Iyami Oshooronga es la reina del culto de la hechicería y sus seguidores son conocidos como Ajogún o Ajonjún, Dignatarios de la noche, Ancianos de la noche
Cuando Osa-meji descubrió que la mayoría de las divinidades se habían marchado hacia la tierra, decidió ir y ver como era el lugar. Fue a los tres Awoses llamados:
Age Eni Je, Ee Mo Odun. Ala Ra Ra Ije Eemaagbe. Ogbologbo Ekutele, Eeje Erin Ogini Ninu Ule
(Traduccion: Cualquier cosa que lo muerda a uno no sabe cuando termina el año. El que coma alimentos cocinado para comer no se preocupa por conocer al agricultor qué los produjo. La rata doméstica grande no le permite al gato que se quede en la casa).
A Osa-meji se le aconsejó que hiciera sacrificio porque iba a practicar el arte de Ifa entre hechiceros. Se le dijo que diera un macho cabrío a Esu, una guinea a su Ifa y una paloma a su cabeza. El no hizo el sacrificio debido a que estaba muy apurado en venir al mundo.
Cuando él era uno de los dieciséis hijo de Orunmila que decidieron venir al mundo alrededor de la misma fecha, no halló el camino hacia el mundo en el momento adecuado debido al macho cabrío que dejó de ofrendar a Esu. Su ángel guardián no lo pudo guiar porque a él tampoco le hizo sacrificio. Su cabeza tampoco lo pudo salvar porque a ella tampoco le ofreció sacrificio. Por lo tanto, andaba vagando por el camino hasta que llego al último río del cielo. Antes de cruzar hacia el mundo.
En la orilla del río se encontró con la madre de los hechiceros, Iyami Osoronga, quien llevaba allí mucho tiempo ya que nadie accedía a ayudarla a cruzar el río. Ella también venia hacia el mundo pero se encontraba muy débil para cruzar el pequeño y estrecho puente sobre el río. El puente se llamaba Ekoko.
Iyami Osoronga le rogó que la ayudara a cruzar el río, pero el le explicó que el puente no soportaría a dos personas a la misma vez. Ella entonces le propuso que abriera la boca para que ella se le pudiera meter dentro. El accedió y ella busco un lugar dentro de su estómago.
Cuando él llegó al otro lado del puente, le dijo que saliera pero ella se negó alegando que su estómago constituía una morada adecuada para ella. Habían comenzado los problemas de Osameji con la hechicería.
Cuando ella se negó a salir, él pensó que podía engañarla diciendo que moriría de hambre dentro de su estómago pero ella respondió que no moriría de hambre mientras él tuviera un hígado, un corazón e intestino ya que esas eran sus comidas predilectas. Osameji comprendió el problema que enfrentaba cuando la mujer le mordió el hígado.
Entonces extrajo sus instrumentos de adivinación y llamó a Ifa para salir del aprieto. Ifa le dijo que hiciera sacrificio inmediatamente con un chivo, una botella de aceite y tela blanca, lo cual él sacó rápidamente de su Akpo Mínijekun. Enseguida cocinó el hígado, el corazón y los intestinos del chivo y le dijo a Iyami que había comida lista para ella. Cuando la mujer olió el invitador aroma de la comida, salió de su estómago. No obstante, ella le dijo que le estaba prohibido comer delante de nadie.
Entonces el izo una tienda con la tela blanca y ella se metió dentro de la misma para disfrutar de la comida. Mientras ella comía, Osameji le alejó corriendo y rápidamente buscó un útero donde introducirse y venir al mundo. Tan pronto como Iyami termino de comer, buscó a Osameji por los alrededores pero no lo pudo hallar. Comenzó a gritar el nombre de él Osasa, Osasa, Osasa, que es el grito de los hechiceros hasta el día de hoy. Todavía ella lo está buscando. To iban eshu
Este relato esta contenido en el odun de Ifa Osa Meyi