Aurora y Don José Ramón, esta no quiso trabajar con Babalawo y prescindió de los servicios de estos. Sin embargo, esto no fue a la ligera. Doña Aurora Lamar tenía una sólida amistad con Don Lamberto Samá, hijo del controversial Olorisha Don Octavio Samá Obadimeyi. Según los datos históricos, para la época, los únicos con derecho al sacrificio de Animales, incluyendo los de Cuatro Patas, eran los Babalawos y los hijos de Oggún, los cuales se conocían como Ashogun, asunto que también está sustentado en el Corpus de Ifá.

Don Lamberto Samá (Oggún Toyé), era hijo de Oggún y por consiguiente los sacrificios animales sin contar con el Babalawo podían realizarse en La Rama de Los Trapitos, o sea de Doña Aurora Lamar. Esto degeneró en que cualquier Olorisha que tuviese recibido el “Caracol de Oggún” y el Cuchillo o “Pinaldo”, podía hacer sacrificios animales, lo cual es falso. Don Lamberto, ejecutaba los sacrificios y ejecutaba los menesteres de los Babalawos en el Cuarto de Santo. Como se puede observar, esta fue una de las primeras casas en crear el cisma entre Olorishas y Santeros, tal como nos lo muestran los hechos históricos.

De la Rama Los Trapitos, quedaron sus exponentes y se derivaron otras subramas más: Las Pirañas y los descendientes de Doña Amada Sánchez, esta última en Santiago de Cuba. Esta genealogía, muchas veces encuentra discrepancias, pero la reconstrucción de la misma, ha sido develada en parte, con muchos Estudios de Campo que nos permiten trazar con bastante exactitud, donde comenzaron los cismas que han degenerado en la gran pelea tumultuaria en la que se ha convertido nuestra religión. Muchos de estos cismas, ocurrieron manteniendo los dogmas que eran exigidos para la época y han llegado hasta nuestros días, pero utilizando “argucias” e interpretaciones personalizadas de muchos que han luchado por separar la religión, solo para poder seguir oscuros intereses comerciales o simplemente por soberbia y creerse que en nuestra religión se puede hacer lo que a ellos les da la gana. Todavía nos falta mucho camino por recorrer en este asunto de los Cismas, así que ni creas que hemos terminado, ya que apenas estamos comenzando. Pero para facilitarte un poco la comprensión de estas Ramas y Subramas que se desprendieron de estos importantes Olorishas, te lo pondré como un Mapa, cosa que quede un poco más claro.

La tercera división del Cabildo Changó Tedun, hemos querido analizarla de último, por ser la más intrincada de todas.

Rama Los Millonarios

Es la Rama que se desprende de Doña Timotea Albear, Ajayí Lewú y Doña Rosalía Abreu Efunshé Warikondo, siendo esta última la que introdujo la práctica de recibir más de un Orisha (Elegguá, Obbatalá, Ochún, Yemayá y Changó) en las ceremonias de coronación, la lectura doble del Diloggun y el Cuchillo de Santero o “Pinaldo”. La historia cuenta, que fue Efunshé, la que entregó por primera vez el Cuchillo de Santero o “Pinaldo” a Octavio Samá Obbadimeyi, como “Confirmación” de su Ceremonia de Santo, ya que se le había Consagrado dos veces porque no se daba crédito a su primera consagración en Ochún.

Esta ceremonia de “Pinaldo” fue la que le dio el nombre de Obbadimeyi (Rey dos veces) a Samá y el cuchillo o “Pinaldo” que se le entregó, era un símbolo de CONFIRMACIÓN que decía que más nadie podía coronar esa cabeza. De allí, este atributo ha sufrido serias “tergiversaciones convenientes” por quienes fueran miembros de esta rama a la muerte de Latuán y Efunshé. De esta Rama, se desprende la sub-rama Los Mantones y Corales o simplemente Corales, fundada por la Iyalocha Doña Susana Cantero (Omí Toké).

Los más respetados Babalawos de esta Rama, trabajaban en conjunto con estas prestigiosas Iyalochas. Babalawos de la talla de Don Tata Gaitán, Don Esteban Quiñones, Don Bonifacio Valdés, Don Pedro Pérez, Don Ramón Febles, Don Bernabé Menocal y Don Bernardo Rojas, eran prominentes miembros de esta Rama.

Los Efushé Atikeké

Atikeké, era la hija de Doña Rosalía Abreu Efunshé. Tuvo su rama y de esta no se tiene mucha información y se cree que fue absorbida por la rama que iniciara Octavio Samá Rodríguez Obadimeyi, a la muerte de Latuán y Efunshé.

Los Efushé Warikondo

Otra de las hijas de Efunshé, que se cree fue hija de crianza. De esta rama se desprenden la de dos ahijadas prominentes de la Iyalocha: Una es Doña Andrea Trujillo Iwin Yimí (Los Ewin Yimí o los Yimi) y Doña Luisa Arango (Changó Lade). Doña Andrea Trujillo que funda la rama de los Iwin Yimí, mejor conocidos como los Yimi, inicia a Doña Susana Cantero quien Inicia la rama los Corales.

Los Mantones y Corales

Esta Rama, fundada por Susana Cantero, y conocida también como El Coral, descendiente de la Rama La Efushé. Tenía muchas ahijadas mulatas bonitas y presumidas, que eran de la «vida alegre». Se relacionaba con Senadores y gente de posición de la época. Estas mulatas gustaban de las prendas costosas y de los corales, por ello bautizaron su línea como la Rama del Coral.

Los Ainá Yogbos

Fundada por Doña Margarita Armenteros y Doña Tiburcia Sotolongo. Aun cuando las ramas son distintas, hay razones socio-históricas para agrupar al cabildo San José 80 y la Rama Efunshe, como una sola o como dos Reinas de esta rama, que desprendió múltiples ramas que se entrelazan. Hay evidencias históricas que indican que tanto Efunshé y sus dos hijas Ati Keke y Adewá (o Adewaró), trabajaban en conjunto con Doña Margarita en el Cabildo San José. El Cabildo San José 80, sería la casa donde Obadimeyi, se convertiría en el Ori Até.

Esta rama es bastante controversial dentro de nuestras tradiciones, por el hecho que cuando coronan Ocha sacrifican un sólo carnero y no raspan la cabeza a sus iniciados, solo les hacen una coronita. No van al río y en la iniciación Ochún u Obbatalá, sientan al Iyawó en una silla y no en Pilón que es lo habitual. Ahora bien, queda entendido que la “coronita” es válida para esta Rama, ya que son de ascendencia Anagó. El motivo por el cual los Anagó no rapan la cabeza, se basa en el hecho de que para ellos esto es solo aplicado a los delincuentes como castigo y por ello no rapaban la cabeza.

Rama de Octavio Samá Rodríguez Obadimeyi

Esta es quizá la más controversial de todas las ramas. Luego de la muerte de Doña Timotea Albear, Latuán, fue cuando Octavio Samá Obadimeyi comenzó a ganar fuerza. Antes de este controversial Ori Até, las mujeres sostenían el poder religioso en lo que se refería a la Regla de Ocha. Tal como lo muestra la historia, los principales Cabildos y Ramas fueron fundados y administrados, casi exclusivamente por mujeres hasta bien entrado el siglo XX. Invariablemente, todas trabajaban con Babalawos, asunto que debe ser lógico, ya que por ejemplo, las mujeres no pueden tirar coco a Eggun, no pueden, no pueden hacer Ñangareo y sobre todo, no podían sacrificar animales. Todo esto cambió a la llegada de Obadimeyi al cargo de Ori Até y su consiguiente asenso al poder religioso.

Obadimeyi, solo adiestró hombres para el cargo de Ori Ate. De Obadimeyi se tienen referencias históricas que apadrinó y adiestró a cuatro Ori Ates: Su propio hijo, Lamberto Samá, Don Pablo Liberato Valdés (Ewin Leti), Don Maximiliano Ordaz (Oba Yemi), Don Tomás Romero (Ewin Letí) y el más controversial de todos, Don Nicolás Valentín Angarica Obba Tolá. El Reinado de las mujeres en la religión, fue relegado a funciones secundarias dentro del cuarto de Santo, levantando toda una clase de mitos y leyendas, que nada tenían que ver con la realidad.

Don Nicolás Angarica, fue el autor de un libro llamado Manual del Orihate Religión Lucumí y en el trataba de institucionalizar el cargo de Ori Ate y despojaba de los trabajos que le correspondían a los Babalawos. Luego de la muerte de Obadimeyi, de quien fuera discípulo por tan solo un período de cuatro años, Don Nicolás se encargó de dejar por escrito la tergiversación completa de lo que realmente era el Cuchillo del Santero o Pinaldo, alegando razones poco creíbles, de que al recibir el “Caracol de Oggún” y el cuchillo, el Iworo quedaba facultado a la inmolación de animales. Esto le ganó, las duras críticas de profanador e inventor por parte de sus propios “Hermanos de religión”, que no apadrinaban que quisiera utilizar el nombre del difunto Obadimeyi, para la implantación de lo que a todas luces, era su propia invención, sobre todo por parte del propio hijo del difunto Obadimeyi, Lamberto Samá, quien como hijo de Oggún y por consiguiente Ashogún, si estaba facultado a la inmolación de animales.

Para encubrir este exabrupto, muchos descendientes de la Rama de Don Nicolás, han llegado a decir que fue el único ahijado de Don Octavio Samá, Obadimeyi, que hasta su muerte en 1944, siguió trabajando en conjunto con los más prestigiosos Babalawos de la época (Bernardo Rojas, por ejemplo), según cuentan las historias que han sido recogidas por investigadores de campo.

De hecho, el estudio de Don William Bascom, Sixteen Cowries: Yoruba Divination from Africa to the New World y que trata sobre la Religión en Cuba y Nigeria, establecía que Oggún no tenía caracol, ya que fue vedado del uso del mismo por el propio Obbatalá. De hecho, este pasaje del libro de Bascom, nos muestra que Oggún ni Eggun usan el caracol y que solo algunos Orishas fueron los que aprendieron su uso, gracias a la intervención y persistencia de Ochún. Hasta la fecha, no se ha dado una justificación razonable al atributo que llaman “Caracol de Oggún”, ya que como se dijo, este fue inexistente en su lugar de origen.

Más aún, un estudio realizado por el Dr. Joseph Murphy, ofrece una narrativa de las transmisiones culturales, que reflejan mucho del pensar popular (y académico) sobre el importante papel del Oráculo de Ifá y el Babalawo, en el establecimiento de la religión Lucumí en Cuba. El conocimiento de la cultura yoruba y el culto a los Orisha, dependía del depositario más centralizado y portátil de la historia y cultura yoruba: Los Odu de Ifá. Estos Odu estaban arraigados en la memoria Babalawos que, junto con campesinos y realeza, fueron llevados en las bodegas de los barcos negreros. La Santería fue generada de estos Odu y el Sacerdocio de Orunmila asumió la autoridad en un sistema condensado de culto a los Orishas. Es a partir de Ifá, donde la estructura ceremonial de la Santería descansa. (Murphy, 1981).

Como se puede apreciar claramente, Don Nicolás Angarica, en su intentona de institucionalizar al Ori Ate, justificó dos atributos: Uno inexistente y el otro que nada tenía que ver con el sacrificio de animales. La verdadera razón de ser de este cuchillo, tal como te lo he explicado en este capítulo, era la confirmación o el símbolo que mostraba a los religiosos de La Habana, una prueba fehaciente de que había sido consagrado por las nuevas normas que habían impuesto Doña Timotea Albear, Latuán y Doña Rosalía Abreu, Efunshé. Por ello se le parte la punta hasta nuestros días, ya que desde siempre fue concebido como símbolo y no como un instrumento para sacrificio. Por esto te puedes dar cuenta porque en la Regla de Ocha Ifá, el Olorisha no inmola animales. Veamos el mapa para que puedas comprenderlo mejor:

Claro que de estos tenemos muchos descendientes de prestigio, pero solo te pongo lo más relevante, ya que un estudio de esta índole ocupa un solo libro por sí mismo y todavía nos falta analizar a Doña Monserrate ‘‘Apóto’’ González (Obá Tero), la cual en realidad es mucho más sencilla y fácil de trazar y con menos traslapes y fusiones dentro de la misma.

Rama Egbadó

Como te dije en un principio, esta rama se mantuvo a partir de un gran cisma religioso protagonizado por las más influyentes Iyalochas que existían en la Isla de Cuba. Básicamente se dividieron en tres ramas a partir de la prestigiosa Doña Monserrate ‘‘Apóto’’ González (Obá Tero), quien consagró a tres de las más prominentes impulsoras de esta Rama.

Cabildo Yemayá Regla

Doña Josefa “Pepa” Herrera Echu Bí, hija del prestigioso Babalawo y gran impulsor de Ifá en Cuba, Don Remigio Herrera Adeshiná y quien fuera además el que introdujera a la comunidad religiosa de Matanzas a Obatero. Doña Pepa Herrera, estableció su Cabildo en la Comunidad de Regla en la Habana y se llamó Cabildo Yemayá. Doña Pepa fue muy famosa por su dirección de las procesiones a la virgen de Regla, todos los siete de septiembre. Vale la pena aclarar que Doña Susana Cantero dirigía otro Cabildo, llamado de la misma forma.

Rama de Felipa Calderón

Fue otra Ahijada que inició Doña Monserrate González Obatero y fue una de las más prestigiosas Iyalochas que llegó a ser conocida como La Obispo de Matanzas.

Cabildo Ferminita Gómez

Finalmente Doña Monserrate consagró e hizo su protegida a la que quizás se la más respetada y venerada Iyalocha de todos los tiempos: Doña Fermina Gómez Ocha Bí. Doña Ferminita, como le llaman todos los religiosos con cariño, fundó un cabildo del mismo nombre, el cual se convirtió en el gran centro de adoración de OLOKUN Aún hasta nuestros días, en esa casa se conservan los tambores de OLOKUN. (Mira que escribo Olokun y tenlo en mente, para cuando leas el capítulo de Olokun). Tan respetada fue, que los Abakuá (Una secta considerada como la masonería africana), la eligieron su Madrina.

El juego de cuatro Tambores de Olokun, se mantiene como mudo testigo de los bailes realizados por el Babalawo Don Tata Gaitán a la deidad. Hoy estos tambores lamentablemente no tocan, ya que los hijos de los mismos, los hemos perdido y más nunca han vuelto a tocar. No tenemos tocadores Egbadó en la Isla de Cuba.

Otras Ramas

Claro que existen otras Ramas prestigiosas dentro de nuestras tradiciones y nos falta tocar algunas otras como los Iyesha, o los Ara Takua, cuyos cultos se establecieron en Matanzas y Palmira en Cuba. También nos hace falta nombrar muchos Olorishas de grandes conocimientos y que han dado inicio a ramas más modernas, pero nuevamente el espacio y tu cantidad de aburrimiento limitan este trabajo. Ramas como la de Doña Francisca Entensa, Aratakuá, de la sociedad San Roque o Doña Guadalupe Estables de la Sociedad El Cristo o Doña Felicia Fernández de la Sociedad Santa Bárbara, son nombres que nos vienen a la mente, pero no tenemos espacio.

Como has podido ver, todas las ramas desde sus inicios han trabajado en conjunto con los Babalawos y en su mayoría han sido mujeres. Es por ello que desde esta evidencia histórica, podemos observar la gran tergiversación de atributos religiosos solo para mantener ciertos Estatus Quo y así quitar lo que justificadamente pertenece a Ifá, sino para mantener a las mujeres relegadas del cargo que HISTÓRICAMENTE les pertenece, pero que ellos quieren mantener a toda costa y dejar a las mujeres colocando paños. De hecho, no quieren revertir a lo que en Ocha legítimamente le pertenece solo a los hijos de Oggún, tal como es el caso de los sacrificios, en caso de que no quieran trabajar con Babalawos. Hasta eso, se quiere negar, solo para seguir INFLANDO su ego.

Por todo esto y otras cosas más, que están identificadas en el Corpus de Ifá, es que en la Regla Ocha/Ifá no se acepta, ni la determinación de Ángel de la Guarda por Caracol (Osa Iroso), ni los sacrificios animales por parte de los Olorishas (Oggunda Keté y otros), aparte de otras peleas como la consagración de Ochún por un hijo de Changó y viceversa (Obbara Ogbe), ya que todo esto está prohibido en el Corpus de Ifá, que a la sazón, muchos de estos irrespetuosos, que tienen el descaro de decir que “adoran” a Orunmila, sostienen que ha sido falsificado, cuando realmente más falsos son ellos, que ejecutan por dinero y soberbia o por simple creación de divisionismos para ocultar sus FRUSTRACIONES, algo que está prohibido dentro de nuestros dogmas y peor aún, que estas prohibiciones tienen evidencias históricas, etnológicas y antropológicas que las respaldan.

Creo que con esto, ya puedes ver la causa del conflicto. Cuando veas algo que no está apegado a los dogmas establecidos en Ifá, simplemente da la vuelta y vete. Sin embargo, las ramas que permiten ciertos tipos de consagraciones que a otros nos parecen extrañas, debes verlas con una perspectiva más abierta, ya que si ves a alguien que viene de la Rama Los Trapitos y es hija de Changó haciendo un Ochún, debes respetar sus procedimientos, porque simplemente esa es su tradición. Si ves que alguien de la Rama los Millonarios, quiere hacer lo mismo, entonces simplemente es un profanador de su propia tradición, que obviamente no lo permitía, ni lo permite. Respeto es la clave, siempre y cuando sea una tradición heredada y no un invento.

(1) Forma indirecta de consagración que se utiliza con ciertos Orishas, lo cual te explicaré más adelante.

Colección de Leonel Gámez 

 Obba La She ::.. Nerly Yojanna 

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