
Orisha mayor, hermano de Changó y Elegguá. Violento y astuío, es el dios de los minerales, las montañas y las herramientas. Patrón de los herreros, mecánicos, ingenieros y físico-químicos y de los soldados. Representa al recolector, al cazador solitario y andariego que vaga por el bosque y le conoce todos los secretos. Domina los misterios del monte como un brujo. Simboliza al guerrero comedor de carne, brusco, bárbaro y bestial, que va evolucionando al agricultor sedentario comedor de animales domésticos, viandas y frutos. Es el dueño de las llaves, las cadenas y las cárceles. Sus números son el tres y el siete en combinación. Sus días el martes y miércoles; también todos los días 4 de cada mes. En el Diloggún de la Regla de Ocha es Ogunda (letra mayor). Está considerado como una de
las personificaciones más antiguas de los yorubas. Sus colores son verde, negro y morado.
En el Palo Monte, se le denomina Zarabanda, el dueño absoluto de las vastas extensiones que limitan el monte, el dueño de las llaves, las cadenas y las cárceles. En Kimbisa se le llama Pungo Di-budi cuando están unidos Oggún y Ochosi; también Lufo Kuyio y Watariamba.
El nombre de Oggún es Oyó Oggún. También se le llama Oggún Onilé, campesino, granjero, hacendado; Valenyé, labrador; Oggún Arere, el forjador del hierro, de los metales orisha guerrero; Oggún Ode cazador propio del paleolítico superior; Aguanillé, dueño de los montes; Alaguedé, negro montuno, irascible y brutal; Oggún Aroké (Olokó) Olukoló, el recolector, campesino, granjero de la agricultura, aldeano-campesino; Echibirikí, celoso de Changó por el amor de Yemayá, lo ciega la sangre y enloquece, su ferocidad y arrojo no tienen igual en la tierra. Oggún Oké, dueño de las montañas. También se le llama Oggún Afanamute y Oggún Ogumbí. Alada: que guerrea junto a Yemayá. Oggún Ñako-Ñiko, Oggún matador; Oggún Kobú-Kobú
Nombre en Fon: Gu. Nombre en Haití: Papá Ogún.
Receptáculo:
Actualmente el más usado es la freidera idéntica a la de Elegguá, es decir una pequeña cazuela de barro, aunque tradicionalmente es de hierro, de tres patas. En los casos en que se reciba Oggun de fundamento, siempre irá en una cazuela de hierro.
Atributos:
En general, todos los hierros: machetes, palas, picos, martillos, mandarrias, yunques, guatacas, rastrillos, barretas, hoz, guadaña, serrucho, clavo, cuchillo y lanza, pistolas, ametralladoras, bombas, aviones artillados, cañones, etcétera.
Collares:
Cuentas verdes y negras alternas. Siete cuantas carmelitas cla ras seguidas de siete negras. En algunos casos viene dado por la casa del sanio. En Matanzas las cuentas son rojas y moradas. En otros tiempos se usaban colmillos de leopardo y también c uen t a s moradas. Una vez que se recibe el pinaldo (cuchillo de Oggún o caracol de Oggún) existe autorización
para sacrificar animales de cuatro patas. En el caso de los oriate, se le incorporan cauris. Los sacerdotes llevan una cadena de metal (achabbá) como pulsera, martillo y llave pico, hacha, machete, cadena de hierro de la que cuelgan siete piezas de hierro (flecha, yunque).
Ropa:
En el hombro una bolsa de piel de tigre adornada con muchos caracoles. Su ropa es de color morado, su gorro es aplastado y lleva en el cinto un largo festón de fibras de palma (llamado mariwo), que simboliza la protección contra lo malo.
Animales que se le sacrifican:
Chivo, gallo, paloma guinea, jutía, cerdos, carneros, gallos rojos y perros, y a veces toros.
Animales que se le atribuyen:
Perro negro y majá.
Comidas:
Ñame asado, nueces de kola, judías blancas. Su bebida favorita es el aguardiente de caña.
Bailes:
Tiene dos mímicas: la belicosa, blandiendo un machete, y la laboriosa, que puede ser de carácter agrícola, cortando las yerbas con el machete artesanal o, al estilo del herrero, golpeando con el martillo. En el primer caso Oggún baila agachado, avanzando un pie mientras arrastra el otro, como librándose de un machetazo involuntario. En el segundo caso mima la gesticulación del herrero blandiendo el martillo y golpeando sobre el yunque.
Aflicciones de las que protege:
Calentura, todo tipo de operaciones y en genera! todo tipo de daño producido por metales ferrosos y accidentes sangrientos.
Monte (Ewe):
Caña santa, pata de gallina, yerba de la sangre, mora y pegojo. Huevo de gallo, adormidera, anamú, romerillo, rompesaragüey, alba-haca morada, palo manajú, ébano, cajuela, calalú, camagua, camarón, carbonera, cardosanto, abrojo amarillo, ácana, aguacate blanco, aguinaldo morado, ají chileno, cardón, cayumbo, ají de china, ají guaguao, algarrobo, arabo,
árbol de piedra, árbol del cuerno, aroma, uña de gato, ayúa, bejuco moro, bejuco garañón, bejuco guaco, bejuco sabanero, bejuco San Pedro, caimitillo, coco, comecaña, cuabilla, cuabari, frijolillo, jengibre, grajo, granadillo, guano, guayabillo, guisaso de caballo, jagüey, jocuma, maíz, mano pilón, palo amargo, palo bomba, palo bronco, palo cabo, ¡palo cochino, palo guitarra, palo rompehueso, picha de gato, pimienta china, pimienta negra, piñón lechoso, quiebrahacha, tabaco, yerba diez del día, yuca y zarza blanca.
Hijos:
Son hombres violentos e impulsivos que no perdonan fácilmente las ofensas. Nunca abandonan el combate ni pierden las esperanzas. Son imprevisibles y difíciles de tratar, pero su franqueza y evidente sinceridad consigue que, generalmente, se olviden sus defectos.
Salutación:
Oggún Kabú Kabú.
Pataki de Oggun
Oggún, el dueño del hierro, es un montuno irascible y solitario. Cuando los orishas bajaron a la tierra fue él quien se encargó, con su machete infatigable, de cortar los troncos y las malezas para abrirles paso. Vivía entonces en casa de sus padres, Obatalá y Yemú y junto a sus hermanos Ochosi y Elegguá. Oggún estaba enamorado de su madre y varias veces quiso viciarla, lo que no consiguió gracias a la vigilancia de Elegguá.
Oggún se las arregló para conseguir su propósito pero, para su desgracia, Obatalá lo sorprendió. Antes de que éste pudiera decir nada, Oggún gritó: «Yo mismo me voy a maldecir. Mientras que el mundo sea mundo lo único que voy a hacer es trabajar para la Ocha.» Entonces se fue para el monte sin más compañía que sus perros, se escondió de los hombres y ningún orisha
que no fuera Ochosi, su hermano el cazador, consiguió verlo. Trabajaba sin descanso, pero estaba muy amargado. Además de producir hierros, se dedicó a regar ofoché (polvos) por todas partes y el araye (la tragedia) comenzó a dominar el mundo. Fue entonces cuando Ochún se metió en el monte, lo atrajo con su canto y le hizo probar la miel de la vida. Oggún siguió trabajando, pero perdió la amargura, no volvió a hacer ofoché y el mundo se tranquilizó. Hay quienes dicen que cuando salió del monte, Ochún lo llevó hasta Olorun, quien lo amarró con una cadena enorme, pero esto es un cuento. ¿Qué cadena podía ¡ser más fuerte que la miel de Ochún?